Publicado por Cipecar
Lecturas: Amós 6,1a.4-7; Salmo 145,7-10; 1 Timoteo 6,11-16
Evangelio: Lucas 16, 19-31
Lecturas: Amós 6,1a.4-7; Salmo 145,7-10; 1 Timoteo 6,11-16
Evangelio: Lucas 16, 19-31
"En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
-«Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su
portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico.
Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas. Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán.
Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó:
"Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas."
Pero Abrahán le contestó:
"Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces.
Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros."
El rico insistió:
"Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lu gar de tormento."
Abrahán le dice:
"Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen." El rico contestó:
"No, padre' Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán."
Abrahán le dijo:
"Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto."
vv. 19-21: Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico... pero hasta los perros venían y le lamían las llagas.
Un hombre rico… y uno pobre…
Es un relato exclusivo del evangelista Lucas
El autor aún tiene en mente a los fariseos que aman el dinero del v.14 Estaban oyendo todas estas cosas los fariseos, que eran amigos del dinero, y se burlaban de él.
Esos mismos fariseos pensaban estar a bien con Dios cumpliendo la Ley (Lc11, 37ss).
La parábola tiene dos partes:
En la primera, se presenta al rico que vestía de púrpura y lino y al pobre en situación bien miserable.
Físicamente están cerca pero viviendo en un contraste tan grande de opulencia-miseria.
En la segunda, después de la muerte cambia las situaciones.
El rico se ha propuesto pasarlo bien. Ha centrado su condición de prestigio en vestir y comer desinteresándose de todo el mundo.
El pobre está descrito con mimo:
Tiene nombre, Lázaro= Eleazar (Ayuda de Dios).
Su miseria es extrema:
Débil, enfermo, llagado.
Hasta los perros salvajes, callejeros, ellos también hambrientos lamían sus llagas… (¡qué asco!), pero…
v. 22-23: Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
En la muerte de ambos aparece la justicia.
El pobre fue llevado… al cielo, que en la literatura judía aparece como ir a los padres, reunirse con los padres o más gráficamente ir o ser acogido por Abraham o ir al seno de Abraham.
El rico cayó en el Hades entre tormentos, como un vulgar paganito que se había portado mal, sin amor al prójimo.
Mucho sepulcro fastuoso, pero este muerto está muerto y nada más.
vv. 24-26: Y, gritando, dijo: "Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama." Pero Abraham le dijo: "Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros."
Esta conversación tiene elementos gráficos de la parábola.
Hay que tener en cuenta que en la parábola estos elementos son solo gráficos; no hay que convertirlos en alegoría.
Lo que aparece es que la justicia del más allá no es como la apariencia de esta vida.
No es el infierno que nosotros hemos predicado. En esta descripción este hombre rico tiene sentimientos buenos hacia sus hermanos; parece que en el infierno no hay tales sentimientos.
vv. 27-31: Replicó: "Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento." Díjole Abraham: "Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan." El dijo: "No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán." Le contestó: "Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite."»
Aquí Lucas ha sido un artista. Vamos a ver qué nos dice en este diálogo.
1.- El desafortunado pide al padre Abrahán que avisen a sus cinco hermanos para evitarles este lugar de tormento.
2.- Tienen a Moisés y a los Profetas, tienen la Biblia para eso
3.- Si un resucitado fuera a avisarlos, se convertirían.
El mensaje de toda esta larga parábola está en este versículo final:
Si no oyen a la Biblia, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite
¿Quién es este MUERTO que ha resucitado y a quien tampoco hacen caso los judíos o no hacemos casos nosotros?
Señor Jesús, tú que has hecho tanto bien a la Humanidad dolorida con tu compasión, haz que revivamos continuamente la memoria de tu único mandamiento de amarnos mutuamente como tú nos has amado. Que tu Espíritu nos advierta para no dejemos de ver a los lázaros que esperan nuestra ayuda. Amén.
-«Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su
portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico.
Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas. Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán.
Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó:
"Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas."
Pero Abrahán le contestó:
"Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces.
Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros."
El rico insistió:
"Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lu gar de tormento."
Abrahán le dice:
"Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen." El rico contestó:
"No, padre' Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán."
Abrahán le dijo:
"Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto."
vv. 19-21: Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico... pero hasta los perros venían y le lamían las llagas.
Un hombre rico… y uno pobre…
Es un relato exclusivo del evangelista Lucas
El autor aún tiene en mente a los fariseos que aman el dinero del v.14 Estaban oyendo todas estas cosas los fariseos, que eran amigos del dinero, y se burlaban de él.
Esos mismos fariseos pensaban estar a bien con Dios cumpliendo la Ley (Lc11, 37ss).
La parábola tiene dos partes:
En la primera, se presenta al rico que vestía de púrpura y lino y al pobre en situación bien miserable.
Físicamente están cerca pero viviendo en un contraste tan grande de opulencia-miseria.
En la segunda, después de la muerte cambia las situaciones.
El rico se ha propuesto pasarlo bien. Ha centrado su condición de prestigio en vestir y comer desinteresándose de todo el mundo.
El pobre está descrito con mimo:
Tiene nombre, Lázaro= Eleazar (Ayuda de Dios).
Su miseria es extrema:
Débil, enfermo, llagado.
Hasta los perros salvajes, callejeros, ellos también hambrientos lamían sus llagas… (¡qué asco!), pero…
v. 22-23: Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
En la muerte de ambos aparece la justicia.
El pobre fue llevado… al cielo, que en la literatura judía aparece como ir a los padres, reunirse con los padres o más gráficamente ir o ser acogido por Abraham o ir al seno de Abraham.
El rico cayó en el Hades entre tormentos, como un vulgar paganito que se había portado mal, sin amor al prójimo.
Mucho sepulcro fastuoso, pero este muerto está muerto y nada más.
vv. 24-26: Y, gritando, dijo: "Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama." Pero Abraham le dijo: "Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros."
Esta conversación tiene elementos gráficos de la parábola.
Hay que tener en cuenta que en la parábola estos elementos son solo gráficos; no hay que convertirlos en alegoría.
Lo que aparece es que la justicia del más allá no es como la apariencia de esta vida.
No es el infierno que nosotros hemos predicado. En esta descripción este hombre rico tiene sentimientos buenos hacia sus hermanos; parece que en el infierno no hay tales sentimientos.
vv. 27-31: Replicó: "Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento." Díjole Abraham: "Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan." El dijo: "No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán." Le contestó: "Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite."»
Aquí Lucas ha sido un artista. Vamos a ver qué nos dice en este diálogo.
1.- El desafortunado pide al padre Abrahán que avisen a sus cinco hermanos para evitarles este lugar de tormento.
2.- Tienen a Moisés y a los Profetas, tienen la Biblia para eso
3.- Si un resucitado fuera a avisarlos, se convertirían.
El mensaje de toda esta larga parábola está en este versículo final:
Si no oyen a la Biblia, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite
¿Quién es este MUERTO que ha resucitado y a quien tampoco hacen caso los judíos o no hacemos casos nosotros?
Señor Jesús, tú que has hecho tanto bien a la Humanidad dolorida con tu compasión, haz que revivamos continuamente la memoria de tu único mandamiento de amarnos mutuamente como tú nos has amado. Que tu Espíritu nos advierta para no dejemos de ver a los lázaros que esperan nuestra ayuda. Amén.
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