1.- Jesús llama a personas de toda condición. Con la vocación de Mateo se completa la lista de los “Doce”. En ella hay hombres de toda condición: pescadores, recaudadores de impuestos, zelotes….Jesús no hace distinción. Todos somos invitados a seguirle, no hace falta ser superhombres, basta con poner nuestra confianza en El y con estar dispuestos a entrar en su vida y asumir su proyecto evangélico. El origen de las personas elegidas desconcierta, pero es un signo de lo que significa el anuncio de la Buena Noticia, que va dirigido en primer lugar a los pobres, a los sencillos. En El, en expresión de San Agustín, "pueden anidar todos los pájaros los grandes y los pequeños". Su llamada se extiende a todos. ¿Has escuchado tú la llamada de Jesús? Te llama Jesús, el verdadero “Apóstol”, el “Enviado” del Padre. Pronuncia tu nombre y te dice: ¡Ven y Sígueme!
2. – Hay una urgencia en la misión que Jesús les encomienda a los Apóstoles: proclamar que el Reino de los Cielos está aquí. Para que el Reino sea ya una realidad deben curar enfermos, resucitar muertos, limpiar leprosos y arrojar demonios. Curar enfermos, es decir, liberar a las personas de todo lo que las paraliza, les roba vida y hace sufrir; sanar el espíritu y el cuerpo de todos los que se sienten destruidos por el dolor y angustiados por la dureza despiadada de la vida diaria. Resucitar muertos, es decir, liberar a las personas de todo aquello que bloquea sus vidas y mata su esperanza; despertar de nuevo el amor a la vida, la confianza en Dios, la voluntad de lucha… Limpiar leprosos, es decir, limpiar esta sociedad de tanta mentira, hipocresía, convencionalismo y corrupción; ayudar a vivir con más verdad, sencillez y honradez. Arrojar demonios, es decir, liberar a las personas de tantos ídolos que nos esclavizan, poseen y pervierten nuestra convivencia Es precisamente la instauración del reino lo que dará origen al hombre nuevo, transformado, convertido. El texto dice "Reino de los Cielos", pero esto no quiere decir que se trate de algo que está después o por encima de este mundo. El reino comienza ya aquí y ahora y necesita de colaboradores que hagan posible su extensión como grano de mostaza. ¿Qué es el Reino? Es una nueva forma de vida basada en el amor. Hasta diez parábolas utilizará Jesús para explicarlo. Lo que está claro es que para que el Reino sea posible son necesarias nuevas actitudes y nuevos valores. ¿Has tomado conciencia de tu compromiso por el Reino?
3.- Debemos dar gratis lo que hemos recibido gratis. Somos elegidos para un programa liberador: para anunciar y dar vida. Muchos cristianos piensan estar viviendo su fe con responsabilidad porque se preocupan de cumplir determinadas prácticas religiosas y tratan de ajustar su comportamiento a unas normas morales y unas leyes eclesiásticas. Asimismo, muchas comunidades cristianas piensan estar cumpliendo fielmente su misión porque se afanan en ofrecer diversos servicios de catequesis y educación en la fe, y se esfuerzan por celebrar con dignidad los sacramentos. Necesitamos escuchar de nuevo las palabras de Jesús para redescubrir la verdadera misión de los creyentes en medio de esta sociedad. “Gratis lo recibisteis, dadlo gratis". Nuestra primera tarea, también hoy, es proclamar que Dios está cerca de los hombres y mujeres, empeñado en darnos vida y felicidad. A la vista de un pueblo extenuado y abandonado (pobres y marginados, Tercer Mundo), de la escasez de trabajadores (pocos cristianos decididos, pocos seguidores comprometidos) y de una tarea abundante (la justicia del Reino en el mundo), Jesús asocia a doce colaboradores (sentido de comunidad) a su propia actividad. Mediante un acto creador (una llamada), Jesús "hizo" a los doce. Y les pone unas condiciones mínimas: tener cuidado con la "tierra de paganos" (la injusticia, el individualismo, la indiferencia…), ir a las "ovejas descarriadas" (no centrarse en la pastoral de la conservación) y proclamar "el Reino de los Cielos" con hechos (en su totalidad) y "gratis" (sin la obsesión del dinero y de las recompensas). Dios nos necesita de verdad y con urgencia...
2. – Hay una urgencia en la misión que Jesús les encomienda a los Apóstoles: proclamar que el Reino de los Cielos está aquí. Para que el Reino sea ya una realidad deben curar enfermos, resucitar muertos, limpiar leprosos y arrojar demonios. Curar enfermos, es decir, liberar a las personas de todo lo que las paraliza, les roba vida y hace sufrir; sanar el espíritu y el cuerpo de todos los que se sienten destruidos por el dolor y angustiados por la dureza despiadada de la vida diaria. Resucitar muertos, es decir, liberar a las personas de todo aquello que bloquea sus vidas y mata su esperanza; despertar de nuevo el amor a la vida, la confianza en Dios, la voluntad de lucha… Limpiar leprosos, es decir, limpiar esta sociedad de tanta mentira, hipocresía, convencionalismo y corrupción; ayudar a vivir con más verdad, sencillez y honradez. Arrojar demonios, es decir, liberar a las personas de tantos ídolos que nos esclavizan, poseen y pervierten nuestra convivencia Es precisamente la instauración del reino lo que dará origen al hombre nuevo, transformado, convertido. El texto dice "Reino de los Cielos", pero esto no quiere decir que se trate de algo que está después o por encima de este mundo. El reino comienza ya aquí y ahora y necesita de colaboradores que hagan posible su extensión como grano de mostaza. ¿Qué es el Reino? Es una nueva forma de vida basada en el amor. Hasta diez parábolas utilizará Jesús para explicarlo. Lo que está claro es que para que el Reino sea posible son necesarias nuevas actitudes y nuevos valores. ¿Has tomado conciencia de tu compromiso por el Reino?
3.- Debemos dar gratis lo que hemos recibido gratis. Somos elegidos para un programa liberador: para anunciar y dar vida. Muchos cristianos piensan estar viviendo su fe con responsabilidad porque se preocupan de cumplir determinadas prácticas religiosas y tratan de ajustar su comportamiento a unas normas morales y unas leyes eclesiásticas. Asimismo, muchas comunidades cristianas piensan estar cumpliendo fielmente su misión porque se afanan en ofrecer diversos servicios de catequesis y educación en la fe, y se esfuerzan por celebrar con dignidad los sacramentos. Necesitamos escuchar de nuevo las palabras de Jesús para redescubrir la verdadera misión de los creyentes en medio de esta sociedad. “Gratis lo recibisteis, dadlo gratis". Nuestra primera tarea, también hoy, es proclamar que Dios está cerca de los hombres y mujeres, empeñado en darnos vida y felicidad. A la vista de un pueblo extenuado y abandonado (pobres y marginados, Tercer Mundo), de la escasez de trabajadores (pocos cristianos decididos, pocos seguidores comprometidos) y de una tarea abundante (la justicia del Reino en el mundo), Jesús asocia a doce colaboradores (sentido de comunidad) a su propia actividad. Mediante un acto creador (una llamada), Jesús "hizo" a los doce. Y les pone unas condiciones mínimas: tener cuidado con la "tierra de paganos" (la injusticia, el individualismo, la indiferencia…), ir a las "ovejas descarriadas" (no centrarse en la pastoral de la conservación) y proclamar "el Reino de los Cielos" con hechos (en su totalidad) y "gratis" (sin la obsesión del dinero y de las recompensas). Dios nos necesita de verdad y con urgencia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario