Publicado por El Blog de X. Pikaza
La Iglesia Católica celebra el 6 de Enero la fiesta de los Magos de Oriente, es decir, de los hombres religiosos (sabios, astrónomos…) que buscan la Estrella de Dios, es decir, el signo de la Vida (la Promesa Mesiánica) en las tradiciones del judaísmo.
a) No se dice que sean Reyes, sino “magos”, representantes de la sabiduría y religión de Oriente (Persia, India, China…), hombres de una cultura distinta, muy sabia, que interpretan los signos de los “astros” (la sacralidad cósmica), pero que siguen buscando algo más, que puede ofrecerles el Mesías Judío.
b) Los Magos son el Oriente… No vienen de Grecia (sabiduría racional), ni de Roma (orden político), sino del Inmenso Oriente de las tradiciones religiosas… Vienen impulsados por su propia religión. No tienen que renunciar a nada suyo (a sus posibles dioses, a sus tradiciones zoroastrianas o hindúes, budistas o taoístas…), sino a culminar su camino. Son la humanidad que busca, desde sus propias religiones.
c) Buscan al Rey de los Judíos… pero encuentran a Jesús, simplemente un Niño, que es signo de la Humanidad Nueva. No llegan a la Iglesia organizada de tiempos posteriores, ni al cristianismo cultual, sino sólo a Jesús, que es el principio de un camino humano…
d) Encuentran a un Jesús “discutido” o, mejor dicho, rechazado por los representantes políticos del judaísmo o de la religión establecida de su tiempo. En este contexto se sitúa el texto, que tiene muchos rasgos, que ahora no quiero destacar. Sólo presentaré la lectura y una breve aplicación.
a) No se dice que sean Reyes, sino “magos”, representantes de la sabiduría y religión de Oriente (Persia, India, China…), hombres de una cultura distinta, muy sabia, que interpretan los signos de los “astros” (la sacralidad cósmica), pero que siguen buscando algo más, que puede ofrecerles el Mesías Judío.
b) Los Magos son el Oriente… No vienen de Grecia (sabiduría racional), ni de Roma (orden político), sino del Inmenso Oriente de las tradiciones religiosas… Vienen impulsados por su propia religión. No tienen que renunciar a nada suyo (a sus posibles dioses, a sus tradiciones zoroastrianas o hindúes, budistas o taoístas…), sino a culminar su camino. Son la humanidad que busca, desde sus propias religiones.
c) Buscan al Rey de los Judíos… pero encuentran a Jesús, simplemente un Niño, que es signo de la Humanidad Nueva. No llegan a la Iglesia organizada de tiempos posteriores, ni al cristianismo cultual, sino sólo a Jesús, que es el principio de un camino humano…
d) Encuentran a un Jesús “discutido” o, mejor dicho, rechazado por los representantes políticos del judaísmo o de la religión establecida de su tiempo. En este contexto se sitúa el texto, que tiene muchos rasgos, que ahora no quiero destacar. Sólo presentaré la lectura y una breve aplicación.
Texto. Mateo 2, 1-12
Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: "¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo". Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: "Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel"".
Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: "Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo". Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
Y habiendo recibido en sueños un oráculo para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.
Reflexión de conjunto
El texto es muy rico, está lleno de indicaciones que deberían estudiarse con más cuidado. Ahora sólo ofrezco algunas indicaciones generales
1. Jesús, Mesías de Dios, no está encerrado en el templo y ley de Jerusalén, sino abierto en Belén para todos los que vengan. No es Rey que impone su derecho en Sión, sino Niño necesitado, en brazos de su madre. No es Sacerdote que expande la sacralidad divina desde el tabernáculo del templo, sino niño amenazado, que debe exilarse en Egipto, asumiendo así la historia del autentico Israel, Hijo de Dios (cf. 2, 15).
2. Los representantes religiosos y sociales de Israel (de la Gran Iglesia de entonces) no han venido a Belén para adorar al Rey de los judíos. Ellos conocen de algún modo el misterio (saben que el Mesías debe nacer en Belén), pero no quieren buscarle, ni le ofrecen el tesoro de su vida (cf. Mt 2, 11), pues están fijados en sus sacralidades nacionales y sociales. Esta es la paradoja de un mesías de Israel que los israelitas no aceptan. La subida mesiánica de los pueblos hacia Jerusalén queda truncada, pues Jerusalén no les reciba.
3. Herodes rey no acepta el mesianismo de Jesús y decide matarle. De manera consecuente, la venida de los magos se inscribe en un contexto de persecución: el rey de turno persigue al verdadero Rey de los judíos, obligándole a exilarse, mientras los buscadores mesiánicos de oriente vuelven a sus tierras por otro camino. De esa forma, el Israel histórico de Herodes queda en manos de su propia violencia destructora (relato de los inocentes). Eso significa que la búsqueda de los pueblos que quieren adorar en Jerusalén al Rey Mesías ha fracasado, pues el Mesías no se encuentra allí.
4. El camino de los magos (es decir, de todos los pueblos que buscan de hecho a Dios, buscando la luz) forma parte del mesianismo de Jesús: los gentiles le han buscado ya y le siguen buscando, para ofrecerle el homenaje de sus dones, el oro de la realeza, el incienso de la sacralidad, la mirra del perfume gozoso… dones son símbolo de valor y del riesgo de la vida humana.
5. A lo largo de la historia de la cristiandad, muchos han aplicado y siguen aplicando a Jesús sólo un modelo de experiencia centrípeta, vinculando a Jesús con la cultura dominante de la nueva Jerusalén, en el centro de una iglesia occidental, que tiende a confundir el evangelio con sus intereses culturales o sociales, en Roma o Londres, en Moscú o América. Este ha sido quizá el mayor problema cristológico moderno: la vinculación de Jesús con los poderes dominantes de occidente. Los magos antiguos tuvieron más suerte, pues, con la ayuda de sacerdotes y escribas, hallaron al Rey fuera de la ciudad triunfadora, al exterior de la cultura dominante, como niño perseguidos. Muchos de nosotros (y, de algún modo, la iglesia) hemos secuestrado a Jesús en los muros de nuestra cultura dominante, sea filosófica o social, económica o militar.
6. La cristiandad posterior ha sentido miedo de esta universalidad del Cristo, encerrándole de nuevo bajo llaves religiosas de dominio, dentro de estructuras de poder cultural o social; no ha dejado que emerja el Cristo verdaderamente ecuménico, capaz de unificar en amor a todas las naciones de la tierra. Se plantea así uno de los grandes retos de la iglesia ante el siglo XXI: o la cristología se vuelve católica (universal), capaz de recibir a los magos y de abrirse a todas las culturas de la tierra, en respeto fuerte y búsqueda de amor, o ella termina convirtiéndose en ideología particular de un pequeño grupo de cristianos, cada vez más perdidos dentro de una humanidad que busca otros caminos de realización, en clave de violencia.
7. El camino de los magos que buscan a Jesús… es el camino de todos los hombres, de todas las religiones… El Jesús de Belén o del Monte de pascua ha de estar dispuesto a recibir el oro de la cultura de los pueblos, el incienso de todas las formas de cultura religiosa… la mirra de todos los dolores… Los cristianos tenemos que sentirnos capaces de acoger la cultura religiosa de los pueblos… Sólo en ese sentido se puede hablar de “epifanía”. No se trata sólo de ir y llevar a los otros lo que tenemos… Se trata de recibir lo que nos ofrecen los grandes “magos” de los pueblos: Buda y Zoroastro, Lao-Tze o el autor de la Bagavad Gita…. por poner unos ejemplos.
¿No estarán viniendo Buda (y otros magos)? ¿De qué hablarían con Jesús?
Quizá deberíamos precisar: ¿Qué deberían hoy decirse los magos antiguos y modernos y Jesús, ya algo mayor? Sería bueno que Jesús y Buda dialoguen un poco y aprendan uno del otros…
Ciertamente, aún aprendiendo con Buda como maestro... Jesús tenía sus propias ideas y por eso hizo un evangelio que no va en contra de Buda, pero que no es el mismo que el de Buda.
Ciertamente, aún aprendiendo de Jesús…, Buda tenía sus propias ideas… y por eso trazó un camino propio de iluminación, que no va en contra de Jesús, pero que es distinto...
El problema no es de Jesús, ni de Buda (ni Zoroastro o Tao Tzi), sino de los cristianos y de los budistas o taoístas actuales, que quizá deberíamos conversar algo más.
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