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sábado, 25 de septiembre de 2010

Rico Epulón y Lázaro mendigo. Un infierno en la tierra


Publicado por El Blog de X. Pikaza

Domingo 26. Tiempo ordinario. Ciclo c. Lc 16, 19-31. Lucas sigue avanzando con el tema de la pobreza y alcanza este domingo su cota máxima, con esta parábola de juicio y de cielo (e infierno).

Esta parábola, inquieta e inquietante, nos sitúa otra vez ante la urgencia del servicio al prójimo y del riesgo radical de la condena, es decir, del infierno final (que empieza en este mundo).

Muchos han pesando que es una parábola contraria al evangelio, pues al rico se condena sólo por ser rico, y el pobre se salva sólo por ser pobre. Parece una parábola sin misericordia, donde ni Dios escucha el lamento del condenado que pide solamente unas gotas de agua, una parábola pre-cristiana, pues no se habla de la resurrección de Jesús, que puede acoger a todos, sino del seno de Abraham (en línea quizá más judía y musulmana….).

Pero no podemos olvidar que el texto es una parábolas, no una proposiciòn dogmática; es una palabras fuerte de aviso y advertencia, en forma simbólica, en el lenguaje de la gente de la calle, en tiempo de Jesús.

Se como fuere, es una palabra inquietante, que nos ayuda a leer la realidad, diciéndonos, con símbolos de cielo e infierno, algo que pasa aquí abajo, una situaciòn de injusticia radical (de derroche y miseria) que debemos superar, a no ser que queramos destruirnos todos.

Presentación

Ésta es una de las tres parábolas que ha comentado con cierto detalle y gran hondura el papa Benedicto XVII en su libro Jesús de Nazaret, es una parábola que ha estudiado también WIN WEREN en un precioso libro titulado Ventanas sobre Jesús. Métodos de exégesis de los evangelios (Verbo Divino, Estella 2004). Para no seguir insistiendo en mis ideas, hoy he querido tomar básicamente el comentario de Win Weren, que escribe desde Holanda. He querido completar sus palabras con un comentario de mi amigo Juan Manuel González, que me escribe desde Córdoba (Argentina).

Buen domingo a los amigos del blog, con esta parábola inquietante…que puede ser consoladora. No se trata de “cambiar el cielo y el infierno” de después, sino de cambiar este mundo, para que no sea infierno para miles de millones de personas..

Texto: Lc 16, 19-31

Lc 16. Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino finísimo, y celebraba cada día banquetes espléndidos. 20 Y cierto pobre, llamado Lázaro, estaba echado a su puerta, lleno de llagas, 21 y deseaba saciarse con las migajas que caían de la mesa del rico, pero no podía; y los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico, y fue sepultado.
23 Y estando en el Hades, sufriendo entre tormentos, alzó sus ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces, dijo:
Padre Abraham, ten misericordia de mí y envía a Lázaro, a fin de que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
Pero Abraham dijo:
– Hijo, acuérdate que durante tu vida recibiste tus bienes; y de igual manera Lázaro, males. Pero ahora él es consolado aquí, y tú eres atormentado. 26 Además de todo esto, un gran abismo existe entre nosotros y vosotros, para que los que quieran pasar de aquí a vosotros no puedan, ni de allá puedan cruzar para acá.
Pero el hombre rico dijo:
– Entonces te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre 28 (pues tengo cinco hermanos), de manera que les advierta a ellos, para que no vengan también a este lugar de tormentos.
Pero Abraham dijo:
– Tienen a Moisés y a los profetas. Que les escuchen a ellos.
Entonces él dijo:
– No, padre Abraham; pero si alguno va a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.
Pero Abraham le dijo:
– Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán si alguno se levanta de entre los muertos.

Análisis estructural
La narración de Lázaro y el rico consta de dos partes:

La primera parte de la narración (16, 16-21)

muestra cómo el hombre rico se vestía de púrpura y de lino finísimo y celebraba banquetes suntuosos cada día. Hay un duro contraste entre su situación y el destino del mendigo ante su casa. Este último se hallaba cubierto de harapos y deseaba saciar su hambre con las sobras que cayeran al suelo desde la mesa del hombre rico. El pobre está fuera de la puerta, rodeado por los perros de la calle. El hombre rico se encuentra dentro de casa, el pobre a la puerta, a dos pasos de distancia, pero se produce ninguna forma de comunicación entre ellos.
Al comienzo de la segunda parte (Lc 16, 22)

tiene lugar un gran cambio de perspectivas. Ambos mueren. Ahora se menciona primero a Lázaro y sólo después al hombre rico. Esta segunda parte se desarrolla en el más allá, en un lugar donde el rico sufre tormentos y el pobre descansa en el seno de Abrahán.

En la primera parte, ambos se hallaban cerca uno del otro; el texto pone ahora de relieve la distancia espacial que les separa (“un gran abismo”), pero a pesar de la distancia ellos se pueden ver y escuchar uno al otro.

Esta segunda parte está básicamente formada por la conversación entre el rico y Abrahán. El hombre rico no se dirige directamente a Lázaro, sino que habla con Abrahán sobre Lázaro.

Los dos participantes de la conversación hablan alternativamente: el hombre rico en 16, 24.27-28.30 y Abrahán en 16, 25-26.29.31. El hombre rico se dirige a Abrahán llamándole “Padre Abrahán” o “Padre”. El mismo Abrahán confirma en 16, 25 que este hombre rico es hijo suyo.

Inversión de relaciones

Algunos exegetas afirman que la conversación se encuentra centrada sobre todo en la inversión de relaciones espaciales entre el rico y el pobre después de la muerte de ambos . Ellos suponen que el relato sirve para ilustrar un tipo de afirmaciones que aparecen en otros lugares de Lucas (1, 53; 6, 20-26; 14, 12-14. 24). Sin duda, el hecho de que tras la muerte se inviertan las relaciones anteriores muerte juega un papel en el texto, como lo muestra la formulación quiástica de 16, 25:

a. Hijo, acuérdate que durante tu vida recibiste tus bienes;
b. y de igual manera Lázaro, males.
b’ Pero ahora él es consolado aquí,
a’ y tú eres atormentado.

Este verso retoma la forma quiástica anterior del relato, en 16, 19-22, donde la situación del rico (a) y del pobre (b) durante el tiempo de su vida se comparan con la nueva situación del pobre (b’) y del rico (a’) después de sus muertes.
Pero el motivo más importante del relato no está formado por la inversión de situaciones. Además, este motivo no aparece después de 16, 25. La unidad del relato viene marcada por los cambios que nos llevan de un lugar a otro (sea que realicen estos cambios o no se realicen):

16, 19-21 El rico está en casa y no entra en contacto con el mendigo que está en la calle, mientras que Lázaro está fuera y no pretende introducirse en casa
16, 22 Ambos abandonan la tierra y se encuentran en otro espacio, es decir, en el más allá

16, 24-26 Lázaro no puede cruzar del lugar donde se encuentra al lugar donde se encuentra el rico; tampoco se puede hacer el camino inverso
16, 27-31 Lázaro podría actuar como medio de contacto entre el más allá y la casa paterna del rico, pero Abrahán rechaza esta posibilidad como carente de sentido.

Los posibles movimientos de Lázaro

El tema de conversación entre el rico y Abrahán lo forman los posibles movimientos de Lázaro. El hombre rico pide por tres veces (16, 24. 27-28. 30) algo que está relacionado con ese movimiento.

Su primera petición (16, 24)

tiene dos partes: “Ten misericordia de mí y envía a Lázaro”. La finalidad del envío de Lázaro se expresa con una sentencia final (“a fin de que...”); la razón por la que Abrahán debe tener compasión se expresa en una frase de tipo causal (“porque...”). El que ruega de esta forma está expresando su propia situación en este “momento” de la conversación: pide a Abrahán que le envíe a Lázaro para que refresque su lengua con unas gotas de agua, porque se encuentra atormentado. Lo mismo que Lázaro había estado atormentado antes por el hambre, deseando las migajas que caían de la mesa del rico, ahora es el rico el que sufre atormentado por la sed, deseando un poco de agua fresca que, evidentemente, resulta accesible para Lázaro.
Abrahán rechaza esta petición de ayuda material por dos razones.
La primera aparece en 16, 25
y la segunda en 16, 26. E
n 16, 25, Abrahán se refiere a la inversión de situaciones tras la muerte. En 16, 26 presenta el motivo por el que resulta imposible el paso de una zona a la otra en el reino de la muerte: hay un gran abismo entre ambas zonas.
Tras esta respuesta, el hombre rico no se ocupa ya más de su propia situación: ha visto que se encuentra irrevocablemente perdido y se fija en sus cinco hermanos, que están en la casa de su padre. Antes no se había fijado en el mendigo a la puerta de su casa; ahora, en cambio, se muestra lleno de ansiedad por el destino futuro de su familia.

Su segunda petición

muestra un claro paralelismo con la primera: nuevamente pide a Abrahán que confíe otra tarea a Lázaro: esta vez, Abrahán debe enviarle a la tierra a fin de que (nuevamente con una sentencia final) los cinco hermanos del rico puedan ser prevenidos y no acaben cayendo en su misma situación de condena. En este momento, el rico ya no pide una ayuda material. Pero su petición también es rechazada, con una referencia a Moisés y los profetas. El rico no queda convencido por esta respuesta (cf: “no, padre Abrahán”, en 16, 30).

Tercera petición.

El rico repite su petición, pero la razona con un argumento especial: si un hombre resucita de los muertos tendrá más poderes de convencimiento que Moisés y los profetas. Pero Abrahán no acepta esta argumento: los cinco hermanos tendrán que arreglárselas con aquello que tienen a su disposición: los escritos de Moisés y los profetas ofrecen una buena brújula para encontrar la dirección en la vida. El relato acaba así con un final abierto: no se nos dice si los cinco hermanos van a convertirse o no; se deja que el mismo lector el que saque la conclusión adecuada del relato.

Una puerta y un gran abismo

La conclusión que se deduce del relato no es que los pobres del mundo deben mantenerse como están, ya que esperan la gloria futura tras la muerte. El relato no quiere que el pobre y el rico sigan viviendo simplemente en mundos que se encuentran herméticamente sellados, alejados uno de otro. Nada de eso: este relato nos abre hacia una dirección totalmente distinta. Para aclarar esto, quiero referirme al fuerte contraste que existe entre sus dos sub-divisiones: en la primera encontramos una simple puerta, en la segunda el gran abismo.

Durante el tiempo de su vida, el pobre mendigo y el rico “gourmet” no se relacionaban entre sí, pero podrían haberlo hecho, pues Lázaro yacía ante la misma puerta de la casa del rico: una puerta evoca la posibilidad de comunicación. Tras su fallecimiento, ambos se encuentran en el reino de los muertos. Tampoco ahora mantienen un contacto directo entre sí. Lázaro vive en una zona del “más allá” que es distinta de la zona donde se halla rico. Las cosas han cambiado y ahora es completamente imposible que uno vaya al lugar donde se encuentra el otro: entre las dos zonas se extiende un gran abismo.
De esta forma, en la segunda parte del relato, la situación resulta completamente distinta de la situación de la primera.

Esta diferencia viene a presentarse de un modo particularmente instructivo:

en la primera mitad era aún posible superar la división social entre pobre y rico; el rico podría buscar el contacto con el pobre en la tierra.
En la segunda parte, esto resulta imposible: ya no se puede cruzar la frontera entre el rico y el pobre, después que ellos han muerto.

Conclusión de Win Werem:

Aquellos lectores que suponen que la oposición entre pobres y ricos tiene ya un carácter definitivo sobre la tierra invierten y deforman totalmente el sentido de esta narración. De esa manera, ellos sustituyen la pequeña puerta de la casa de este mundo (que separa al rico del pobre) con un gran abismo. Al actuar así esto, ellos están convirtiendo la tierra en un Hades, esto es, en un reino de los muertos, donde las relaciones han quedado ya fosilizadas para siempre, mientras que en esta tierra debería estar completamente abierta la posibilidad de cruzar las fronteras. El relato se opone a esa visión: las normas oscuras del reino de los muertos (donde nada se puede cambiar) no son aplicables sobre la tierra, durante el tiempo de nuestra vida. Nosotros vivimos todavía en un mundo donde las puertas pueden abrirse.

Apéndice: La economía canalla (J. M. González)

Me escribe de Córdoba (Argentina) y me dice:Hace tiempo que no participo de tu foro, porque estoy con muchas labores pastorales (bíblicas), gracias a Dios el trabajo crece y el entusiasmo también. Por si sirve, te envío los esquemas de mis homilías de la semana pasada (administrador inteligente) y el del domingo que viene (parábola del Rico y del pobre Lázaro). Son esquema porque siempre uso pizarrón en la Misa… ¡Un abrazo!

((Lo que sigue va en esquemas truncados, pues la "máquina" del blog no reprocuede los esquems en castillas opuestas. Recomiendo esta lectura sólo a quienes quieran estudiar de un modo personal el tema. Los demás pueden terminar aquí el post de este día. Buen fin de semana))

Juan Manuel González

LA “ECONOMÍA CANALLA”

I. Lucas cap. 16 es un texto central en Lucas y economía.

II. Hay que ubicarse en la globalidad de la lectura:
Lc.15: Proceso de salvación
Lc.16: Proceso de perdición

III. Unidad de Lc.16: dos parábolas:

16,1-9: Parábola sobre la SALVACIÓN
10-13: relación explícita con lo anterior

14-18: preparación para lo que sigue
16,19-31: Parábola sobre la PERDICIÓN

IV. TEMÁTICA:

La ley de Dios o la ley del Capital (MAMÓN)
La lógica de DIOS o la lógica del CAPITAL
Siervos del Capital o siervos de Dios.

V. RELACIÓN:

La unidad del capítulo: Se trata de dos parábolas en claro “contraste”:
En la SEGUNDA (Lc.16,19-31) se describe con claridad qué es la economía canalla o el capitalismo salvaje: el rico no hace individualmente “actos malos”, en cierto sentido. Se trata de un pecado estructural, un estilo de vida, genera pobres, explotación, sufrimiento: insensibilidad, insolidaridad.

La PRIMERA parábola (Lc.16,1-13): se felicita un economista-administrador que no se subordina a la lógica del capital o del mercado. Y obra con el dinero de la injusticia (sistema injusto), como un auténtico justo.
Evidentemente, que el capital divide y mata, pero hay alternativas inteligentes: aquí hay otro mercado (merced) para regalar y hacer el bien (amigos).
Se trata de romper la lógica del capital-mercado…

La segunda parábola es antítesis (condenación) de la primera (salvación)

PARTALELO DE OPOSICIÓN

16,1-9: ecónomo inteligente

Mala fama, sin amigos
Luego: buena fama, amigos ganados
Aprovecha posibilidades para el bien de otros
Emplea inteligentemente el dinero
Beneficia a los deudores
Hace algo para ser recibido
Pone en práctica la Ley: no practicar usura
Justo a tiempo

16,19-31: rico

buena fama, muchos amigos (=fiestas)
Después: mala fama, sin amigos
Aprovecha posibilidades en beneficio propio
Emplea incorrectamente los bienes
Deja morir a Lázaro en plena miseria
Es condenado eternamente en el más allá
No presta atención a la Ley y los profetas
Demasiado tarde

Lc.16,1-8: Parábola del ecónomo inteligente

1. No se establece la culpa en concreto.
2. Son rumores,
3. “Acusar” y “calumniar-difamar”: se parecen: difamación sin fundamento.
4. Acusar de “derrochador” (Lc.15,13. hijo pródigo): paralelismo: derrochones que se reflexionan y se salvan.
5. REBAJA DE DEUDAS: ANTIGÜEDAD: leyes judías sobre economía, usura.
Ecónomo: cobraba un interés propio, además de lo que era para dueño.
La rebaja no es robo o derroche de bienes del dueño: es renuncia total o parcial por parte del ecónomo a sus propios beneficios, a su comisión. La “rebaja” es una atribución legítima del ecónomo
El ecónomo, ante la amenaza de expulsión, empieza a poner en práctica la voluntad de Dios, rebaja las deudas, eliminando los intereses.
Renuncia a la ganancia personal y al pecado prohibido por la Torá.
Es un sujeto reflexivo

que busca la buena voluntad de sus deudores
mediante la renuncia de sus beneficios personales,
practicando con ello la voluntad de Dios:
por eso recibe una alabanza pública, por parte de Jesús.
Su sabiduría-inteligencia fue haber hallado la solución a su problema de despido fuera de la lógica del sistema del Mamón (= capital, mercado).

MAMÓN:

“Confiar” (vinculado etimológicamente a “amén”): confiar en las riqueza ("In God We Trust").
En la antigüedad no hay ninguna divinidad del dinero (en Israel).
El judaísmo le fue agregando al dinero una carga negativa: endiosar el dinero.
Es un OBJETO que uno puede convertir en SUJETO (ídolo: señor, señorío, dominación-esclavitud), para servir-adorar-esclavos.
Jesús (Lucas) quiere desenmascarar, pues, el servicio al amo primaba sobre el servicio religioso, por eso al niño, mujer y esclavo no estaban obligados a comparecer en el templo los días de fiesta.
Se trata de desenmascarar un DOBLE SERVICIO.
Jesús no opone dos Divinidades (Dios o el Diablo),
sino dos actitudes: obediencia a Dios y sujeción al Dinero.

DIOS O EL DINERO (diablo).
Nadie abandonará a Dios para ir detrás del diablo, si se irán detrás del dinero.

RICO Y LÁZARO (Lc.16,19ss)

RICO
Anónimo
Muy activo-vivo
En su mansión
Vestimenta muy fina y cara
Fiestas espléndidas y diarias
Portal abierto
Muerto y sepultado (sepelio)
En el Hades, solo, atormentado
Recibió los bienes en vida terrenal
En atormentado
=ex rico atormentado
Imposibilidad de salir de su lugar en el más allá
Cinco hermanos más
Los hermanos no escuchan a Moisés y a los profetas
Exigencia de envío de un muerto

Pobre

LÁZARO
Yacía, echado
Afuera, junto al portal
Cubierto de llagas
Hambriento, deseaba restos
Abismo infranqueable
Muerto, ¿sin sepelio?
En el seno de Abrahám (= banquete mesiánico, agua fresca)
Recibió los males en vida terrenal
Recibe consuelo
= ex paupérrimo consolado
Abrahám puede enviar mensajeros desde el más allá a la tierra
Lázaro como mensajero y exhortador, según proyecto del condenado
Validez perenne y suficiencia de Moisés y los profetas
Rechazo del pedido de envío de un resucitado

Notemos los “hirientes contrastes” de la “economía canalla”:

1. VESTIMENTA:
Rico viste: púrpura (Babilonia) y lino fino (Egipto) importado y caro: Reyes.
Pobres no viste harapos, su ornamento sobre las heridas abiertas.

2. BANQUETEA (tiempo imperfecto) permanente. Lázaro desea del pan-servilleta que tiran debajo de la mesa (cfr. J. Jeremía: “Teología del NT” y “Parábolas”).

3. NOMBRE:
 Rico anónimo: todos.
 Lázaro: Mi socorro es Dios.

4. MOVIMIENTO:
Fiesta movimiento.
Lázaro echado-yacía (pluscuamperfecto) esta hace mucho tiempo, paralítico, lisiado (discapacidad.,

5. LOS PERROS:
No es compasión.
Salvajes, callejeros, impuros lo lamen con la lengua roñosa-impura, más molestias.

6. Portal:
Lo ve, conoce su nombre (lo menciona en el infierno).
Es una mansión, o portal de un Templo o de un Palacio.
Salían y entraban por allí: es imposible no haberlo visto; lo ignora.

7. MUERTE: es distinta…
Rico: “sepultado”: sepelio de honor
Pobre sin sepelio.

8. INVERSIÓN: Dios cambia la suerte

 Como el rico necio: la muerte (Lc.12,20).
 Abrahám, Moisés, los profetas.
 Inversión del Magnificat: a los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió vacios.
 La inversión de las bienaventuranzas: Los hanbrientos recibirán consuelo (Lc.6,20).

9. LA OTRA VIDA “SEGÚN” (proyección) EL RICO: SISTEMA “PATRÓN / CLIENTE”:
 El Rico invoca a Abraham, no a Lázaro: cree que la realidad no cambió.
 Quiere que lo mande a Lázaro a que le lleve agua,
 Que lo mande para avisar a sus hermanos,
 Que lo mande para que exhorte.
 Lo quiere seguir explotando.
 Abraham lo frena bruscamente: terminó la explotación de Lázaro.

10. LA IDEOLOGÍA FARISEA:
 Dios bendice en la tierra a con riquezas… No puede estar atormentado ahora.
 INVOCA PADRE ABRAHAM: dos veces
 Necesita aprovechar su fe: la filiación abrahámica: la circuncisión lo rehabilitará.
 Olvida Lc.3,8.10-14: Juan Bautista: no basta tener a Abrahám por padre: hay que compartir y no explotar.

11. ABISMO VERSUS PORTAL:
 Antes (vida terrenal) PODÍA cruzar, ahora no pude
 Antes no QUERÍA cruzar, ahora sí quiere.
 CENTRAL: Es una advertencia-exhortación: hoy se puede abrir una puerta (es simple), luego es demasiado tarde. Este es le mensaje para el rico de hoy.
 La insensibilidad del rico CREÓ, pues, ya en la tierra el abismo.
 La gran oposición del texto es ABISMO INFGRANQUEBLE versus PORTAL APROVECHABLE: su pecado es no haberse dirigido a Lázaro y no haber compartido con él sus bienes.

12. LA ESTRATEGIA ÚLTIMA DEL RICO:

 Que Lázaro avise y convenza a sus cinco hermanos.
 Si Abraham lo envía, reconoce que el rico no fue advertido, y se autojustificar y lo tiene que liberar.
 Abraham es tajante: tres veces (Lc.16,16.29.31) se dice que tienen La Ley y los profetas que los escuchen, como todos en la sinagoga.
 La Escrituras son suficiente. No hace falta milagros extraordinario: resucitar un muerto. Si esto fuera necesario, la condena del rico ha sido injusta.

La parábola “da que pensar “(P. Ricoeur); toma posición en la decepción. La parábolas de Jesús, “no son relatos burgueses de sobremesa” (cfr. J. Jeremías, citado por Benedicto VII en Jesús de Nazaret). Quién no percibe lo canallesco de la economía injusta que hoy padecen millones de personas… Debe revisar seriamente su manera de ser y estar (impunemente) en la vida.

Hoy las estadísticas mundiales dicen que el 10% de la población mundial, posee el 80% de los bienes. Eso es la “economía calla” o “capitalismo salvaje”, los siervos del Mamón (mercado), siempre aborrecerán a los Siervos de Dios….
Pero la estrategia más hábil del poder es hacerse “invisible”, desviar la atención. Los periodistas “ingenuos” atacan a la clase política (gobiernos democráticos, etc.); pero los verdaderos duelos del poder (y autores de las desgracias de la humanidad) son el “sistema económico injusto”. Nadie los vota, nadie saben quiénes son, pero son los autores del sufrimiento de la mayor parte de la humanidad.

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