Acompañando a los enfermos-enfermas de VIH-Sida y siendo acompañadas-acompañados por ellas (material de reflexión para un encuentro con Religiosas-os)
1.- El punto de partida es escuchar el clamor de estas enfermas y enfermos. Sentir vivamente su dolor, la discriminación que sufren en sus propias familias, en la escuela, en el trabajo, en la misma iglesia. Sentir también la discriminación y el señalamiento que alcanza a sus propios hijos e hijas. Sentir dolor e indignación ante esa discriminación y ante el crimen de las grandes y riquísimas empresas farmacéuticas que venden tan caros los retrovirales, y que presionan e impiden con el falso pretexto de sus patentes, que se distribuyan y vendan baratas las medicinas genéricas para estos enfermos. Y junto con ese sentir ante su clamor, pedir la gracia de que se nos conmuevan las entrañas como a Jesús y que actuemos como El. El punto de partida también incluye el estar abiertos-as a aprender de estos enfermos y enfermas lo que nos enseñan sobre la vida, el amor a la vida, el enfrentar tanto dolor y discriminación y así dejarnos también acompañar por ellos para servir más fielmente a Jesús en esta pastoral con estas hermanas y hermanos especialmente excluidos y discriminados.
2.- Lo central en nuestro acompañamiento, es acompañar como Jesús lo hizo, y lo quiere seguir haciendo a través de nosotras-os. Un dato innegable del Evangelio es la relación que Jesús hace entre el anuncio del Evangelio, de la Buena Noticia del Reino y la curación de los enfermos. Estos son dos pilares de sus palabras y de su actuar, y eso mismo lo da como Misión a los discípulos-discípulas que de dos en dos llevan su Buena Noticia.
3.-Y algo muy importante en el actuar de Jesús es que de cara a los enfermos y enfermas, se le estremecen las entrañas. O sea es algo que brota de lo más íntimo de su corazón y que es señal y manifestación de la Ternura, de la Misericordia de Dios para con sus hijas e hijos enfermos.
4.- Las curaciones que realiza Jesús no solo ven por la salud física del enfermo-a, sino también y con igual importancia por su integración en la familia y la sociedad. En la sociedad de su tiempo, como podemos ver por leyes del Antiguo Testamento y por prácticas en tiempo de Jesús, los enfermos y las enfermas eran considerados impuros. Y para cojos, ciegos y no se diga leprosos aun el acceso al Templo estaba prohibido. La Mujer que llamamos hemorroisa, no solo tenía su sangrado que le llevó a gastar todo su dinero con los médicos, sino que era considerada impura, y no debía haberse atrevido a tocar a Jesús.. Cuando Jesús cura a las enfermas y enfermos, los invita a volver a su familia, a presentarse en el Templo etc. y en todo caso, se pueden ya integrar de nuevo a la sociedad.- pensemos cómo esto se aplica a las enfermas-enfermos de VIH-Sida tan discriminados y apartados de la sociedad.
5.- Jesús se acerca las excluidas y excluidos, y los invita a su mesa, come con ellas y con ellos.
a) Algo que escandalizó especialmente a los fariseos y a los "cumplidores de la Ley" es que Jesús comía con publicanos y pecadoras. Y en la parábola del banquete, dice a sus servidores que inviten a todos, a los cojos, a los ciegos…a todos los excluidos. Sin duda las y los enfermos del VIH-Sida son de los más excluidos del banquete, de la mesa común en nuestra sociedad y tal vez también de nuestras parroquias, escuelas y proyectos. Y no solo ellas-ellos, sino muchas veces también sus hijitas e hijitos.
b) Un caso especial -y que tiene que ver con nuestra reunión-es la actitud de Jesús con las y los leprosos. Ellas y ellos (Leprosos y/o enfermos de psoriasis y otras enfermedades de la piel que los hacía repugnantes ante los "limpios") eran alejados, eran discriminados. En el caso de los 10 leprosos, Lucas nos dice que le gritan de lejos que los sane. Jesús les dice que se presenten en el templo, como los demás podían hacerlo, y el camino quedan curados (Lc 17,14). Desde el comienzo de su Evangelio Marcos nos dice: "Se le acercó un leproso (notemos se le acercó o sea Jesús con su actitud facilitaba se le acercara) y le suplica: Si quieres puedes sanarme. Jesús se compadeció, extendió la mano, lo tocó y le dijo: lo quiero queda sano" (Mc.1, 40-41) (Notemos Jesús se compadece y lo toca…) Y luego lo envía a presentarse al templo, rompiendo la discriminación que había padecido.
Con toda razón podemos pensar que un equivalente a los llamados leprosos de aquel tiempo son las y los enfermos del VIH-Sida, con el agravante de que el temor al contagio, temor desproporcionado que hace ver contagio hasta en darles la mano- hace que se les discrimine más en la vida social, en las escuelas, aun en los hospitales. Es bueno que reflexionemos si a nivel Iglesia, igualmente están discriminados, y podemos revisar nosotros mismos cómo los vemos, cómo actuamos con ellos y con sus hijitas e hijitos, qué actitudes tenemos.
6.- Mi propuesta de trabajo en común para el día de hoy, es la siguiente:
A) Empezar por compartir nuestra experiencia, nuestras actitudes, nuestros anhelos y nuestros temores ante las y los enfermos del VIH-Sida
B) Comentar lo que les acabo de plantear sobre la actitud y acciones de Jesús ante las y los enfermos y su exclusión social
C) Profundizar en ello, reflexionando en algunos párrafos del capítulo 6 del Libro de José A. Pagola: Jesús, aproximación histórica. Jesús Curador de Vida. Para facilitar esto, he dividido el texto de Pagola en 5 apartados para que se puedan hacer 5 Grupos. Cada grupo ve un apartado y se pregunta: Esto ¿qué tiene que ver con nuestra pastoral, nuestro acompañamiento con las y los enfermos del VIH-Sida? ¿Qué podremos hacer en esta línea siguiendo a Jesús?
D) Actuar.- en el plenario ¿Qué conclusiones bien concretas pastorales sacamos de esta reunión para nuestra pastoral o al menos para nuestro acercamiento con Jesús y como Jesús con las enfermas y enfermos del VIH-Sida? Y no se trata solo para acompañarlos, sino también de abrirnos a aprender de ellas y ellos, y además se trata de querer ser acompañados por ellas y ellos en nuestro mismo servicio pastoral. Y terminemos con una oración pidiendo ser fieles al llamado que Jesús nos hace desde el clamor y anhelos de estas enfermas y enfermos.
Arnaldo Zenteno S.J.
Proyecto CEB Samaritanas.
***********
CAPÍTULO 6: JESÚS CURADOR DE VIDA. Para el trabajo en Grupos.
Texto (párrafos entresacados) del Libro de Pagola: Jesús. Aproximación Histórica.
* Del Equipo de Servicios CNP. Comunidades Eclesiales de Base de Nicaragua
1.- El punto de partida es escuchar el clamor de estas enfermas y enfermos. Sentir vivamente su dolor, la discriminación que sufren en sus propias familias, en la escuela, en el trabajo, en la misma iglesia. Sentir también la discriminación y el señalamiento que alcanza a sus propios hijos e hijas. Sentir dolor e indignación ante esa discriminación y ante el crimen de las grandes y riquísimas empresas farmacéuticas que venden tan caros los retrovirales, y que presionan e impiden con el falso pretexto de sus patentes, que se distribuyan y vendan baratas las medicinas genéricas para estos enfermos. Y junto con ese sentir ante su clamor, pedir la gracia de que se nos conmuevan las entrañas como a Jesús y que actuemos como El. El punto de partida también incluye el estar abiertos-as a aprender de estos enfermos y enfermas lo que nos enseñan sobre la vida, el amor a la vida, el enfrentar tanto dolor y discriminación y así dejarnos también acompañar por ellos para servir más fielmente a Jesús en esta pastoral con estas hermanas y hermanos especialmente excluidos y discriminados.
2.- Lo central en nuestro acompañamiento, es acompañar como Jesús lo hizo, y lo quiere seguir haciendo a través de nosotras-os. Un dato innegable del Evangelio es la relación que Jesús hace entre el anuncio del Evangelio, de la Buena Noticia del Reino y la curación de los enfermos. Estos son dos pilares de sus palabras y de su actuar, y eso mismo lo da como Misión a los discípulos-discípulas que de dos en dos llevan su Buena Noticia.
3.-Y algo muy importante en el actuar de Jesús es que de cara a los enfermos y enfermas, se le estremecen las entrañas. O sea es algo que brota de lo más íntimo de su corazón y que es señal y manifestación de la Ternura, de la Misericordia de Dios para con sus hijas e hijos enfermos.
4.- Las curaciones que realiza Jesús no solo ven por la salud física del enfermo-a, sino también y con igual importancia por su integración en la familia y la sociedad. En la sociedad de su tiempo, como podemos ver por leyes del Antiguo Testamento y por prácticas en tiempo de Jesús, los enfermos y las enfermas eran considerados impuros. Y para cojos, ciegos y no se diga leprosos aun el acceso al Templo estaba prohibido. La Mujer que llamamos hemorroisa, no solo tenía su sangrado que le llevó a gastar todo su dinero con los médicos, sino que era considerada impura, y no debía haberse atrevido a tocar a Jesús.. Cuando Jesús cura a las enfermas y enfermos, los invita a volver a su familia, a presentarse en el Templo etc. y en todo caso, se pueden ya integrar de nuevo a la sociedad.- pensemos cómo esto se aplica a las enfermas-enfermos de VIH-Sida tan discriminados y apartados de la sociedad.
5.- Jesús se acerca las excluidas y excluidos, y los invita a su mesa, come con ellas y con ellos.
a) Algo que escandalizó especialmente a los fariseos y a los "cumplidores de la Ley" es que Jesús comía con publicanos y pecadoras. Y en la parábola del banquete, dice a sus servidores que inviten a todos, a los cojos, a los ciegos…a todos los excluidos. Sin duda las y los enfermos del VIH-Sida son de los más excluidos del banquete, de la mesa común en nuestra sociedad y tal vez también de nuestras parroquias, escuelas y proyectos. Y no solo ellas-ellos, sino muchas veces también sus hijitas e hijitos.
b) Un caso especial -y que tiene que ver con nuestra reunión-es la actitud de Jesús con las y los leprosos. Ellas y ellos (Leprosos y/o enfermos de psoriasis y otras enfermedades de la piel que los hacía repugnantes ante los "limpios") eran alejados, eran discriminados. En el caso de los 10 leprosos, Lucas nos dice que le gritan de lejos que los sane. Jesús les dice que se presenten en el templo, como los demás podían hacerlo, y el camino quedan curados (Lc 17,14). Desde el comienzo de su Evangelio Marcos nos dice: "Se le acercó un leproso (notemos se le acercó o sea Jesús con su actitud facilitaba se le acercara) y le suplica: Si quieres puedes sanarme. Jesús se compadeció, extendió la mano, lo tocó y le dijo: lo quiero queda sano" (Mc.1, 40-41) (Notemos Jesús se compadece y lo toca…) Y luego lo envía a presentarse al templo, rompiendo la discriminación que había padecido.
Con toda razón podemos pensar que un equivalente a los llamados leprosos de aquel tiempo son las y los enfermos del VIH-Sida, con el agravante de que el temor al contagio, temor desproporcionado que hace ver contagio hasta en darles la mano- hace que se les discrimine más en la vida social, en las escuelas, aun en los hospitales. Es bueno que reflexionemos si a nivel Iglesia, igualmente están discriminados, y podemos revisar nosotros mismos cómo los vemos, cómo actuamos con ellos y con sus hijitas e hijitos, qué actitudes tenemos.
6.- Mi propuesta de trabajo en común para el día de hoy, es la siguiente:
A) Empezar por compartir nuestra experiencia, nuestras actitudes, nuestros anhelos y nuestros temores ante las y los enfermos del VIH-Sida
B) Comentar lo que les acabo de plantear sobre la actitud y acciones de Jesús ante las y los enfermos y su exclusión social
C) Profundizar en ello, reflexionando en algunos párrafos del capítulo 6 del Libro de José A. Pagola: Jesús, aproximación histórica. Jesús Curador de Vida. Para facilitar esto, he dividido el texto de Pagola en 5 apartados para que se puedan hacer 5 Grupos. Cada grupo ve un apartado y se pregunta: Esto ¿qué tiene que ver con nuestra pastoral, nuestro acompañamiento con las y los enfermos del VIH-Sida? ¿Qué podremos hacer en esta línea siguiendo a Jesús?
D) Actuar.- en el plenario ¿Qué conclusiones bien concretas pastorales sacamos de esta reunión para nuestra pastoral o al menos para nuestro acercamiento con Jesús y como Jesús con las enfermas y enfermos del VIH-Sida? Y no se trata solo para acompañarlos, sino también de abrirnos a aprender de ellas y ellos, y además se trata de querer ser acompañados por ellas y ellos en nuestro mismo servicio pastoral. Y terminemos con una oración pidiendo ser fieles al llamado que Jesús nos hace desde el clamor y anhelos de estas enfermas y enfermos.
Arnaldo Zenteno S.J.
Proyecto CEB Samaritanas.
***********
CAPÍTULO 6: JESÚS CURADOR DE VIDA. Para el trabajo en Grupos.
Texto (párrafos entresacados) del Libro de Pagola: Jesús. Aproximación Histórica.
* Del Equipo de Servicios CNP. Comunidades Eclesiales de Base de Nicaragua
No hay comentarios:
Publicar un comentario