Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 2, 23-28
Un sábado en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar. Entonces los fariseos le dijeron: «¡Mira! ¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido ?»
Él les respondió: «¿Ustedes no han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus compañeros se vieron obligados por el hambre, cómo entró en la Casa de Dios, en el tiempo del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió y dio a sus compañeros los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes?»
Y agregó: «El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado. De manera que el Hijo del hombre es dueño también del sábado».
Compartiendo la Palabra
Por Juan Lozano Belmonte, cmf
Por Juan Lozano Belmonte, cmf
Querido amigo/a:
Otra vez un conflicto relacionado con la práctica del amor que se ha puesto detrás de la ley. La mayoría de nuestros países presumen de ser democráticos; si algo caracteriza a la democracia es “el imperio de la ley”, a través del cual se articula un estado de derecho. Ya sabemos que la democracia tiene sus lagunas, aunque es mejor que otros sistemas políticos bastante deplorables y abusivos. A donde quiero ir a parar es que también nosotros hemos puesto demasiadas esperanzas en la ley. Cierto que la necesitamos para ordenar nuestra convivencia y para articular nuestra vida de fe. Pero Jesús no se cansa de advertirnos que tengamos cuidado de no contentarnos con su cumplimiento.
Un tentación fuerte es conformarnos con lo que “tenemos que hacer”, con lo “políticamente correcto”, y no ir más allá, no dar pasos, no arriesgar, no ser más pasionales y embriagarnos más. La ley nos orienta, pero también puede adormecernos y hacernos tibios. Revísate en poco con la Palabra de hoy: ¿eres de los que cumplen o de los que van más allá? ¿Te conformas con realizar tus obligaciones o tienes capacidad de salir más hacia afuera, al encuentro del otro? ¿Eres tibio o caliente? Porque el Evangelio nunca nos llama a estar quietos, sino a buscar siempre el rastro de la Vida en todos los acontecimientos y momentos de nuestra jornada. Para el cristiano a ley es un instrumento para amar más y mejor, no un fin en sí misma. Haz un breve repaso y pide al Señor luz para detectar aquellas normas y leyes que te atan desde hace tiempo y no te hacen más libre ni mejor cristiano/a, y pídele que te libere de ellas.
Día 3º. Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.
Oración: Dios de luz, te damos gracias por revelar tu verdad en Jesucristo, tu Palabra de Vida, que recibimos a través de la enseñanza de los apóstoles, transmitida en primer lugar en Jerusalén. Que tu Espíritu Santo siga santificándonos en la verdad de tu Hijo, para que por nuestra unidad en él crezcamos en la asiduidad a tu Palabra y sirvamos juntos tu Reino en la humildad y en el amor. Te lo pedimos en nombre de Jesucristo. Amén.
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