Publicado por Mi Vocación
Una de las cosas importantes en nuestra vida es sentirse amado. El amor no podemos medirlo, no hay manera alguna para ello, pero… en realidad no importa. Lo verdaderamente valioso para el ser humano es experimentar que es amado y que es capaz de amar, pero no por propios méritos sino porque se da aquello que ya se ha recibido con anterioridad. Dios ama, me ama con fuerza y gracias al amor que recibo del Padre yo he aprendido a amar.
Así como las cosas no se crean solas, ni nacen de la nada yo he de alimentarme de ese Dios-amor. ¿Cómo es mi búsqueda de Dios? Creo que su fuerza no radica tanto en tenerlo como en desearlo, ese deseo es el que me llevará a una búsqueda más intensa. ¿Qué actitudes he de tener?
En primer lugar pienso que he de reconocer la propia verdad, sea lo que sea… carencias, fracasos, necesidades, alegrías, dones y todo lo que somos. ¿Dónde buscar? Dentro, en mí. Difícilmente buscar a Dios, conocer a Dios sino nos conocemos a nosotros mismos. Decía Santa Catalina: “Conocerme a mí, pero en Él”, conocerme como Él me conoce aunque eso requiera mucha escucha. Pero también conocerlo a Él en mí. Amamos lo que conocemos, la ausencia de conocimiento priva de amar algo o a alguien.
También necesitamos silencio y oración. Cuando el hombre busca… busca a Dios, aunque esté disfrazado de otras cosas. La búsqueda de Dios va acompañada de una mirada de cariño, pero necesito el silencio y la escucha para percibir esa mirada de Dios en mí. Otro punto que he de procurar es la espera, esperar a que Él llegue, pero de una forma colaboradora. Hay que esperar su hora, su momento, Dios no impone, no me impone. He de dar tiempo. Que nuestra búsqueda sea sincera, sólo así podremos vivir y experimentar el verdadero amor de Dios. Texto: Hna. Conchi García.
Así como las cosas no se crean solas, ni nacen de la nada yo he de alimentarme de ese Dios-amor. ¿Cómo es mi búsqueda de Dios? Creo que su fuerza no radica tanto en tenerlo como en desearlo, ese deseo es el que me llevará a una búsqueda más intensa. ¿Qué actitudes he de tener?
En primer lugar pienso que he de reconocer la propia verdad, sea lo que sea… carencias, fracasos, necesidades, alegrías, dones y todo lo que somos. ¿Dónde buscar? Dentro, en mí. Difícilmente buscar a Dios, conocer a Dios sino nos conocemos a nosotros mismos. Decía Santa Catalina: “Conocerme a mí, pero en Él”, conocerme como Él me conoce aunque eso requiera mucha escucha. Pero también conocerlo a Él en mí. Amamos lo que conocemos, la ausencia de conocimiento priva de amar algo o a alguien.
También necesitamos silencio y oración. Cuando el hombre busca… busca a Dios, aunque esté disfrazado de otras cosas. La búsqueda de Dios va acompañada de una mirada de cariño, pero necesito el silencio y la escucha para percibir esa mirada de Dios en mí. Otro punto que he de procurar es la espera, esperar a que Él llegue, pero de una forma colaboradora. Hay que esperar su hora, su momento, Dios no impone, no me impone. He de dar tiempo. Que nuestra búsqueda sea sincera, sólo así podremos vivir y experimentar el verdadero amor de Dios. Texto: Hna. Conchi García.
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