Domingo III de Pascua - Ciclo A: Vocación de Discipulos

Publicado por Pastoral Vocacional

La narración del encuentro de los discípulos de Emaús con el Resucitado es una de las páginas más hermosas de los evangelios. Puede ser que nos guste tanto porque refleja perfectamente nuestra propia vivencia. El evangelista sólo recoge el nombre de uno de ellos, Cleofás, dejando el anonimato del otro como una invitación al lector para identificarse con él.

Efectivamente, los dos de Emaús se sienten desilusionados y frustrados. La muerte de Jesús ha trastocado y echado por tierra todos sus planes: “nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel” (v.21). Simplemente, están de vuelta. Lo mismo que nosotros en nuestro camino vocacional, cuando sucumbimos a la desilusión de la realidad, de las dificultades de la vocación, la pastoral o la vida comunitaria. Demasiadas veces nosotros también estamos de vuelta.

Sin embargo la solución que encuentran estos discípulos para salir de la crisis es simplemente la huída a los “cuarteles de invierno”. Con ello comenten tres errores. Primero, abandonan la comunidad, lugar privilegiado donde el Cristo Resucitado se hará presente.

Además no verifican el testimonio de las mujeres y de los otros que fueron al sepulcro. Su sentido de la derrota es tal que ni siquiera se abren a una vaga posibilidad de algo diferente. Quizá el miedo a verse nuevamente engañados les impida quedarse en la comunidad para seguir de cerca esas noticias que les habían sobresaltado. Finalmente, estos discípulos no se cuestionan la idea que tenía sobre el Mesías. No descubrieron en Jesús más que un profeta (v.19) que fue matado como tantos otros. Les ha faltado dar el paso de Pedro y los demás. Su testimonio, en la primera lectura, nos anuncia que Jesús ha llevado a cabo y a cumplido las promesas que el pueblo de Israel esperaba. Los discípulos de Emaús no estaban todavía preparados para dar este paso.

Estos errores no son también conocidos en nuestras crisis: cuando abandonamos la comunidad para hacer fuera un discernimiento “más neutral”, cuando no nos dejamos acompañar por otros “hermanos mayores en la fe”, cuando seguimos anclados a una imagen de Jesús equivocada y que no queremos cambiar; una imagen que nos impide ver y reconocer al verdadero Jesús. Muchas crisis vocacionales no se han resulto por saber gestionarlas adecuadamente.

Lucas nos ofrece en el relato un camino catequético y litúrgico para llegar al encuentro con el Resucitado. Jesús explica las Escrituras que hablan de él mismo y parte el pan, lo cual hace que se les abran los ojos, la Palabra y la Eucaristía. En su pedagogía, Jesús reconduce la esperanza desilusionada de los discípulos y purifica su fe equivocada, porque sólo el encuentro con el Resucitado da un sentido al escándalo de la cruz.

Y lo curioso de todo es que finalmente esos discípulos desilusionados y angustiados se convierten en misioneros, incluso en la noche. Su experiencia pascual les lleva a contar “lo que les había pasado por el camino, y cómo lo habían reconocido al partir el pan” (v.35). Es una buena nueva que no pueden guardar para sí mismos.

Sólo un encuentro vivo con el Cristo Resucitado hará de nosotros verdaderos misioneros que sepan superar los problemas y dificultades. Esta experiencia nos llevará a llevar a cabo la invitación de Pedro en la segunda lectura: “tomad en serio vuestro proceder en la vida”. La misión es una responsabilidad.

2. Ideas claves para la homilía

-Los discípulos de Emaús vive la desilusión del seguimiento de Jesús. Sus esperanzas y expectativas se vieron frustradas por el escándalo de la cruz.
-Pero comenten varios errores: dejan la comunidad, no verifican el testimonio de las mujeres y no revisan su imagen de Mesías.
-Jesús con su pedagogía consigue reconducir su esperanza y purificar su fe, gracias a la Palabra y al Pan.
-La experiencia pascual que viven los discípulos les hace misioneros.

3. Preguntas para la reflexión personal o grupal

-¿Qué experiencia de frustración o desilusión has vivido o vives en tu vida vocacional?
-¿Qué soluciones ha puesto en práctica para salir de esa crisis? ¿Han sido eficaces? ¿Qué cambiarías?
-¿Qué aspectos de la imagen que tienes de Jesús son necesarios revisar?
-¿En qué sentido la lectura de la Palabra de Dios es un medio de encuentro con él?
-¿Cómo vives la Eucaristía?
-¿Qué deberías cambiar o mejorar para llegar a ser un misionero?

4.Un poco de poesía

Oración en la depresión

Hoy llego a ti, Señor,
sin flechas, sin oro, ni incienso;
roto y cansado del viaje,
enlodado de sombras y lejos del cielo.
Loco con mis pesares,
casi sin fe y esperanza vengo;
cruzando lomas y valles,
peregrina mi alma sin dueño.
¿Dónde está el arroyo fresco?
¿Dónde yace la fuente cristalina?
¿Dónde la luz que alumbró mi vida?
¿Dónde el bálsamo para mi herida?
Ten compasión, Señor de tanta pena,
y tanto dolor en mi cuerpo yerto.
¡Cuánto pesa, Señor la triste cadena,
que arrastra mi espíritu muerto!

Eusebio Gómez Navarro