
Aún ronda esa idea de “sino me lo merezco es un castigo”, y pienso que es un gran error, porque no merecemos… sino que se nos da, se nos ha regalado. Y por otra parte, hemos de aprender a no mirar siempre lo negativo y a asumir la vida tal y como es, con sus momentos buenos y sus momentos de dificultad porque todo ello es lo que va dando forma a la vida y a nosotros mismos.
Miraba la liturgia del domingo y pensaba en la actitud del pueblo de Israel, cuando salen de Egipto hacia la Tierra Prometida. Siempre se requiere un esfuerzo por nuestra parte, y hemos de vivir cada instante como una gracia. Aceptar nuestro momento es el camino para superarlo, sin duda. El pueblo de Israel decía a Moisés: “¿Nos has hecho salir de Egipto para hacernos morir de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?”.
Queremos la libertad pero nos disgusta deshacernos de todo lo que nos ata de cualquier forma, queremos un mundo de paz y aún buscamos el malestar en nosotros y a nuestro alrededor… La libertad se consigue cuando pensamos más en el otro que en uno mismo y la paz la logramos cuando asumimos nuestra realidad y deseamos con todas nuestras fuerzas forjar un camino distinto orientado hacia el amor. El salmo 94 nos abre una puerta, “ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: no endurezcáis vuestro corazón”, tener un corazón de carne que sepa amar es la senda para ver todo lo bueno en uno mismo y los otros.
Texto: Hna. Conchi García.
Publicado por Mi Vocación
Miraba la liturgia del domingo y pensaba en la actitud del pueblo de Israel, cuando salen de Egipto hacia la Tierra Prometida. Siempre se requiere un esfuerzo por nuestra parte, y hemos de vivir cada instante como una gracia. Aceptar nuestro momento es el camino para superarlo, sin duda. El pueblo de Israel decía a Moisés: “¿Nos has hecho salir de Egipto para hacernos morir de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?”.
Queremos la libertad pero nos disgusta deshacernos de todo lo que nos ata de cualquier forma, queremos un mundo de paz y aún buscamos el malestar en nosotros y a nuestro alrededor… La libertad se consigue cuando pensamos más en el otro que en uno mismo y la paz la logramos cuando asumimos nuestra realidad y deseamos con todas nuestras fuerzas forjar un camino distinto orientado hacia el amor. El salmo 94 nos abre una puerta, “ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: no endurezcáis vuestro corazón”, tener un corazón de carne que sepa amar es la senda para ver todo lo bueno en uno mismo y los otros.
Texto: Hna. Conchi García.
Publicado por Mi Vocación
No hay comentarios:
Publicar un comentario