Publicado por CIPECAR
Lecturas: Eclesiástico 3, 17-18.20.28-29; Salmo 67,4-11; Hebreos 12,18-19.22-24a
Evangelio: Lucas: 14, 1. 7-14
Lecturas: Eclesiástico 3, 17-18.20.28-29; Salmo 67,4-11; Hebreos 12,18-19.22-24a
Evangelio: Lucas: 14, 1. 7-14
"Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principa les fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola: -«Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: "Cédele el puesto a éste." Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.» Y dijo al que lo había invitado: -«Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y que darás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, co jos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos"
Jesús va de camino. Recibe la invitación de un fariseo, de los principales, y acepta ir a comer con él. Hay expectación en torno a Jesús. Le observan detenidamente. ¿Qué hará? ¿Qué dirá? Con Jesús creen tener el espectáculo asegurado. Pero Jesús aprovecha el momento de la comida, que es tiempo de intimidad y amistad, para dar mensajes sorprendentes.
El primero va dirigido a todos los comensales: Ha observado Jesús que buscan los primeros puestos, las reverencias, la gloria humana. Y les invita a cambiar radicalmente el modo de obrar, a ponerse en los últimos puestos. ¡Es tan hermoso, lo dice él por experiencia, mirar la vida y a las gentes desde abajo! ¡Es tan grande que uno, allí donde esté, se coloque en el grupo como quien sirve! Hay mucho amor, y mucho reino, y mucho Dios en esas actitudes.
El segundo mensaje va dirigido al fariseo que lo ha invitado. Ha observado entre los invitados a amigos, hermanos, parientes, vecinos ricos... Y le pone delante otro estilo de vida: el amor desinteresado, la bienaventuranza que se experimenta cuando el amor sale de forma gratuita y generosa del corazón.
Orar también en verano:
Vete al encuentro amistoso con Jesús, una alternativa difícil pero gozosa de vida. Y ponte a su disposición. Dile que te enseñe alternativas de vida.
Deja que el Espíritu te ensanche el corazón y lo llene de nombres, de rostros, de hermanas y hermanos.
En tu oración siempre se te pide algo. Apoyo, iniciativas que contribuyen al bien de los hombres y de los pueblos. Que todo lo que hagas o proyectes esté tocado por la gratuidad. Está será tu forma de sentarte a la mesa de los pecadores.
El amor desinteresado
Jesús va de camino. Recibe la invitación de un fariseo, de los principales, y acepta ir a comer con él. Hay expectación en torno a Jesús. Le observan detenidamente. ¿Qué hará? ¿Qué dirá? Con Jesús creen tener el espectáculo asegurado. Pero Jesús aprovecha el momento de la comida, que es tiempo de intimidad y amistad, para dar mensajes sorprendentes.
El primero va dirigido a todos los comensales: Ha observado Jesús que buscan los primeros puestos, las reverencias, la gloria humana. Y les invita a cambiar radicalmente el modo de obrar, a ponerse en los últimos puestos. ¡Es tan hermoso, lo dice él por experiencia, mirar la vida y a las gentes desde abajo! ¡Es tan grande que uno, allí donde esté, se coloque en el grupo como quien sirve! Hay mucho amor, y mucho reino, y mucho Dios en esas actitudes.
El segundo mensaje va dirigido al fariseo que lo ha invitado. Ha observado entre los invitados a amigos, hermanos, parientes, vecinos ricos... Y le pone delante otro estilo de vida: el amor desinteresado, la bienaventuranza que se experimenta cuando el amor sale de forma gratuita y generosa del corazón.
Orar también en verano:
Vete al encuentro amistoso con Jesús, una alternativa difícil pero gozosa de vida. Y ponte a su disposición. Dile que te enseñe alternativas de vida.
Deja que el Espíritu te ensanche el corazón y lo llene de nombres, de rostros, de hermanas y hermanos.
En tu oración siempre se te pide algo. Apoyo, iniciativas que contribuyen al bien de los hombres y de los pueblos. Que todo lo que hagas o proyectes esté tocado por la gratuidad. Está será tu forma de sentarte a la mesa de los pecadores.
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