NO DEJES DE VISITAR
GIF animations generator gifup.com www.misionerosencamino.blogspot.com
El Blog donde encontrarás abundante material de formación, dinámicas, catequesis, charlas, videos, música y variados recursos litúrgicos y pastorales para la actividad de los grupos misioneros.
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

jueves, 12 de marzo de 2009

III Domingo de Cuaresma - Ciclo B: Bajo el alero de Dios (Juan 2, 13-25)

Publicado por Monasterio Benedictino
Santa María de los Toldos

«Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: “Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio”. Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me consumirá. Entonces los judíos le preguntaron: “¿Qué signo nos das para obrar así?”. Jesús les respondió: “Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar”. Los judíos le dijeron: “Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?. Pero él se refería al templo de su cuerpo. Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.
Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de Pascua, muchos creyeron en su Nombre al ver los signos que realizaba. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que lo informaran acerca de nadie: él sabía lo que hay en el interior del hombre» Jn 2,13-25

“Verdaderamente uno y otro, el templo y el cuerpo de Jesús, según una misma acepción, son para mí tipos de la Iglesia, porque ésta está construida con piedras vivas, es una mansión espiritual para un sacerdocio santo (1 P 2,5), y está construida sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, cuya piedra angular es Cristo Jesús (Ef 2, 20), y bien merece el nombre de templo. Según estas palabras: Ustedes son el cuerpo de Cristo y, cada uno por su parte, miembros de Cristo (1 Co 12,27), incluso si la buena ordenación de las piedras viene a ser destruida, incluso si todos los huesos de Cristo, como está escrito en el salmo 21 (v. 15), son estrangulados por los cepos tendidos por las persecuciones y por los tormentos que les infligen aquellos que combaten la unidad del templo en esas persecuciones, el templo será reconstruido y el cuerpo resucitará al tercer día, después del día de la malicia que se acerca a él y del día de la realización que debe seguirle. Porque despuntará el tercer día en el nuevo cielo y en la nueva tierra cuando aquellos huesos, toda la casa de Israel (Ez 37,11), resucite en el gran Día del Señor, después de la victoria sobre la muerte. De forma que la resurrección de Cristo, ocurrida después de la pasión y la cruz, encierra en sí el misterio de la resurrección de todo el cuerpo de Cristo (cf. 1 Co 15, 54)”(1).

BAJO EL ALERO DE DIOS

En la antigüedad pagana, para celebrar las ceremonias religiosas, únicamente un selecto y reducido número de sacerdotes tenía derecho a ingresar en el santuario de las divinidades. El pueblo permanecía expectante y excluido del recinto sagrado.
En el Antiguo Testamento, probablemente influenciado por las religiones vecinas, ocurrió otro tanto. Hasta el punto de que solo el Sumo Sacerdote podía penetrar una vez al año en el Santo de los Santos, donde estaba depositada el Arca de la Alianza, para ofrecer allí el sacrificio expiatorio. Las otras categorías sacerdotales, solamente se acercaban al Santo, para la ofrenda del incienso.
Todo lo contrario sucedió con el cristianismo. Las asambleas litúrgicas, centradas en la Eucaristía, se celebraron habitualmente dentro del recinto del templo. El misterio escondido desde la eternidad, había sido ya revelado, y no se necesitaban más los sacrificios cruentos de animales afuera del Santuario.
Cristo nuestra pascua, es el cordero inmolado y resucitado. A partir de la Resurrección, su cuerpo se ha convertido en el Templo pascual, que acoge bajo el inmenso alero de Dios, a toda la humanidad. “No vi ningún templo en la Ciudad, porque su Templo es el Señor Dios todopoderoso y el Cordero” (Ap 21,22).
La iglesia, como cuerpo de Cristo, participa de la santidad de su cabeza. Pero, por el hecho de ser humana, también está sujeta al pecado. Esta es la razón por la que, lastimosamente, puede llegar a convertirse en una casa de comercio, desvirtuando su mensaje y traicionando su misión.
De igual manera, nosotros los cristianos estamos llamados a ser templos del Espíritu. Nuestro fundamento es Cristo. Sobre él, tendremos que ponernos a edificar con diferentes materiales espirituales. Pero llegará el día en que estos serán los que manifiesten, la calidad y la autenticidad de nuestras intenciones.

[1] Orígenes, Comentario sobre san Juan, X,20 (trad. en: Lecturas cristianas para nuestro tiempo, Madrid, Ed. Apostolado de la Prensa, 1971, L 63.). Orígenes nació hacia el 185. A los 18 años se hizo cargo, a pedido de su obispo, de la escuela catequética de Alejandría. Hacia el 216, se instaló en Cesarea de Palestina, donde el obispo del lugar lo invitó a fundar una nueva escuela de catequesis. Orígenes la dirigió por más de 20 años. Durante la persecución contra la Iglesia fue torturado para que negara su fe. No lo hizo y murió a causa de los tormentos sufridos, entre 253-257. Es con toda probabilidad el genio mayor de la antigüedad cristiana, al menos entre los escritores de lengua griega. Su producción literaria es abundante.

No hay comentarios: