ORACIÓN EUCARÍSTICA: Fiesta de la Sagrada Familia

Publicado por Fe Adulta

Gracias de todo corazón, Señor Dios nuestro,
porque nos has acompañado todos los días de nuestra vida
con el calor de tu paternidad entrañable y providente.
Has caminado a nuestro lado sin interferir en nuestra libertad,
pero alentando, animando siempre, dándonos la fuerza y la vida,
el soporte decisivo de tu presencia fiel y paternal.
Gracias, Señor, por cuanto has hecho por la humanidad.
Tú eres nuestro Padre común, Tú nos unes a todos,
por Ti nos sentimos hermanos de todos los seres humanos,
sentimos que somos tu gran familia, que todos somos tus hijos,
sin distinción de razas ni clases sociales ni credos religiosos.
Para Ti somos todos iguales, igualmente queridos.
Y aunque nos cueste creerlo, no valen creencias ni méritos
para alcanzar privilegios ni subir ningún escalafón ante Ti,
porque Tú ya nos amas del todo, como más no se puede amar.
Por eso, todos juntos, hermanados,
queremos expresarte nuestro cariño de hijos,
y cantarte, Padre y Madre, este himno de agradecimiento.

Santo, santo…

Te damos gracias por Jesús, tu hijo, nuestro hermano mayor.
Sabemos que la familia es el mejor campo de entrenamiento
para aprender lo que es amar y ocuparse de los demás.
Y por eso hoy particularmente queremos darte gracias
por sus buenos padres, María y José, que cuidaron de Jesús
y le educaron maravillosamente en tu amor y en libertad.
Llegó a identificarse contigo y nos reveló que eres nuestro Padre.
Nos dejó dicho que aquellos que cumplen tu voluntad, Señor,
esto es, los que aman a todos los demás como hermanos
son los que verdaderamente forman parte de su familia.
Y nos dio testimonio con su vida y su muerte
de cómo hemos de darnos a los demás, hasta las últimas consecuencias.

El Señor Jesús, la noche en que iban a entregarlo, cogió un pan,
dio gracias, lo partió y dijo:
«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros;
haced lo mismo en memoria mía».

Después de cenar, hizo igual con la copa, diciendo:
«Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre;
cada vez que bebáis, haced lo mismo en memoria mía».

En esta ocasión, Padre santo,
deseamos pedirte una bendición especial para todas las familias.
Que en cada situación a lo largo de nuestra vida,
sea como hijos, hermanos, esposos, padres o abuelos,
nos ayudemos en familia a desarrollar nuestro potencial humano
y aprendamos a salir de nosotros mismos e ir a los demás
con total capacidad de entrega y espíritu de servicio.
Te rogamos también por toda la comunidad cristiana,
para que formemos una buena familia
y nos ayudemos mutuamente a crecer en tu conocimiento y amor.
Queremos también darte gracias, Señor,
por nuestros familiares difuntos, porque estamos seguros
de que los has acogido en tu seno paternal.
Unidos como hermanos a todos los seres humanos,
y en el nombre de tu hijo Jesús,
queremos elevarte nuestra mejor plegaria de alabanza,
ahora y siempre.
AMÉN.

Rafael Calvo Beca

PRINCIPIO

Recordando a José, María y Jesús
nos reconocemos como familia tuya, Padre.
Que tu palabra haga que nos sintamos así,
que te sintamos como Padre y nos sintamos hermanos.
Por Jesús, tu hijo, nuestro Señor.


OFRENDA

Como nuestro pan y nuestro vino
van a ser, para nosotros, cuerpo y sangre de Jesús,
haz que, por el amor que has sembrado en nosotros,
nuestra vida sea la de verdaderos hermanos.
Por Jesús, tu hijo, nuestro Señor.


DESPEDIDA

Gracias Padre por aquella familia que nos muestra tu rostro.
Que todas nuestras familias vivan de tu palabra
y sean mensajeras de tu Hijo.
Por el mismo Jesús, nuestro Señor.

José Enrique Galarreta