NO DEJES DE VISITAR
GIF animations generator gifup.com www.misionerosencamino.blogspot.com
El Blog donde encontrarás abundante material de formación, dinámicas, catequesis, charlas, videos, música y variados recursos litúrgicos y pastorales para la actividad de los grupos misioneros.
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

jueves, 8 de enero de 2009

Fiesta del Bautismo del Señor: La verdad de lo que no se ve (Mc 1,7-11)

Por Clemente Sobrado C.P.
Publicado por Pasionistas

Hay una historieta muy linda. Ignoro donde la leí, pero que se me quedó grabada por lo significativa. En unas Navidades, una niña quiso regalar algo a su padre. Pero, como era muy pobre, no tenía nada que regalarle. En la Nochebuena, la niña puso junto al arbolito de Navidad, una cajita bien presentada con papel regalo diciendo: “Para mi papi”.
Cuando el papá abrió la caja vio que estaba vacía. Enfadado, creyendo que le habían tomado el pelo, llamó a la niña y le dijo de mal humor: “esto no se hace, me has querido engañar como si fuese el día de Inocentes”. La niña se echó a llorar. El padre reaccionó y trató de consolarla.

La niña le dijo: “Pero, papi, si la caja está llena de besos, era lo único que tenía para regalarte”. El pobre hombre se quedó pálido por la dulce inocencia de la hija y trató de disimular el asunto diciendo: “Ah, es verdad, está llena de besos, ahora los veo”. Desde entonces, el padre conservó aquella caja-regalo y cada vez que se sentía mal, la abría y pensaba en los besos de su hija.

Hay realidades que no se ven. Pero que siguen siendo realidades. ¿A caso todos nosotros no somos una especie de caja-regalo? Dentro llevamos algo que los ojos no ven. Pero que es una realidad tan real como la que nuestros ojos logran ver. Llevamos todos una “interioridad”. Nos creemos vacíos, pero, por nuestro Bautismo, por dentro estamos llenos, no sé si de los besos de Dios, creo que sí, porque estamos llenos de su Espíritu.

Lo que sucede es que estamos tan acostumbrados a lo material, que lo espiritual, la gracia, el amor de Dios que nos hizo hijos suyos, casi nos pasa desapercibido. Como que no nos enteramos de lo que acontece dentro de nosotros. Nos sentimos como una caja de regalo vacía, pero que en realidad está llena de los besos y sueños divinos. Besos que, con frecuencia, solo quien nos los ha regalado los puede ver.

Además vivimos con tal rapidez y velocidad que pasamos por la vida, sin tiempo para mirarnos por dentro y poder contemplar el misterio de nuestra filiación divina. Por eso mismo, nos olvidamos de que llevamos un apellido que supera al apellido de nuestros padres. Ese apellido, regalo de nuestro Padre Dios, se llama “filiación divina”.

¿Alguna vez has pensado y has creído que realmente llevas inscrito dentro, como grabada en el CD de tu corazón, una música y una voz que también a ti te sigue repitiendo: “Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto”.

Con frecuencia vivimos más preocupados y hasta angustiados si “amaremos de verdad a Dios”. Yo pienso que ese no es nuestro verdadero problema. Nuestro problema está en “sentirnos amados nosotros por El”. Nosotros no somos los que le amamos primero sino que es El quien nos amó primero a nosotros. Y sólo quien cree en ese amor y quien ha experimentado el ser amado por El, es luego capaz de amarle de verdad.

Es una pena que caminemos por la vida contemplando siempre la piel de la vida y no logremos entrar dentro para ver cómo corre una savia nueva que llamamos “gracia bautismal”. Una gracia que nos transforma y nos renueva y nos hace nuevos, diferentes. Por fuera, más o menos, todos somos iguales. Pero nuestra verdad camina por dentro.

En su Bautismo, Jesús se sintió impactado y marcado por su experiencia humana de su filiación divina. Y de alguna manera, su Bautismo, fue la señal y el comienzo del bautismo cristiano. El fue bautizado con agua. Pero El bautizará con Espíritu Santo. El Espíritu que nos hace los hijos amados de Dios. Si por la concepción somos fruto del amor de nuestros padres, por el Bautismo somos fruto del amor que Dios nos tiene.

No miremos solo hacia fuera. Dispongamos de un tiempo para mirarnos por dentro. Ahí está nuestra verdad, nuestra grandeza. Y ¿cómo no? Nuestra verdadera belleza. Puede haber cuerpos feos o al menos no tan bellos. Pero todas las almas son hermosas y bellas, porque por el Bautismo participan de la belleza misma de Dios nuestro Padre.

¡Cuántos viven acomplejados por su rostro! Recuerdo la anécdota de aquella Señorita que le decía a su Director Espiritual:

- “Padre, tengo algo que me da mucha vergüenza decirle”.

- Tranquila hija, ya nos conocemos. No tengas vergüenza.

- “Es que, Padre, me he mirado al espejo”.

- Eso no es ningún pecado, hija. Todos nos miramos al espejo.

- “Pero eso no es todo. Es que me ha visto guapa”.

- Tampoco eso es pecado, hija, es un simple error del espejo.

El espejo nos puede engañar. Y nosotros nos podemos engañar mirándonos en el espejo que, por otra parte, es donde más nos miramos. Lo que realmente no puede engañarnos es el espejo de nuestro corazón donde, cuando nos miramos, en vez de nuestro rostro, contemplamos el rostro de Dios en nosotros.

Oración

Señor: Los cielos se abrieron en el Bautismo de tu Hijo en el Jordán.
Y Tú nos has abierto el cielo también a nosotros al bautizarnos en el agua del Bautismo.
Entonces dejaste escuchar tu voz.
También tú has hablado en nuestro bautismo.
Entonces dijiste: “Este es mi Hijo el amado, el predilecto”.
¿Y no es también esto lo que dijiste el día que bautizaron y cada día de nuestra vida?
Que cada día podamos escuchar tu voz de Padre que nos proclamas
“tus hijos amados”.

(Clemente Sobrado C.P.) www.iglesiaquecamina.com

No hay comentarios: