Por Padre Felipe Santos Campaña SDB
Mateo 15, 21-28
1. "Mujer,¡ qué grande es tu fe!" .La cananea es una madre. Detrás de cada madre Jesús veía a María. Como imagino que tú verás detrás de cada joven a tu propia madre y no "otra cosa".
2. En su encuentro con la madre de Santiago y Juan no se muestra muy duro cuando le pide que los haga ministros. Cura con cuidado a la suegra de Pedro. Se siente conmovido por la viuda de Naín que acaba de perder a su hijo.
3. Los judíos y los cananeos se llevaban fatal. Los segundos eran paganos. Pero Jesús se salta a piola todas las leyes de su pueblo y va a su encuentro. Fue entonces cuando la escuchó. Los propios discípulos estaban desconcertados. No fácil entender esta ruptura con siglos y siglos tras ella.
4. Es una madre. Jesús empieza a ablandarse y le da al menos lo que puede darle: la gentileza del diálogo: "Deja primero que los hijos se alimenten. No está bien quitar el pan a los hijos para echárselos a los perros, a los que no están preparados para recibir la salvación".
5. Ella lo entiende a la perfección. Pero es madre. Siente un impulso hacia aquel que puede salvar a su hija: "Los perros se comen las migajas". Este grito de fe desarma a Jesús. La cananea acaba de romper en él un límite.
6. Nos imaginamos que le diría: "Sí, Señor, tiene razón en cuidarse de los judíos, pero no tardes en preocuparte de los perros que , a lo mejor, van a creer más que nuestros vecinos.
7. Lo que ocurre con la cananea nos revela que en adelante "todo va a depender de la fe". Los judíos tenían la precedencia, la cananea era una madre desconcertante; pero sólo importó una cosa, la que será la clave en adelante: "Mujer,¡ qué grande es tu fe!".
8. Pablo dice que así como la incredulidad de los judíos ha sido "un paso en falso" permitido para la conversión de los paganos o gentiles, la salvación de éstos haga a los judíos "celosos" y descubran la necesidad de injertarse nuevamente en la razón que les da la vida.
9. Jesús anuncia el mensaje a todo el pueblo, pero sólo creen en él los que tienen los oídos suficientemente abiertos.
10. Sólo los que no están embotados de cosas, los que no se sienten soberbios con su origen, fuertes por su poder, son capaces de aceptar la palabra sencilla de Jesús. Los pobres, los niños, los pecadores, los enfermos, los extranjeros, los impuros, los marginados de la sociedad judía, en una palabra, son los únicos capaces de escuchar y seguir a Jesús. Pero,¡ ojo!, la marginación no es un bien. El vino a salvarlos, no a aumentarlos.
2. En su encuentro con la madre de Santiago y Juan no se muestra muy duro cuando le pide que los haga ministros. Cura con cuidado a la suegra de Pedro. Se siente conmovido por la viuda de Naín que acaba de perder a su hijo.
3. Los judíos y los cananeos se llevaban fatal. Los segundos eran paganos. Pero Jesús se salta a piola todas las leyes de su pueblo y va a su encuentro. Fue entonces cuando la escuchó. Los propios discípulos estaban desconcertados. No fácil entender esta ruptura con siglos y siglos tras ella.
4. Es una madre. Jesús empieza a ablandarse y le da al menos lo que puede darle: la gentileza del diálogo: "Deja primero que los hijos se alimenten. No está bien quitar el pan a los hijos para echárselos a los perros, a los que no están preparados para recibir la salvación".
5. Ella lo entiende a la perfección. Pero es madre. Siente un impulso hacia aquel que puede salvar a su hija: "Los perros se comen las migajas". Este grito de fe desarma a Jesús. La cananea acaba de romper en él un límite.
6. Nos imaginamos que le diría: "Sí, Señor, tiene razón en cuidarse de los judíos, pero no tardes en preocuparte de los perros que , a lo mejor, van a creer más que nuestros vecinos.
7. Lo que ocurre con la cananea nos revela que en adelante "todo va a depender de la fe". Los judíos tenían la precedencia, la cananea era una madre desconcertante; pero sólo importó una cosa, la que será la clave en adelante: "Mujer,¡ qué grande es tu fe!".
8. Pablo dice que así como la incredulidad de los judíos ha sido "un paso en falso" permitido para la conversión de los paganos o gentiles, la salvación de éstos haga a los judíos "celosos" y descubran la necesidad de injertarse nuevamente en la razón que les da la vida.
9. Jesús anuncia el mensaje a todo el pueblo, pero sólo creen en él los que tienen los oídos suficientemente abiertos.
10. Sólo los que no están embotados de cosas, los que no se sienten soberbios con su origen, fuertes por su poder, son capaces de aceptar la palabra sencilla de Jesús. Los pobres, los niños, los pecadores, los enfermos, los extranjeros, los impuros, los marginados de la sociedad judía, en una palabra, son los únicos capaces de escuchar y seguir a Jesús. Pero,¡ ojo!, la marginación no es un bien. El vino a salvarlos, no a aumentarlos.
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