NO DEJES DE VISITAR
GIF animations generator gifup.com www.misionerosencamino.blogspot.com
El Blog donde encontrarás abundante material de formación, dinámicas, catequesis, charlas, videos, música y variados recursos litúrgicos y pastorales para la actividad de los grupos misioneros.
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

viernes, 20 de marzo de 2009

Evangelio Misionero del Día: Sábado 21 de Marzo de 2009

Por CAMINO MISIONERO


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 18, 9-14

Refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, Jesús dijo esta parábola:
Dos hombres subieron al Templo para orar; uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, de pie, oraba así: «Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas».
En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: «¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador! »
Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado.

Compartiendo la Palabra
Publicado por Ciudad Redonda

Quién fuera publicano

Jesús es contundente. Siendo el hombre del perdón y la misericordia, no rehúye decir las cosas sin recortar las aristas de sus palabras. No utiliza un guante de seda. Prefiere que lo que dice llegue, interpele, no nos deje indiferentes, que tomemos postura. Es un provocador, dirían hoy. Es que le daba mucha rabia que aquellos observantes se tuvieran por justos, se sintieran los buenos y, encima, despreciaban a los demás.

Fijémonos en la descripción de los dos tipos, el fariseo y el publicano. Por ejemplo, las posturas: el fariseo permanece erguido, mientras el publicano se queda atrás, de rodillas, en un rincón, no levanta los ojos y está golpeándose el pecho. Cosa parecida acontece con “el contenido” de su oración: al fariseo le importa la oración, cómo no, y quiere practicarla bien. Pero se queda en sí mismo, en sus presuntos méritos, pasa factura a Dios por sus ayunos y pago de diezmos, hasta se sobrepone a los otros: “No soy como los demás, como ese publicano”. Por su parte, el publicano, hombre odioso para el pueblo, sólo tiene una palabra rendida, humilde, menesterosa: “Ten piedad de mí, soy un pecador”. Se siente solo y vacío, y recurre al único que puede ayudarle. No sabe de ritos y fórmulas, y en su oración descubre a Dios que le cambia.

Está claro, la lógica de Jesús es muy distinta de la lógica de los hombres. El santo, el cumplidor, es rechazado; el odiado cobrador, pecador, de mala fama, que no puede ofrecer nada, baja a su casa justificado. Sólo la sinceridad y sencillez hacen buena la oración. Si no sentimos la necesidad de que Dios nos salve, es absurdo ponernos a orar. (¿Qué decir de esas liturgias pomposas, con tronos y multitud de servidores y reverencias a los hombres?).
Nada de juzgar a los demás. Sólo Dios ahonda en el corazón humano. Dios nos quiere antes de ver nuestros méritos, antes de que le contemos nuestras batallas.
Así conecta San Lucas con las palabras que el capítulo primero de su Evangelio puso en labios de la Virgen María: “Dispersó a los de corazón soberbio, derribó a los poderosos y ensalzó a los humildes”.

No hay comentarios: