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sábado, 4 de abril de 2009

HOMILÍA DEL DOMINGO DE RAMOS 2009

Publicado por Parroquia San Esteban

HOY, APLAUSOS Y PALMAS… ¿Y MAÑANA?

Ante la Pasión de Jesús no podemos ser meros espectadores o como un auditorio pasivo. Cada uno de nosotros estábamos allí, entre aquellos judíos o aquellos discípulos, porque Jesús ofrecía su vida también por cada uno de nosotros nuestro mejor amigo se entregó y perdió la vida por todos, por mí, por ti.

San Juan de Ávila dejó escrito que era necesario que la lanza del centurión romano abriese el corazón de Cristo para que a través de esa herida pudiéramos los hombres vislumbrar el amor infinito del Padre que entrega a su Hijo por nosotros, y del Hijo, Jesucristo, que se entrega a la muerte por nosotros. Hoy damos comienzo a la Semana Santa. En ella se descubre en toda su hondura el drama del hombre ante Dios. Drama de vida y de muerte, de traición y de eterna felicidad.

En esta Eucaristía –como en todas—vuelve a repetirse en símbolo y en realidad aquel acto de entrega de Jesús. Y nosotros que, como los discípulos y los judíos, unas veces hemos aclamado a Cristo con entusiasmo como Rey y después le hemos traicionado y abandonamos tantas veces, nos convertimos, por nuestra debilidad y en nuestro pecado en protagonistas de la Pasión, tal como la hemos escuchado en el Evangelio.

Por desgracia, para una gran parte de nuestra sociedad, esta semana que llamamos santa se reduce a cuatro o cinco días de vacaciones y descanso. Si habéis visto la tele en estos últimos días, en especial las noticias del tiempo, toda la preocupación eran las previsiones para saber si los que prefieren el turismo de nieve o playa iban a poder gozar de su tiempo de asueto. Muchos eran lo que salían diciendo lo que iban a hacer y viajar en esta semana, todos llamaban a esta semana “santa” pero ninguno expresó donde iban a celebrar los sagrados oficios, motivo por el que todos gozamos tradicionalmente de unos días de descanso.

Hoy, Cristo, entra en la ciudad de nuestros corazones y los encuentra preocupados y ocupados por desesperanzas que nos impiden vivir con libertad y con la alegría de los Hijos de Dios.

Hoy, Cristo, cruza el pórtico de nuestra vida para que entendamos que su costado (pronto desgarrado y abierto) es un surtidor del que brotará vida abundante y que se dará con pasión y sufrimiento para que no olvidemos que será triunfo en la mañana de Pascua.

Hoy, en el Domingo de Ramos, comienza la semana más santa de los cristianos. En ella transcurren aquellos misterios de la pasión y muerte del Señor que se iniciaron con su entrada triunfal en Jerusalén.

Hoy lo hará con gloria….mañana saldrá de sus muros envuelto en sangre…

Hoy lo hace montado en pollino recién estrenado…..mañana caminará con una cruz gigante e ignominiosa diseñada ferozmente, y desproporcionadamente, para sus hombros

Hoy desfila en medio de cánticos y alabanzas…..pero el viernes subirá hacia el monte Gólgota acompañado de un coro de burlas y de risas, de corazones duros e implacables

Hoy, con nuestras palmas, le decimos a Jesús que queremos compartir e ir con El su victoria; que nuestra vida es suya que su verdad ha de ser nuestra verdad; que daríamos la vida y mucho más antes que perderle… mañana nos asustará de tal manera la ostentosidad, la cercanía y la crudeza de su cruz que llamaremos a un cirineo para ayudarle.

En la relación cristiana con Dios todo son encuentros y desencuentros, amigos e infidelidades, promesas y traiciones, subidas y bajadas….

¿Nos decidimos a acompañarle en estos días? ¿Levantamos los ramos y las palmas de nuestra fidelidad, las del bien, las del perdón?

¿Por qué no alzamos, al paso de Jesús, las ramas de nuestra adhesión a El, las de nuestra fe y las de nuestro deseo de sentir y vivir la Iglesia?

Evidentemente, los cristianos podemos seguir llamando a esta semana “santa”, porque en esta semana conmemoramos la pasión y muerte del Santo, de nuestro Redentor. Pero, si queremos que de verdad sea santa para nosotros, deberemos intentar vivirla con el mismo espíritu con que la vivió Jesús de Nazaret. Asistiendo con verdadero espíritu religioso a los oficios litúrgicos y manteniendo durante esos días especialmente “santos” una actitud de recogimiento, de meditación y de adoración.

El que ahora seamos minoría los que asistimos a los oficios religiosos de semana santa no quiere decir que estas celebraciones hayan perdido importancia o significado religioso. También Cristo y los apóstoles fueron minoría y los verdaderos seguidores de Cristo siempre fueron minoría. Los defensores de la verdad y del bien desgraciadamente siempre han sido minoría. Sintámonos alegres y agradecidos al Señor por permitirnos acompañarle, en su camino doloroso, hasta la cumbre de la resurrección.

Que el hecho de ser minoría y pertenecer a un grupo minoritario no nos haga perder la fe ni la confianza en el amor del que hoy entra triunfante para morir pronto por todos los que le amamos.

Señor, tiendo en el suelo mi corazón y mi vida para que cuando Tú pases encima montado en el borrico, toda mi vida quede impregnada de ti y purificada con tu mirada amorosa.

Que así sea…



ORACIÓN PARA EL DOMINGO DE RAMOS

¡HOSANNA AL HIJO DE DAVID!

Lo recibiremos con aclamaciones y, en viernes santo, lo despediremos en el silencio más absoluto. Le cantaremos ¡Hosanna al Hijo de David! y, en el Gólgota ,le gritaremos: ¡Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz!

Alfombraremos aquí su camino con olivo y palmas y más adelante, en cualquier esquina, le negaremos como al eterno desconocido

Hoy, en los aledaños de nuestras ciudades y calles, seremos su pueblo mañana nos convertiremos en aquellos que nunca con El estuvimos. Con las palmas y ramos lo acogemos como promesa esperada y por fin cumplida y, cuando sea ajusticiado, asistiremos cómplices con nuestra sordina.

En este día, Señor, te alabamos con gritos el Jueves, seremos presos del sueño, muertos por el cansancio. Ahora, Señor, entonamos que ¡nadie hay tan grande como Tú! y, ante los poderosos, fingiremos no conocerte

En este momento, Jesús, más que nunca, las piedras corren el riesgo de gritar tu nombre: hay demasiado cristiano callado multitud de amigos tuyos que, viven, como si no lo fueran miles de palmas sostenidas por la mano pero no cosidas ni arrancadas desde el corazón.

En este momento, en el pórtico de la Semana Santa, infinidad de fan salen a la calle para vitorear lo que, tal vez, ni de lejos ni de cerca conocen: ¿Por qué va a morir Jesús? ¿Por quién? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¡Alabemos al Señor! ¡Claro que si! ¡Vitoreemos su nombre! ¡Y con tambores y trompetas brillantes!

Pero, eso sí, luego…a continuación: no apaguemos nuestras voces: somos su voz no escondamos nuestra vida cristiana: somos su cuerpo no neguemos su presencia: somos su afirmación no ocultemos su Evangelio: somos su expresión

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