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lunes, 3 de marzo de 2008

Cultura Indígena e Iglesia

Publicado por: Mirada Global

Río Grande do Sul, Brasil / Religión - La ONU cree que en América Latina, hay más de 30 millones de indios. Mientras que en Brasil, la estimativa es de 700 mil indígenas, con 180 lenguas y dialectos –así como la constatación de 30 a 40 etnias de la Amazonia aún no contactadas con la sociedad vigente–. En Alto Solimões, hace una década, la FUNAI reconoció oficialmente a la etnia Kocama. Las palabras del líder kocama Antonio Samias en el tiempo de la búsqueda del reconocimiento de su pueblo fueron las siguientes:

“Yo soy un ser humano, soy kocama, soy indio de verdad. Mi padre era indio de verdad, mi abuelo era indio de verdad, así como aquellos que ya murieron”. Es importante decir que en Brasil aún no se hizo un censo de la población indígena, hay solamente estimativas, después de más de 508 años de la llegada de los portugueses a Brasil (cuando había 5 millones de indígenas en esas tierras) y de independencia”.

En la escuela de la aldea del pueblo Gavião en el municipio de Ji-Paraná, el profesor indígena dijo: “Nosotros aquí no hicimos el día 7 de septiembre (Proclamación de la Independencia de Brasil) un feriado. Pues no podemos conmemorar con aquellos que nos quitaron nuestras tierras. Ellos dijeron que hicieron independencia. Pero ¿de qué? Aquí en nuestra escuela nosotros no paramos –hacemos una reflexión sobre nuestro verdadero origen, nuestras raíces y tradiciones, que no están bien contadas en los libros didácticos”–.

Hablar sobre la cultura indígena es un desafío necesario, una aventura.

¿Cuál es la filosofía que fluye de esa sabiduría milenaria? En la cultura indígena, en cada pueblo, hay un saber latente, cultivado en su historia para cada generación. Los mitos, las historias y leyendas. Esa sabiduría a su vez presupone literatura y pensamiento conectados con la realidad del pasado y del presente de la cultura indígena. En Brasil y en toda América no hay, por ejemplo, un curso en nivel superior que califique a alguien en arte indígena –ella existe, es original y está en todo lugar–. En todos los rincones de Brasil vemos la expresión del arte indígena.

¿Cómo comprender su arte? Los indios viven el arte de saber vivir en la tierra, pero su arte se hace con tiempo y dedicación. El cesto confeccionado por la tribu presupone un estilo de vida creativo, al cual dedica el tiempo necesario, la manera correcta de quitar las lianas del árbol, para no dañarla, para que las plantas sigan creciendo. Es difícil pensar en ecología y medio ambiente sin esa vertiente de la cultura indígena, pues ellos pueden mostrarnos la manera de cómo relacionarnos con ella, como dijo San Francisco de Asís al llamar el sol y la luna de hermanos, como lo enseña el indio norteamericano, Jefe Seatle, en 1854: “Esta tierra es sagrada para nosotros. Esa agua brillante que escurre en los riachuelos y ríos, además de agua, es también la sangre de nuestros antepasados. El murmullo de las aguas es la voz de mis ancestros. Los ríos son nuestros hermanos, sacian nuestra sed”. Naturalmente, el argumento económico que sostiene la vida en la aldea, no es el nuestro, es aquél que sostiene la igualdad para todos, sin excluir a nadie.

¿Cuál es la imagen del indio en los medios de comunicación? ¿Cuál es la imagen del indio vivo? Generalmente vemos la imagen del indio siempre en situaciones de conflicto por tierra, educación y salud. Surge entonces el paradigma del exótico, sostenido por una literatura cuyo título lleva a pensar que los indios ya no existen más, como por ejemplo: El Último Charrúa del Uruguay (Rodolfo Martinez Barbosa (1996); en el cine, con casa llena: El Último Mohicano, de James Fenimore Cooper, o aún la película Apocalypto de Mel Gibson. Para acortar la historia, Hollywood aún no ha hecho una buena película sobre los pueblos indígenas, nuestra literatura, los libros didácticos, diría que nuestra propia bandera brasileña necesita hacer un eslabón con esa cultura milenaria y sus raíces siempre verdes.

La imagen diseñada, pintada, construida con piedra o madera es algo sagrado para los pueblos indígenas. Ejemplo de eso es la bandera de México, pintada por tres franjas de color verde, blanca y roja y en su centro posee un escudo con la imagen de un águila sobre un cactus, devorando una serpiente. Pues ese escudo revela el símbolo más importante, la verdadera identidad del pueblo mexicano, los indios Aztecas. Cuenta la leyenda que un indio soñó que vendría una águila devorando una serpiente, y donde ella posase, ahí sería construida la ciudad que en el comienzo fue llamada de Tenochtitlán y después recibió el nombre de Ciudad de México. Podríamos preguntar: ¿Cuál sería la génesis del pueblo brasileño, del colombiano, peruano, la primera ciudad o aldea construida, cuál sería el sueño de los pueblos indígenas que siempre vivieron en esas tierras? ¿Cuál sería el símbolo, la ciudad, el animal, la planta y los colores que podrían mejor revelar la identidad de cada país, en sus banderas?

La vida de los pueblos indígenas en todas las dimensiones se manifiesta en el arte de vivir, en ritual, pues simboliza la propia vida, y todo que lo cerca como algo sagrado. En 2002 participé en un ritual de danza con el pueblo kocama en Tabatinga, Amazonia. Reunidos, todos bailaban al ritmo de tambores y con el sonido de una flauta, del único flautista que sabía tocar las antiguas canciones del pasado. Pues fue el sonido de la flauta lo que dio vida y motivación al pueblo kocama. Para los kocamas, el espíritu de la naturaleza, de su dios, pasa por la flauta. Car Gustav Jung, en 5 de abril de 1939, en Londres, recordaba el valor de los ritos domésticos de los indígenas y lamentaba que los europeos no los tuvieran. Después afirmó que las guerras en Europa acontecieron debido a la falta de ritual.

“La Iglesia Católica y los Pueblos Indígenas de Brasil: Los Ticuna de Amazonia”. Es una de las obras más completas escritas hasta el momento, pues presenta de manera clara como ha sucedido el verdadero diálogo entre la Iglesia y los pueblos indígenas, sin perder el verdadero significado de la misión, cuya acción anhela con apertura y diálogo la amplitud de la cultura indígena. La misión evangelizadora de la Iglesia por eso presupone (1):

a) Anuncio del Kerigma (Cristo) y del Reino de Dios, instituido en la historia por Jesús Cristo, y que puede ser encontrado en el seno de las otras religiones y sus rituales; b) por ser “Iglesia peregrina” en la tierra, y conocedora de las limitaciones de sus miembros, la misma necesita de conversión y auto-evangelización; c) una Iglesia profética, atenta a la voz del pueblo; d) una evangelización que promueva la libertad y la esperanza; e) Iglesia abierta al diálogo; f) Una Iglesia con “rostro amazónico” −como señal y expresión de la fidelidad evangélica que se encarna allá donde los indios están, como hijos de Dios se encuentran, donde los pueblos indígenas pueden celebrar la vida, con libertad y fervor de espíritu–. Dice Hernández: “Pero también se debe recordar que los pueblos indígenas pueden abandonar la Iglesia, se percibe que ella no les ofrece un lugar digno para ellos y su cultura. Es un hecho innegable que el mundo religioso indígena tiene posibilidades de futuro no sólo dentro, sino también fuera de la Iglesia”(2); g) una Iglesia Hermana –donde se pueda compartir y ser solidario entre todos los miembros de otras diócesis y regionales–.

El diálogo de la Iglesia hoy sólo puede ser entendido a partir del “otro” indio y su cultura, diálogo sin miedo o prejuicio, diálogo que levanta al necesitado, diálogo que celebra la vida, donde ella se encuentre, diálogo que sea capaz de escuchar la voz del trascendente y de la naturaleza. La misión es ésta.

(1) HÜTTNER, Édison. A Igreja Católica e os Povos do Brasil: os Ticuna da Amazônia. Porto Alegre: EDIPUCRS, 2007.

(2) E. L. HERNÁNDEZ, Deus, tradições indígenas e globalização. In: Teologia para Outro Mundo Possível, Luiz Carlo Susin (org.), São Paulo, 2006, p. 316.
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Édison Hüttner
Marista. Coordinador do Núcleo de Estudios e Investigación em Cultura Indígena de la PUCRS. Profesor de la Facultad de Teologia PUCRS. Doctorado en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Email: ehuttner@pucrs.br

1 comentario:

TIcuna dijo...

Exelente artigo sobre cultura indígena e Igreja Católica.
VAela a pena ler.