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miércoles, 7 de enero de 2009

Fiesta del Bautismo del Señor: Marcos presenta a Jesús como el Mesías esperado

Publicado por Servicios Koinonia

Is 42,1-4.6-7: “Miren mi siervo, a quien prefiero”
Sal 28: “El Señor bendice a su pueblo con la paz”
Hch 10, 34-38: “Ungido con la fuerza del Espíritu Santo”
Mc 1,7-11: “Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto”

En la visión bíblica, Dios presenta a su siervo como el escogido para anunciar e implantar la justicia en la tierra. Esa justicia será la luz para todas las naciones, y establecerá la alianza de Dios con todos los pueblos.

Obviamente, no podemos atribuirle a Isaías que estuviera pensando en Jesús precisamente como ese siervo escogido, pero la visión utópica de Isaías casa muy bien lo que el mismo Jesús vivió y anunció. La efusión del Espíritu con que sueña Isaías, de alguna manera se cumplirá en Jesús, y deberá llevar la paz y la justicia a las naciones, de forma discreta, humilde, como una ofrenda de Dios mismo a toda la humanidad, y con fuerza efectiva.

El evangelio de Marcos presenta a Jesús como el Mesías esperado. Este Mesías va a responder a la iniciativa providente de Dios mediante una vida de obediencia perfecta. Su fidelidad realizará definitivamente la salvación; da comienzo al tiempo del Espíritu. En la visión de Marcos, al aceptar el bautismo, Jesús recibe oficialmente la investidura mesiánica; el Espíritu desciende sobre él porque en él encuentra un terreno adecuado y fecundo, una persona totalmente entregada a la Causa de la Utopía («el Reino» dirá él). Para la reflexión teológica de los primeros cristianos, que están elaborando el evangelio, Jesús ya “era” antes que Juan Bautista.

El bautismo de Jesús inaugura su vida pública y contiene en potencia todo el itinerario que deberá recorrer. Parece un dato histórico cierto: Jesús, como tantos otros jóvenes de su tiempo, se siente conmovido por la predicación de Juan, y acude a recibir su «bautismo», con un rito de «inmersión» en las aguas del Jordán, un rito casi universal que significa una decisión radical de entrega a una Causa, por la que uno se declara ya decidido a dar la vida, a morir incluso. Jesús, con la coherencia de su vida, hará homenaje a su decisión de hacerse bautizar por Juan. Todo seguidor de Jesús está llamado a hacer suya esa coherencia de vida y esa radicalidad de decisión, que se expresa y anticipa en el rito del bautismo, y se debe hacer realidad todos los días.

Muchos son los que en la Iglesia Católica y fuera de ella reconocen que la práctica bautismal típica de los tiempos de cristiandad, el bautismo masivo de niños, como praxis generalizada y oficial -téngase en cuenta que la ley oficial prohíbe a las diócesis establecer el bautismo de adultos como forma preferencial- necesita una revisión. Para la significación de la admisión de los niños/as en la comunidad puede hacerse cualquier otro tipo de celebración «bautismal», pero si creemos realmente la seriedad y radicalidad de lo que decimos que el bautismo significa, parece incoherente que la legislación insista tercamente en cerrar la puerta incluso a los que quieren intentar una praxis más coherente, más racional, y también más evangélica, al estilo de Jesús y de la primitiva comunidad cristiana.

No deberíamos dejar de señalar un hecho grave, absolutamente novedoso: el pequeño pero a la vez creciente y signficativo movimiento de solicitudes de anulación de bautismo que se dan en el ámbito de las Iglesias europeas. Es cierto que muchas de tales solicitudes, más que de «anulación de bautismo» son «solicitud de baja administrativa en la Iglesia». Lo común es que las personas no tienen en realidad quejas contra el bautismo como decisión religiosa humana radical (¿quién negaría su valor y su dignidad a semejante decisión?) sino contra el hecho de que es registrado y contabilizado estadísiticamente como incorporación a la Iglesia. Es importante señalar que, aunque mínimamente, este fenómeno ha comenzado a darse también en algunos países latinoamericanos: es un problema «estrictamente europeo».

El bautismo no sólo se sitúa en el camino de la propia aventura espiritual, sino que implica una responsabilidad para con los demás, una misión universal: la construcción de un mundo nuevo, la edificación, aquí y ahora, de la Utopía («el Reino», como la llamaría Jesús). El bautizado cristiano, como «seguidor», como inspirado por el Jesús que se hizo bautizar por Juan muy conscientemente, muy adulto, está llamado a ser, con él, salvador de la humanidad y de la creación, del planeta, puesto en riesgo grave por las políticas antiutópicas de la civilización capitalista industrial ecológicamente irresponsable.

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 7 de la serie «Un tal Jesús», de los hnos. López Vigil. El guión y su comentario pueden ser tomados de aquí:
http://www.untaljesus.net/texesp.php?id=1100007
Puede ser escuchado aquí:
http://www.untaljesus.net/audios/cap07b.mp3
La serie «Otro Dios es posible», de los mismos autores, tiene un capítulo, el 34, titulado «¿Bautismo de niños?», cuyo texto y audio pueden ser recogidos en: http://www.emisoraslatinas.net/entrevista.php?id=130034


Para la revisión de vida
- Hoy es el primer domingo del “tiempo ordinario”; se acabaron los “tiempos fuertes” de la liturgia, el adviento y la navidad; vuelve la vida ordinaria… Un adagio clásico de ascética decía: “in ordinariis, non ordinarius”, para expresar la meta de quien quiere ser santo (‘extraordinario’) en las cosas ordinarias, en la vida diaria… Al comenzar el “tiempo ordinario” debemos renovar nuestro deseo de vivir “extraordinariamente”.


Para la reunión de grupo
- La misión del mesías puede leerse como “implantar el Derecho”. Reflexionemos: ¿Qué relación tiene el Derecho con la misión de todo un Mesías? ¿Qué relación puede tener el Derecho con la misión de todo un cristiano?
- ¿Cómo está nuestro mundo desde la óptica del Derecho? ¿Es el Derecho (Internacional, mundial) el que rige el “orden” del mundo? ¿Estamos avanzando hacia un ordenamiento jurídico mejor, o hemos retrocedido hacia la ley de la selva, la ley del más fuerte, la justicia (o venganza) por la mano propia…? ¿Puede ser la promoción del derecho y la exigencia de un nuevo Derecho Mundial uno de los grandes deberes de los cristianos, para hacer efectiva en nosotros la misión del Mesías en el mundo actual?
- ¿Y en lo que respecta al derecho económico? ¿Quién es el responsable del sistema económico planetario? ¿Quién lo diseñó en Bretton Woods? ¿Por qué todavía estamos viviendo sometidos a unas reglas capitalistas dictadas por los vencedores de una guerra que ya acabó hace sesenta años? ¿Por qué para la reorganización del sistema financiero, sumido en grave crisis sistémica, se vuelven a reunir los países «industrializados» y no se convoca una asamblea mundial? ¿Todavía nos parece una locura, una desmedida exigencia de democracia mundial? ¿Dónde están los nuevos “mesías” llamados a “implantar el derecho a las naciones”?
- ¿Guarda el bautismo de Jesús alguna relación con nuestro bautismo?
-
- Jesús “se bautizó como adulto”. El bautismo de Juan era bautismo de adultos. Jesús se hizo bautizar por Juan como fruto de una decisión personal adulta. ¿Qué pensar del bautismo administrado sistemáticamente a los niños? ¿Debería reformarse la pastoral bautismal? ¿Por qué? ¿Hacen mal unos padres que prefieren dejar que sea su hijo/a quien elija el día de mañana, cuando sea consciente, si quiere ser bautizado?


Para la oración de los fieles
-- Para que todos los hombres y mujeres, sean de la religión que sean, acepten y fomenten el Amor, la Justicia y el Derecho, roguemos al Señor…
- Por todos los seguidores de Jesús, para que se distingan siempre –como el Mesías en el que creen- por su amor a la paz, a la concordia, a la justicia y al derecho…
- Para que aprendamos de todos los hombres y mujeres, de cualquier religión, que han descubierto el imperativo absoluto de los derechos humanos, que vienen a ser “derechos divinos”…
- Para que todos renovemos nuestro bautismo: nuestra decisión de seguir a Jesús y comprometernos con su proyecto mesiánico de “implantar el Derecho en el mundo”…
- Para que la Iglesia resuelva de la mejor manera posible la problemática inherente a la pastoral del bautismo de niños…

Oración comunitaria
Dios Padre nuestro, que en el bautismo de Jesús lo has proclamado como tu “Hijo muy amado, el predilecto”; te suplicamos nos cobijes bajo su nombre y nos concedas conformarnos cada día más cercanamente a su imagen, haciendo nuestra su Causa y prosiguiendo su misión de ser “luz de las naciones” y de “implantar el Derecho en la tierra”. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor…

Dios Padre-Madre, nuestro y de todos los seres, de la entera creación. Inspirados por la memoria de Jesús, que optó radicalmente por entregar su vida a la Causa de la Utopía, que él llamaba emocionadamente «Reino de Dios», ayúdanos a entregar también nuestra vida, radical y apasionadamente, a la Causa de la misma Utopía, para que también a nosotros, como a él en el momento de su bautismo por parte de Juan, nos envíes a la misión de hacer que el Derecho sea implantado entre las Naciones. Nosotros te lo pedimos inspirados por Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro. Amén.

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