NO DEJES DE VISITAR
GIF animations generator gifup.com www.misionerosencamino.blogspot.com
El Blog donde encontrarás abundante material de formación, dinámicas, catequesis, charlas, videos, música y variados recursos litúrgicos y pastorales para la actividad de los grupos misioneros.
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

sábado, 4 de diciembre de 2010

Personas “nuevas”, no sólo personas “buenas”


Publicado por Antena Misionera Blog
(Domingo 2º de Adviento – 5 de Diciembre de 2010)

Evangelio: Mt 3, 1-12

Me sorprende mucho que hoy hombres y mujeres que se llaman creyentes en el Dios de Jesús no sienten la necesidad de conversión. Creen que ya son “buenas personas”. ¿De qué me voy a convertir yo si no hago esto, ni lo otro, ni…?

Creernos buenos nos está impidiendo ser nuevos, descubrir la necesidad de conversión. Creernos buenos es la postura de los fariseos y saduceos a los que Juan dispara los dardos más feroces de su predicación hasta llamarles “raza de víboras”.

No es que no seas bueno; lo malo es que no seas mejor, que te contentes con la meta alcanzada. No es que no seas bueno, es que no escuchas a Dios que te pide nueva conversión. No es que no seas bueno, es que no dejas que el Espíritu te lleve donde Él quiere.

El Mesías no necesita gente buena, necesita personas que se reconozcan pecadoras, personas urgidas a la conversión. El Mesías no viene para los que ya se sienten intocables y perfectos. Con ésos el Mesías no tiene nada que hacer. Toda esa gente no necesita nada ni a nadie, menos al Mesías.

El Mesías necesita personas que cuando escuchan las palabras del profeta, convertíos, el corazón se les estremezca y reconozcan su necesidad de cambio de vida. El Mesías necesita personas que se acerquen al desierto o que sientan desierto en su corazón. Él trae palabras que sólo se pueden entender si se está en el desierto, no en el ruido o en el pozo de la abundancia.

Dios está cerca. Sí. Dios está muy cerca de todos aquellos que viven desierto o se sienten pecadores. Dios está muy cerca de todos aquellos que anhelan algo nuevo en su vida. No es posible que Dios esté lejos del corazón que quiere florecer. Dios está muy cerca de todos aquellos que se agachan para tender la mano a sus hermanos.

Una cosa: Dios está cerca sólo significa eso, que está cerca; pero todavía hay una barrera de distancia. Cuando sea el tiempo oportuno tendremos que cambiar la frase Dios está cerca por otra: Dios está en mí, dentro de mí. No obstante, que esté cerca ya es una gran cosa.

Sabrás que Dios está dentro de ti cuando seas capaz de convivir con el que te hace la guerra y te pone zancadillas… Ese día proclamarás que el Espíritu del Mesías te ha lavado en agua y en fuego.

Juan Bautista anuncia la llegada del Reino y por eso con su vida el desierto, su predicación y su bautismo a orillas del Jordán, llama a la conversión.

José Antonio Pagola lo comenta con estas palabras:

Viene a decir así: “Comienza un tiempo nuevo. Se acerca Dios. No quiere dejaros solos frente a vuestros problemas y conflictos. Os quiere ver compartiendo la vida como hermanos. Acoged a Dios como Padre de todos. No olvidéis que estáis llamados a una Fiesta final en torno a su mesa”.

No nos hemos de resignar a vivir en una Iglesia sin conversión al Reino de Dios. No nos está permitido a seguir a Jesús sin acoger su proyecto. El concilio Vaticano II lo ha declarado de manera clara y firme: “La Iglesia, al prestar ayuda al mundo y al recibir del mundo múltiple ayuda, no tiene más que una aspiración: que venga el Reino de Dios y se realice la salvación del género humano”.

Esta conversión no es sólo un cambio individual de cada uno, sino el clima que hemos de crear en la Iglesia, pues toda ella ha de vivir acogiendo el Reino de Dios. No consiste tampoco en cumplir con más fidelidad las prácticas religiosas, sino en “buscar el reino de Dios y su justicia” en la sociedad.

No es suficiente cuidar en las comunidades cristianas la celebración digna de los “sacramentos” de la Iglesia. Es necesario, además, promover los “signos” del Reino que Jesús practicaba: la acogida a los más débiles; la compasión hacia los que sufren; la creación de una sociedad reconciliada; el ofrecimiento gratuito del perdón; la defensa de toda persona.

Durante mucho tiempo nos han insistido en que seamos “buenas personas”, pocas veces nos han dicho que lo que Dios espera de nosotros es que a pesar de “cargar” con nuestras limitaciones, pecados, errores… seamos cada día “nuevas personas” comprometidas en construir un “mundo nuevo” donde todos nos podamos reconocer como hermanos, nos valoremos más allá de nuestros defectos, y juntos podamos transformar nuestra existencia en una fiesta gozosa de la vida.

Dios no quiere que nuestra vida sea un “valle de lágrimas”, sino la experiencia de disfrutar de esta vida. Algo que se prolongará más allá de nuestra existencia terrena.

La llamada a la conversión es una llamada a gozar de la vida, a construir el Reino de Dios, porque que como dice una de las Plegarias Eucarísticas de la liturgia: “en su Reino no habrá ya pobreza ni dolor, nadie estará triste, nadie tendrá que llorar”.

Esperemos que algún día nuestra Iglesia nos enseñe a ser felices, a gozar y disfrutar de la vida, nos abra un futuro nuevo de esperanza… y deje de amenazar, condenar y decirnos que el “sufrimiento” es algo querido por Dios.

No hay comentarios: