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sábado, 4 de abril de 2009

Cuatro momentos para meditar el Evangelio: DOMINGO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR

Por Rogelio Narváez Martínez

I - VIVIR LA VIRTUD DEL TIEMPO.

1.- Muy queridos amigos:

El día de hoy, Domingo de Ramos, se inician esos Ocho días en la vida de Jesucristo y de los cristianos que están cargados de alegría y de amistad, de nobleza en el corazón y de sinceridad infantil, de cánticos y de danzas, de abrazos y gritos clamorosos, de aclamaciones y proclamaciones; pero, también hoy se está dando inicio a esos Ocho días que estarán sobrecargados por la muerte y la tristeza; que harán que se acompañen el odio junto a las lágrimas; que generarán el sudor, la sangre y la enemistad; se reunirán en la ciudad santa el engaño y la traición; el corazón albergará la hipocresía de los ancianos atizada por el martilleo; sobrevendrán las espinas y los golpes, así los empujones como los gritos de condena. Se le llama a este día, el Domingo de la Pasión.

2.- Hoy, se le da inicio a esos Ocho días en la Vida de nuestro Señor Jesucristo, que significan la total concentración de la vida de cada ser humano y de toda la humanidad, y que al mismo tiempo, significarán la enseñanza y la comunicación de la Vida Verdadera a favor de todos los hombres. Se trata de los Ocho días de una nueva creación, los ocho días de la recreación humana.

Hoy, es apenas el primero de esos días y la creación entera ya empieza a recibir los beneficios de la redención. Se trata de una creación liberada de ese nuevo caos, originado por el pecado, en el que permanecía aprisionada, para que con su existir pueda rendir honor y gloria al Divino Creador y Redentor de su existencia, que está entrando a la Jerusalén del Universo concentrada en la Jerusalén de la geografía y de la historia.

3.- De esta manera, así como en una semana se realizó la creación de todas las cosas en el origen de los tiempos y del espacio, así se dará ahora el devenir de cada uno de estos Ocho días de la nueva creación: aquí habrá ahora un espacio para cada cosa y para cada persona.

Y asi, al igual que en el principio de la creación, ahora también el sexto día, será sin duda uno de los días más esperados. Se trata del día en que el nuevo hombre será creado. La muerte se hará entonces presente en el verdadero árbol de la Vida, para redimir a todos aquellos que pretendieron alcanzar por medio del despojo, aquello que solamente Dios puede conceder como don de su benevolencia: la inmortalidad.

Se trata de la tarde de nuestro viernes santo. Y será en el atardecer de ese sexto día de esta nueva semana, el preciso momento en que Jesucristo inicie la nueva creación de la Nueva Humanidad.

Jesucristo, el Hombre Nuevo, será quien desde lo más alto de la cruz expire el hálito de vida al entregar su Espíritu, para así devolverle la vida a todos los hombres. Se trata del Nuevo Adán que está dormido, y al ser enterrada en su costado la lanza de aquel soldado, brotarán de su interior la sangre y el agua, los sacramentos del Bautismo y la Sagrada Eucaristía, el fundamento y el origen de la Iglesia, la Nueva Eva de la humanidad...

Y será en el Séptimo día, cuando aparentemente el Hijo de Dios está descansando, en que Cristo manifestará la dimensión universal de su obra..., ese sábado Dios en realidad no descansa, puesto que en la realidad, Cristo se encuentra en el centro de una concentración dinámica, de una actividad tan intensa con la que le comunica la vida a todos los que estuvieron esperando desde la primera creación este momento de plenitud. Será tal el dinamismo emergente, que la noche del día séptimo desembocará en la claridad del día primero con una explosión de fuerza salvífica. Se trata del inicio de nuestro día Octavo, un día que no ha terminado para los cristianos.

Hoy, se inician los Ocho días más singulares y virtuosos de la historia. Hoy, se inicia en la semana santa la trama de la Vida de todos los hombres. Se trata de un período de tiempo en el que el decurso de los días nos presentará los distintos cuadros que escenifican nuestra vida, la tuya y la mía y la de todos los hombres.

4.- Durante estos días las actitudes también cuentan,... cuentan demasiado y nos enseñan: el Señor Jesús conoce hacia dónde llega el camino que hoy se inicia y que está recorriendo,... Él sabe que por muchos menos motivos acabaron con la vida de san Juan el Bautista. La muerte aparece entonces con su sombra dibujada en el telón de fondo de la escena y, sin embargo,... la fiesta debe continuar. Es ahora el tiempo de la alegría y del abrazo, del júbilo y la algazara, y el Señor no interrumpe el gozo que brota naturalmente de la sencillez de su pueblo.

“A cada día le bastan sus propios afanes”, -en el Gólgota se sigue escuchando ese eco de lo que en el Sermón de la Montaña había pronunciado el Maestro.

5.- ¡Fíjate! Como cada una de las actitudes de Jesucristo están cargadas de contenido salvífico. Su actitud de tranquilidad en medio del asedio del rencor humano, debe ser una seria cuestionante para muchos de nosotros.

Sobre todo, para aquellos que a costa del sufrimiento de nuestro “viernes santo”, no somos capaces de compartir la alegría que trae el “domingo de ramos” a nuestra vida, y les vamos imponiendo a quienes tienen gozo y merecen estar contentos, un silencio sepulcral, y tienen que pagar por adelantado nuestra factura de dolor.

Somos cada uno de nosotros, los que tarde o temprano nos vamos a encontrar con nuestro propio camino, e irán desfilando absolutamente ante nosotros todos esos momentos con todos esos diversos contenidos: algunos plagados de alegría y otros impregnados de la tristeza.

La mejor de nuestras actitudes será, sin duda, al igual que Jesucristo, el vivir con intensidad cada uno de los momentos que Dios nos está brindando, el saber disfrutar de la virtud del instante, aún con la carga de contrariedades que pudieran tener o que le pudieran acompañar.

El auténtico cristiano es aquel que vive plenamente su vida y está en paz en medio de la luz o en la oscuridad; goza de la existencia tanto en los tiempos de frío como en los de calor; disfruta al contemplar el flujo y el reflujo de la mar; alcanza a percibir la belleza de las plantas, tanto en su inspiración como en su expiración, con sus frutos y aún con la pérdida de su follaje; se deleita con la compañía de los que nos aman y no rechaza ni se asusta ni con la posible ni con la real soledad...

En pocas palabras, el cristiano comprenderá la sabia composición de las cosas y aprenderá a disfrutar de cada uno de los momentos que le brinda Dios, nuestro Señor, en la vida.

6.- Cada uno de los días que vivimos trae su propia carga de exigencias, sus propias necesidades y sus propias complicaciones. Sin embargo, será precisamente en la capacidad de vivir intensamente los momentos que Dios nos brinde, en donde encontraremos verdaderamente la felicidad.

Entonces, cuando vivamos esta virtud cristiana, cada momento de nuestra vida biológica será como si fuera un volver a empezar. ¡Así, con esta actitud, debemos empezar cada día que Dios nos da! La vida temporal debe aprender a vivirse a contrareloj, sin desperdiciar ni despreciar uno sólo de los momentos que forman las diferentes escenas de nuestro existir.

El cristiano será aquél, que lejos de empeñarse y desgastarse imaginando lo que sucederá el día de mañana, será capaz de concentrar su interés en el día que tiene por ventura vivir, y que no se volverá a repetir en sus mismas y precisas dimensiones.

Resulta necesario el que aprendamos a grabar las imágenes en nuestra memoria y en nuestro corazón, para que así captemos la belleza del día presente, independientemente de lo que nos sucederá el día de mañana. ¡Lo segundo no depende de nosotros, las más de las veces!

7.- El Señor está contento este domingo, sin aparentemente darle tanta importancia a lo que dentro de cinco días sucederá.

El cristiano es aquel que vive intensamente cada uno de los días de su existir: en la oración le pide a Dios el pan nuestro de cada día y, también, en su vida toma la cruz de cada día. El pan de mañana no le preocupa, ese lo pedirá al día siguiente, si Dios le conserva la vida; la cruz de mañana tampoco le desgasta, sino que le ocupa lo que hoy debe asumir.

Es en este contexto en donde podemos coincidir con la sabiduría que tenía el ya extinto escritor católico, Morris West, autor de las Sandalias del Pescador y de Eminencia, cuando manifestaba congruentemente en el escrito: “A view from the ridge”: “Pregunte a cualquier persona que haya sobrevivido a un infarto y le dirán lo mismo: que cada hora, de cada día es un regalo de Dios”.

8.- Este Domingo de Ramos, y su alegría, que Cristo y la gente sencilla viven en una muy cercana vecindad con el dolor del Viernes Santo, debiera ayudarnos a ver todas las cosas de nuestra vida de una forma distinta.

En el momento en que aprendamos a ocuparnos de la vida más que preocuparnos por ella, conseguiremos colocarle esos nuevos cristales que necesitan nuestros anteojos, y serán nuevas las percepciones de la vida, los intereses cambiarán radicalmente, nuestra jerarquía de valores se transformará rotundamente y, lo más importante de todo: el aprecio por las personas se volverá distinto y... mucho mejor de lo que piensas.

Simple y sencillamente, entonces descubrimos con toda claridad que “todo en la vida es gracia”; que nada nos pertenece en absoluto; que todo lo que tenemos es prestado, hasta la misma vida, y que la vida debe convertirse en una continua “acción de gracias” para Dios, así fuere domingo de ramos o viernes santo.




II - EL DIVINO MENESTEROSO.


Cuando se aproximaban ya a Jerusalén, al llegar a Betfagé, junto al monte de los Olivos, envió Jesús a dos de sus discípulos, diciéndoles: “Vayan al pueblo que ven allí enfrente; al entrar, encontrarán amarrada una burra y un burrito con ella; desátenlos y tráiganmelos. Si alguien les pregunta algo, díganle que el Señor los necesita y enseguida los devolverá.”

1.- Muy queridos amigos:

La vida humana se va entretejiendo en sus distintos momentos, tal como si fuera un artístico tapiz, el más bello de todos. Los distintos hilos, que han sido, son y serán sacados del cajón del artista, y que cuentan con una muy amplia gama en sus distintas tonalidades, pueden ser llamados: Sueños y Realidades, Gracia y Libertad, Comisiones y Omisiones, Acciones e Intenciones.

Se trata del tapiz de nuestra existencia, en el que queda plasmado el curso de la vida, y en el cual concursan el recurso divino y el recurso humano.

2.- ¿Qué mejor discurso para pregonarse desde éste púlpito en este domingo de ramos, que una invitación para que el hombre comprenda que las acciones que transforman este mundo que Dios nos ha dado, están compuestas por la acción comprometida del creyente y la acción realizadora de Aquél que lo puede todo?

Pero, cada uno de nosotros se podría preguntar: ¿Qué es lo que el hombre puede aportar en la historia de la salvación? ¿Cuál es nuestro lugar en ese tapiz que se va entretejiendo con el paso del tiempo y en nuestro propio espacio?

Los seres humanos podemos quedarnos en las solas promesas sin llegar a realidades, en los solos proyectos sin llegar a realizaciones, en puros preparativos sin contemplar las ejecuciones. El hombre puede pensar en sus solas intenciones sin llegar a las acciones. Se trata del ser humano que solicita bienes en su oración; pero que en variadas ocasiones, cuando éstos son obsequiados no son aceptados, puesto que estos dones de Dios suelen convertirse en compromisos.

3.- El Evangelio de este domingo, nos presenta a un Dios que no quiere dedicarse a solucionar fácilmente el problema inmediato de los hombres. Más aún, Dios nos enseña, que Él ha querido necesitar de la cooperación de los hombres.

El Señor Jesús no ha querido ofrecernos el pan sin el esfuerzo ni el vino sin nuestra cooperación. El no ha querido mostrarnos un rostro de un Dios que mágicamente quiera facilitar lo que está en nuestras manos.

Dios ha querido tener necesidad de nuestras alforjas, sí tú quieres, casi vacías, pero bien dispuestas a cooperar con Él. El Hijo eterno del Padre ha querido esperar de cada uno de nosotros, esos elementos humanos que complementan su plan de salvación.

4.- Hoy, el Evangelio nos presenta la aportación del hombre. Humanamente, se trata solamente de un borrico prestado; sin embargo, Dios ha querido que éste sea útil para su ingreso en la ciudad santa, en lo que será el inicio de la nueva creación, y así más adelante requerirá de un cenáculo prestado para dejarnos el pan de la vida, después de un huerto de los olivos prestado para efectuar la oaración de abandono más hermosa, y finalmente de un sepulcro prestado para que allí suceda el acontecimiento más grande de la historia... Una semana de préstamos para recrear a un hombre con la peor de las deudas.

Y así ha sido esta historia que Dios ha querido escribir con la ayuda del hombre.

Quizá no se ha escrito nunca una paradoja tan grande como ésta: por un lado, la soberanía del Señor, y por la otra, su aparente necesidad. Se combina la divinidad con la dependencia, la posesión de todas las cosas con el despojo del existir, la riqueza con la pobreza.

Se trata del Hijo de Dios que ha querido aparecer como ese divino menesteroso. Se trata de Aquél que tiempo atrás había pedido prestado un pesebre para nacer, el que pidió una barca para predicar. El que pidió unos panes y unos peces para multiplicar y que ahora manda pedir un asno prestado para entrar a Jerusalén,... la razón que los discípulos deben dar para explicar es que: “el Señor tiene necesidad de ello y que enseguida los devolverá”, ¡y claro que nos lo devolverá y con creces!

En la realidad, Dios se permite tomar algunas cosas de los hombres para recordarles que todo, en la realidad, procede de Él.

5.- Dios, en sus milagros y en sus intervenciones salvíficas de todos los tiempos, del ayer y del presente, ha querido necesitar de la aportación del hombre; aunque sea el estirar nuestra mano para tocar la orla de su manto, el gritar para que me oiga aunque se molesten algunos de los que le siguen, el lanzar la red aún a pesar del cansancio y la desilusión, el llenar de agua los odres de las purificaciones, el quitar la piedra de un sepulcro en dónde está depositado aquel amigo que ya experimenta el proceso natural de la descomposición,... Hoy, el Evangelio nos invita para que pongamos todo lo que somos y tenemos en las manos de Dios.

6.- El Señor nos invita para que colaboremos con su obra. ¿Te acuerdas? Él nos ha prometido como recompensa de nuestras acciones, aparte de la vida eterna, el ciento por uno. Pero,... no te olvides que nunca existirá el ciento, si yo no soy capaz de poner el Uno que debo aportar.

7.- Y lo anterior nos ofrece el secreto para solucionar cualquier tipo de situaciones ¡¿Por qué diantre tenemos que esperar a que acontezca un Tsunami para entonces unirnos y ayudar al necesitado?!

¡Fíjate bien! En el tiempo actual, más que milagros, nos hacen falta dos cosas. En primer lugar: que tengamos amor a lo que hacemos, y en segundo lugar: que manifestemos un verdadero interés por el hermano.

Hablemos, en primer lugar, del amor a nuestro trabajo, más adelante reflexionaremos sobre el interés por el hermano.

8.- ¿Pero qué tanto puedo yo aportarle a la obra de Dios?

Resulta necesario, el darnos cuenta de que esa desproporción que existe entre lo que los hombres aportamos y la grandeza de la obra que Dios realiza, se anula cuando lo poco que se tiene, o la nada que se piensa ser y tener, se convierte en el todo que se le entrega a Dios, y que se pone a disposición del hermano.

Al hablar de esos nuestros juicios emitidos sobre la intrascendencia de un borriquito prestado, he recordado aquella propuesta del ya mencionado filósofo del siglo XIX, Sören Kierkegaard, quien ha hablado sobre “Los Saberes Socráticos”, los cuales se deben enseñar, según el filósofo, en el modo verbal conocido como Gerundio.

Recordando el método de Sócrates, Kierkegaard lo aplicaba a la practicidad de la vida y a la necesidad de realizar comprometidamente lo nuestro: a pensar se aprende pensando, a estudiar se aprende estudiando, a nadar se aprende nadando, a orar se aprende orando, a trabajar se aprende trabajando.

9.- En la realidad, no se trata de otra cosa, sino de los bienes humanos que el hombre debe poner en su profesión, en su trabajo, en la oficina, en la escuela, en su hogar, en la Iglesia, en su esfuerzo diario, en su dedicación para cada cosa que quiere aprender o que piense adquirir.

No obstante, es recurrente el que los hombres queramos una entrada de Dios a nuestra Jerusalém sin que nosotros seamos generosos con Él, queremos una multiplicación de panes sin poner panes, queremos una pesca milagrosa sin ir a pescar, queremos la conversión del agua en vino sin llenar de agua los odres.

10.- ¿No te has fijado? Los jóvenes pretendan pasar un examen sin ponerse a estudiar una sola hora. ¡Eso no puede ser posible!

Algunos profesionistas desempleados pretenden tener un buen empleo con una excelente paga, pero lo quieren conseguir levantándose a las once de la mañana, y saliendo al mediodía a tocar las puertas de las empresas. Eso no es posible ¡Por el amor de Dios!

Los esposos quieren solucionar sus conflictos sin cederse a sí mismos un espacio para el otro. Quieren que Dios, y que el otro hagan todo el trabajo y se olvidan de que las relaciones humanas siempre serán un movimiento de dos. Pero,... ¡Es muchísima nuestra soberbia!

Hoy se quiere disfrutar de la Sagrada Eucaristía sin que le ofrezcamos a Dios nuestro cenáculo. Lo anterior es un absurdo, y a Dios nunca le han agradado los absurdos.

11.- Dios quiere el bien del hombre, y el hombre debe de ver por su propio bienestar. Diría san Agustín: “El que te creo sin ti no te salvará sin ti”.

Nuestra vida será sueño o será realidad, será omisión o será comisión. La vida será gracia y será libertad, será intención y será acción. Nuestra vida será ganancia o será perdida.

12.- Muy queridos amigos:

Estamos ya en el Domingo anterior a la Pascua, nuestro Domingo de Ramos, fecha en que las familias del pueblo judío utilizaban para elegir el Cordero que iba a ser sacrificado. Ya ha sido elegido el Cordero que se llevará al templo en la madrugada del día viernes, para que por la tarde sea sacrificado.

Faltan pocos días para que los ¡Hosannas! que hemos escuchado se conviertan en ¡crucifícale!, que las Palmas se conviertan en lanzas, que los lienzos que se ponen a sus pies se conviertan en aquellos lienzos de los que se le va a despojar, las coronas que ahora querían ponerle en su cabeza pronto se convertiran en espinas, y el trono ofrecido pronto se convertirá en una cruz.

13.- ¡Dispongámonos a celebrar el misterio de la vida! La historia apenas empieza, de la misma manera en que el Hijo de Dios ha querido un borrico prestado para ingresar a Jerusalén, requerirá de la generosidad humana para que se le preste un sepulcro en el que nos pueda ofrecer la eternidad.

¿Sabes? Escribió Blas Pascal en sus Pensamientos: “Para que la pasión no estorbe, hagamos como si no hubiese más que ocho días de vida”. ¿Qué quiere decir? Lo dejo a tu reflexión de esta semana... ¡Vive el momento!

Deseo que al concluir nuestro recorrido de estos días de la salvación, volvamos a nuestras casas y labores diarias recreados en el alma.






III - VIVE EL MOMENTO.


Fueron, pues, los discípulos e hicieron lo que Jesús les había encargado y trajeron consigo la burra y el burrito. Luego pusieron sobre ellos sus mantos y Jesús se sentó encima. La gente, muy numerosa, extendía sus mantos por el camino; algunos cortaban ramas de los árboles y las tendían a su paso. Los que iban delante de Él y los que lo seguían gritaban: “¡Hosanna! ¡Viva el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en el cielo!”

1.- Muy queridos amigos de cada semana, que inmerecidamente me honran con su atención en este domingo sumamente especial, y queridos amigos que accesan por primera ocasión este espacio de reflexión cristiana.

Muy queridos viajeros, que por motivos de descanso, laborales, familiares o estudiantiles, han llegado o están llegando o, bien que están por salir de nuestra ciudad: Debemos llevarnos o traer un pensamiento durante esta semana: la semana santa debe llevarnos a imitar a Jesucristo.

2.- Pero,... ¿Cómo poder imitar al Maestro? Acerca de esa imitación de Cristo que significa seguimiento del Maestro y el configurarnos con Él, estaba recordando una oración que solía hacer el filósofo danés Sören Kierkegaard:

“Señor Jesús, Tú no viniste al mundo para ser servido, ni tampoco para ser admirado o simplemente adorado. Tú mismo eres el Camino, la Verdad y la Vida. Tú has deseado solamente seguidores. Por eso, despiértame si estoy adormecido en este engaño de querer admirarte, en vez de seguirte y parecerme a Ti”.

3.- Gentiles amigos:

Hoy, iniciamos la celebración cristiana de la semana más singular y que tiene pleno alcance universal. Se trata de una fracción en la sucesión inexorable del tiempo, en donde la temporalidad y la eternidad lidiarán en singular combate. Y, cuando pareciera que en la noble danza, el tiempo se estuviera convirtiendo en la tumba de la perennidad, Aquél que es el Alfa y la Omega en la victoria pascual convertirá al tiempo en la cuna de la eternidad.

Como lo hemos referido, a imagen de aquella semana de días, del principio de la historia, en esta semana emergerá desde el sepulcro virginal del huerto de los Olivos el esplendor de la Luz de este Sol que ha nacido de lo alto, y del costado del crucificado se manifestará el Agua Viva que brotará de la fuente inagotable de la vida, desde al árbol de la cruz se ofrecerán al mundo los frutos más deliciosos y nutritivos que broten de cualquier árbol, en un cielo entenebrecido ante el espectáculo de la injusticia humana se manifestarán los inicios y los indicios de lo que serán esos cielos y esa tierra nueva, y allí en el ara de la cruz donde el Cordero de Dios ha sido inmolado, se mantiene erguido y victorioso el Hijo eterno del Padre para mostrarnos el verdadero rostro del hombre nuevo.

Este es el primer día de una semana no de siete sino de ocho días.

4.- Y esta es, la Mayor de las Semanas, para todos los cristianos, puesto que en ella han sido recreadas todas las cosas.

Soy consciente que cada uno de nosotros vivirá de forma muy distinta ésta semana de la recreación; sin embargo, cada uno deberá iluminar las diferentes expresiones de la recreación, a partir de la recreación que nos ha ofrecido el mismo Hijo de Dios en la nueva creación.

Es cierto que, recrear significa desde la apreciación humana el descanso, la diversión y el deleite, pero no debemos olvidar que desde lo cristiano recrear también significa: “crear o producir algo de nuevo”.

Y para ello, resulta sumamente importante, que el conocimiento cristiano no ignore que el centro del misterio que se está iniciado en este día es el de un género de vida nueva que se obtiene solamente en Cristo.

Lo anterior, nos llevará a muchos a celebrar este misterio desde las más bellas expresiones de la liturgia y, Dios quiera que, aún en aquellos que su recreación significa solamente diversión puedan, sino celebrar la liturgia, sí vivir, desde el lugar en dónde se encuentren, el misterio que verdaderamente crea de nuevo la vida, elevando ellos su pensamiento a Cristo, el Santísimo Redentor.

5.- Hoy, es apenas el primero de estos ocho días tan intensos y en la escena aparece la manifestación sencilla de aquellos pobladores que le rinden públicamente el honor y la gloria al Divino Creador y Salvador de su existencia, que está entrando sobre la sencillez de un borriquillo a la ciudad santa de Jerusalén.

Y será tal el dinamismo que emerja de estos días, que al inicio del primer día de la siguiente semana, es decir de hoy en ocho, aparecerá una explosión de fuerza salvífica, manifestada plenamente en la resurrección. Se iniciará entonces un día que no ha terminado para los cristianos: el Octavo día.

6.- En el contexto de estos ocho días en la nueva historia de los hombres, teniendo como transfondo la celebración de la Pasión del Señor, recordemos la invitación de Cristo para que aquellos que le queramos seguirle, aprendamos a cargar la cruz de cada día.

La invitación es para que tomemos la cruz cotidiana, no tan sólo la extraordinaria. Se trata de una cruz formada no tan sólo por un martirio o sacrificio excepcional sino por lo ordinario de las ocupaciones, incomprensiones, pequeños sacrificios, trabajos, olvido de sí, un servicio habitual ofrecido al otro y no siempre tomado en cuenta.

Lo que la semana santa nos pide es que nuestra vida se ofrezca a Dios y al hermano en la cruz ordinaria, hecha de cosas pequeñas no siempre agradables. Se trata del compromiso humilde a lo largo de los caminos “acostumbrados”. Y sobre todo, que al día siguiente volveremos a asumir.

¿Y qué pensar sobre la muerte? ¿Qué elemento adicional le ha comunicado el misterio de la Resurrección gloriosa de Cristo?

7.- Muy gentiles amigos:

Muerte y resurrección no son dos momentos contrarios en la apreciación del cristiano, sino un mismo movimiento en dos polos: Jesús muere y se dirige hacia la resurrección.

La muerte no es, para el cristiano, el término sino que se convierte en paso. La muerte se vuelve liberación para entrar en una situación de plenitud y de victoria.

8.- Pidámosle al Dios de la creación y de la recreación, que el esfuerzo que invertimos para recrearnos en lo corpóreo, no provoque en nosotros el olvido de la necesidad de acercarnos a Él, para que nuestra vida realmente se pueda recrear en su presencia.

Sin la recreación que viene exclusivamente de Dios, nuestros cansancios se disiparán solamente en lo momentáneo y en la apariencia. Sin nuestro acercamiento a Dios, regresaremos la próxima semana a nuestros quehaceres, con la peor de las fatigas, que es la del alma en el desencanto. No se habrá liberado nuestro interior de todo aquello que nos desgasta y que nos provoca pavorosa angustia en nuestra vida.

9.- Jesucristo nos saludará victoriosamente el próximo domingo: “La paz sea con ustedes”; y nosotros ni siquiera podremos imaginar lo que significa la paz, mucho menos el experimentarla, y es por ello que continuarémos sobreviviendo sumergidos en la angustia.

Para comprender la esencia de la angustia que ataca a los hombres, y entender lo que muchos experimentamos en nuestro propio interior, sería útil que consideráramos, sólo por esta ocasión, la raíz lingüística de esta palabra: “Angustia” en latín proviene de la palabra: “angustus” y significa obviamente angostez y estrechez. Con esta palabra se referían en la antigüedad a la estrechez del aparato respiratorio, aquello que llamamos congoja. En sus orígenes se refería a la angustia que surge del sofoco que experimentamos cuando las dificultades nos abrazan y no nos dejan respirar.

10.- Hay que intentar la liberación de la angustia del hombre, pero no a la manera como lo propone el Fausto en la obra de Goethe, quien se debate a pesar de todo en ganar un sentido, viviendo día a día sin cuestionar, vegetando sin más.

Esta es la semana más santa en la vida del cristiano, el tiempo que debiera provocar un cambio positivo en nosotros, como lo ha provocado en tantos hombres. Si tú eres uno de esos eruditos que sólo se preocupan de recrear el cuerpo, y posiblemente no conozcas lo que fue la vida de San Francisco, la de Santa Teresita o la de la Beata Madre Teresa, es posible que, por lo menos, no ignores lo que se narra en el Fausto.

¿Te acuerdas cómo era la vida de Fausto? ¿Se parece en algo a la tuya?

11.- El escritor alemán Johann Wolfgang Goethe en 1808 simbolizó en el Fausto al hombre que conquistó el mundo y que se perdió a sí mismo. Era un buen médico, a quien se le agradecía el haber salvado al pueblo de una agresiva epidemia de peste, y en el desarrollo de la trama, él y su discípulo Wagner han logrado reproducir en el laboratorio al Homúnculo, el hombre artificial...

Y sin embargo, el doctor Fausto, tan lleno de logros y de aparentes satisfacciones, llega a un momento de su existencia en que no le encuentra sentido a la vida, y está a punto de escapar por la puerta falsa en la mismísima semana mayor.

¿Recuerdas aquel episodio en la noche de la Pascua cuando ya se había llevado a los labios la copa del veneno, aterrorizado como estaba por la duda y la desesperación que ascendían desgarradoramente a través de su corazón? Mientras Fausto contemplaba el reflejo de sus propios ojos en aquel líquido que buscaba que se convirtiera en su pasaporte a la muerte, de pronto algo le provocó interrumpir aquel ritual de la autoaniquilación... En el espacio silencioso de aquel cielo pueblerino, el aire llevaba alegremente las hondas sonoras del repique jubiloso de las campanas de la celebración cristiana de la Pascua de la resurrección, y ese sonido alcanzó momentaneamente a Fausto como un mensaje liberador, como la palabra de Aquel que siendo el Dueño de todo, poniéndole la mano sobre su hombro le decia: ¡No tienes que morir, Dios ha rasgado los cielos!

12.- Amigos muy queridos:

Los cristianos, en la incertidumbre que brota de nuestra humanidad, así como en la de aquellos que no son cristianos, no sabemos lo que vendrá el día de mañana, pero sabemos Quién ha venido y conocemos Quién volverá. Aquel que posee la certeza sobre la última hora, no tiene por qué temerle al minuto próximo ni vivir angustiado.

¡Es Semana Santa! ¡Es tiempo de recrear la vida en su totalidad!




IV - SOLO HOY ES HOY...


Al entrar Jesús en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió. Unos decían: “¿Quién es éste?” Y la gente respondía: “Este es el profeta Jesús, de Nazareth de Galilea”.

1.- Muy queridos amigos:

Parece ser que una de las enfermedades que este Médico Divino tiene que atender en esta última semana que va a estar junto a estos enfermos humanos que ha venido a curar, no es otra sino la de hacernos ver la importancia que tiene la virtud del tiempo en nuestra propia vida.

Precisamente sobre este tenor todos tenemos que asumir que una expresión de madurez humana será el asumir el cuadro de responsabilidades que tenemos sobre nuestra propia vida, y es por ello que tenemos que revisar si en nuestra vida no hemos obrado precipitadamente.

Sin lugar a dudas, cuando nuestras precipitaciones alteran nuestra vida son causa de revisión y de que en la sinceridad cada uno asumamos cada una de nuestras culpas, de tal manera que no les estemos desplazando a otros nuestro cuadro de responsabilidades; pero cuando nuestra precipitación altera la vida de otros tenemos que elaborar una consideración con una especial atención, sobre todo sí esos otros se llaman familia.

Hablemos en estos momentos sobre noviazgo, enamoramiento, matrimonio, familia y aquellas cosas que a ellos les benefician como todas aquellas que les afectan.

2.- En este momento te puedo enumerar seis razones que no deberían utilizarse por ninguna persona para acceder al matrimonio, al menos como los cristianos lo entendemos:

Primero: la soledad: Alguien tiene miedo quedarse solo(a) en la vida y busca en la desesperación a un compañero pensando que allí encontrará la solución y no percibe que podrá experimentar la peor de las soledades que se percibe en la aparente compañía de alguien, como lo expresaba Don Ramón de Campoamor:

“Sin el amor que encanta,
la soledad del ermitaño espanta.
Pero es más espantosa todavía
La soledad de dos en compañía”.

Segundo: Temperamentales: Más de una persona no supo darse su lugar durante el noviazgo y en el imperio del descontrol los anticipos se multiplicaron sin percibir que en la vida “todos los anticipos se pagan con intereses redoblados”.Tú conoces cuáles son las ocasiones próximas de que esos anticipos de ofrezcan:

* Ciertos horarios de los que sabemos somos propensos a perder nuestro dominio.
* Ciertos espectáculos que se convierten en antesala de nuestros tropiezos.
* La soledad y el aislamiento del núcleo de nuestra familia, compasñeros y amistades.
* La punta de alcohol que disminuye las defensas en cualquiera.

Tercero: La Presión Social: No pocos accedemos a un estilo de vida a causa de nuestro apasionarnos por una idea, o por el simple hecho de no dar marcha atrás a un comentario, a un acuerdo y al precipitarnos en las decisiones, porque al parecer no distinguimos que el precipicio del dolor y de nuestro fracaso está danzando en nuestra vida. Cervantes así lo sentenciaba: “Aquel sí que se pronuncia con dos letras y da que llorar muchos años“.

Cuarto: Los Problemas: Somos muchos los que hemos llegado a pensar que el matrimonio es la mejor solución a los problemas que en la casa paterna se viven. Ellos visualizan el matrimonio como el hallazgo de aquella media naranja que ya se nos narraba en los mitos platónicos y no poco tiempo después nuestra vida se convertirá en el más irresoluto de nuestros problemas. Para hacer una pareja sana no bastan dos mitades; se necesitan dos enteros, y no lo hemos comprendido.

Quinto: La Panacea: Aunque tú no lo creas hay quienes ven el matrimonio como una panacea y el antídoto que soluciona todos los males sin que se alcance a apreciar que el placebo de nuestra ignorancia nos defraudará terriblemente. Tal como lo sentencia el pensamiento anónimo: “El que se casa de prisa se arrepiente despacio”.

Sexto: el Interés: Todavía existen aquellos que acceden al matrimonio por un interés mezquino. Porque es la mejor forma de salir de pobre, o de salir del pueblo, o de subir a la élite y parecen no admitir que para aquellos que han olvidado la dignidad del corazón vivirán siempre en la más terrible de las pobrezas.

3.- Es por ello que ante la intención del Matrimonio la Iglesia subraya la atención por un noviazgo sincero.

Valoro el Noviazgo en sí, puesto que es el tiempo que nos podrá hacer distinguir entre los dos tipos de enamoramiento. Y te puedo afirmar que tan importante como lo fue el tiempo de formación en el Seminario considero que el noviazgo es el tiempo en que se pueden forjan los cimientos sobre los que se construirá el edificio de la familia.

¿Sabías tú que en la ciudad de Calgari en Cánada, lugar en donde se desarrollaron hace pocos años unas Olimpiadas de Invierno se encuentra la que es conocida como la Torre Calgari, la cual mide 191 metros de altura y pesa 12,000 toneladas de las cuales 7,000 están bajo tierra? Más de la mitad del material está aparentemente ignorado. Sólo 5,000 toneladas están sobre la superficie en tanto que las otras 7,000 toneladas han sido sacrificadas a la vista de los visitantes, pero la función que cumplen permite que se disfrute de este monumento de aquella ciudad, tan célebre como lo son sus montañas nevadas.

Y es que solamente con cimientos profundos y sólidos se puede construir alto. El tamaño de los cimientos determina el de la estructura. Cuanto más profundos y amplios sean, tanto mayores son las posibilidades de altura y amplitud de la estructura.

Todos sabemos que aquello que no se ve es lo que sostiene aquellas cosas que nosotros vemos: las raíces a los árboles, los cimientos a las construcciones, la columna vertebral al hombre erguido.
En la misma manera el noviazgo es ese período de tiempo que dos personas que se sienten atraídas y se quieren se dan para conocerse y decidir si desean compartir la vida, comprometerse seriamente el uno con el otro para llevar a cabo una tarea en común.


4.- Todo se debe iniciar con un enamoramiento que debe discernirse. Normalmente la persona enamorada experimenta las siguiente emociones y sensaciones:

* Primero: Un aumento en la autoestima. La persona enamorada se siente atractiva, valorada, querida y muy especial para otra persona. La sensación que se experimenta es la de sentirse importante y capaz de enamorar.

* Segundo: Una enorme ilusión. El enamorado tiene un deseo grande de vivir, se experimenta en una alegría y felicidad constantes. La persona se siente más viva, con más energía, fuerza e iniciativas para actuar.

* Tercero: La Idealización del otro en el corazón del enamorado. Este es un elemento que tenemos que atender ya que se trata de un filtro que solo deja pasar lo valioso y positivo del ser amado. No se ven defectos ni aspectos que disgusten del mismo.

* Cuarto: El Aislamiento de todo lo que no sea pareja. Durante el enamoramiento el otro ocupa el primer y único plano en la vida, haciendo perder importancia todo lo demás.

* Quinto: El enamorado ingresa al campo de la sexualidad. Durante el noviazgo el contacto físico y la intimidad hacen despertar sensaciones intensas a través de la proximidad y el tacto, aún en el más sencillo de los abrazos y de las caricias.

* Sexto: En el enamoramiento hay una invasión de sentimientos positivos. Se trata de un estado generado por las palabras bonitas y los gestos cariñosos dirigidos hacia la persona amada, así como el deseo de agradarle y de hacerle feliz.

* Séptimo: Se da un deseo de exclusividad. Aquí se experimenta en los enamorados la necesidad de serlo todo el uno para el otro.

* Octavo: El enamoramiento es un soñar con un futuro feliz. Para aquel que experimenta el enamoramiento no se puede pensar la vida de otra forma sino junto a la persona amada.

5.- Todo lo anteriormente mencionado es positivo y es parte de nuestra misma historia como personas, se trata de una etapa importante en el desarrollo de nuestra personalidad, así como lo fue nuestra infancia y lo será un día nuestra vejez.

No obstante quisiera señalizar un elemento que tenemos que atender como detonante de dolor en un enamoramiento que posee rasgos negativos:

El enamoramiento surge como una defensa de los afectos para los momentos de oscuridad, y en no pocas ocasiones este se llega a dar en las más penosas situaciones. Es por esto que la persona no debe perder la cordura y la objetividad en sus decisiones.

Y es que del tamaño de la ilusión del corazón es el tamaño del sufrimiento,porque entre más grande es el engaño es menor la probabilidad de llenarlos y resulta todavía mayor la decepción. La historia del sufrimiento de cada quien es la propia historia de sus deseos frustrados.

Y luego vienen los reclamos: me engañaste porque no eras como yo te imagine, me engañaste porque no fuiste como yo te creí. ¿Porqué no me dijiste que eras así como estas resultando ser? La verdad es que nadie engaña a nadie; es el corazón el que se auto-engaña en los apresuramientos...

6.- Dice un refrán popular que “El amor es ciego, pero el matrimonio le devuelve la vista”.

¿Será tan drástico el cambio que se da en la vida en el amanecer del matrimonio?

Las realidades en el amor son negativas y positivas, pero el enamorado no lo quiere aceptar y al llegar al matrimonio esto se aclara en nuestra vida.

Hoy es tiempo de conocerse auténticamente. Por eso cuando el corazón del enamorado se da cuenta que ella tiene detalles desagradables y burdos, el corazón se apaga y entra en crisis.

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