DOMINGO 18 DE OCTUBRE: JORNADA MISIONERA MUNDIAL
Durante el tradicional rezo del Ángelus, llamó a todos los católicos a apoyar a quienes difunden el Evangelio en el mundo y a las jóvenes iglesias de los países más pobres. Rindió homenaje especialmente a un misionero asesinado en Brasil.
El papa Benedicto XVI recordó este domingo a los misioneros secuestrados, asesinados y perseguidos en su tarea, y pidió a todos los católicos apoyo para cuantos difunden el cristianismo en el mundo.
El 18 de octubre, fiesta de San Lucas, es una jornada dedicada por la Iglesia católica a las misiones.
"En esta Jornada Misionera Mundial quiero recordar a los misioneros y las misioneras, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos voluntarios, que consagran su existencia a llevar el Evangelio en el mundo", dijo el Papa.
El Pontífice destacó que esos misioneros "consagran su existencia a llevar el Evangelio en el mundo, enfrentando los problemas y las dificultades y a veces verdaderas persecuciones".
Así, el Papa, durante su habitual rezo del Ángelus dominical, rememoró las figuras del sacerdote italiano Ruggero Ruvoletto, que trabajaba como misionero en la periferia de Manaos (Brasil) y que fue asesinado el pasado 19 de septiembre, así como la del padre Michael Sinnot, secuestrado en Filipinas hace unos días.
Benedicto XVI invitó además a todos los cristianos a que realicen "un gesto" de compartir tanto en el ámbito material como espiritual para ayudar a "las jóvenes iglesias de los países más pobres".
"¿Y cómo no pensar en cuanto está emergiendo en el Sínodo de Obispos de África, en términos de extremo sacrificio y de amor a Cristo y a su Iglesia?", se preguntó retóricamente Benedicto XVI.
Los obispos africanos denunciaron hace unos días la crucifixión de cinco cristianos en Sudán, a los que se suman otros ocho católicos asesinados de maneras diversas.
Tras el rezo del Ángelus, Benedicto XVI saludó con afecto a los peregrinos de lengua española y en particular a los fieles de la Hermandad del Señor de los Milagros, de Roma, y a los miembros de la Hermandad de la Virgen de la Amargura, de Lorca.
El Pontífice, en su saludo en español, se dirigió también al grupo de jóvenes españoles y latinoamericanos que asistieron al rezo del Ángelus y que trabajan pastoralmente en la defensa de la vida.
El papa Benedicto XVI recordó este domingo a los misioneros secuestrados, asesinados y perseguidos en su tarea, y pidió a todos los católicos apoyo para cuantos difunden el cristianismo en el mundo.
El 18 de octubre, fiesta de San Lucas, es una jornada dedicada por la Iglesia católica a las misiones.
"En esta Jornada Misionera Mundial quiero recordar a los misioneros y las misioneras, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos voluntarios, que consagran su existencia a llevar el Evangelio en el mundo", dijo el Papa.
El Pontífice destacó que esos misioneros "consagran su existencia a llevar el Evangelio en el mundo, enfrentando los problemas y las dificultades y a veces verdaderas persecuciones".
Así, el Papa, durante su habitual rezo del Ángelus dominical, rememoró las figuras del sacerdote italiano Ruggero Ruvoletto, que trabajaba como misionero en la periferia de Manaos (Brasil) y que fue asesinado el pasado 19 de septiembre, así como la del padre Michael Sinnot, secuestrado en Filipinas hace unos días.
Benedicto XVI invitó además a todos los cristianos a que realicen "un gesto" de compartir tanto en el ámbito material como espiritual para ayudar a "las jóvenes iglesias de los países más pobres".
"¿Y cómo no pensar en cuanto está emergiendo en el Sínodo de Obispos de África, en términos de extremo sacrificio y de amor a Cristo y a su Iglesia?", se preguntó retóricamente Benedicto XVI.
Los obispos africanos denunciaron hace unos días la crucifixión de cinco cristianos en Sudán, a los que se suman otros ocho católicos asesinados de maneras diversas.
Tras el rezo del Ángelus, Benedicto XVI saludó con afecto a los peregrinos de lengua española y en particular a los fieles de la Hermandad del Señor de los Milagros, de Roma, y a los miembros de la Hermandad de la Virgen de la Amargura, de Lorca.
El Pontífice, en su saludo en español, se dirigió también al grupo de jóvenes españoles y latinoamericanos que asistieron al rezo del Ángelus y que trabajan pastoralmente en la defensa de la vida.
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