NO DEJES DE VISITAR
GIF animations generator gifup.com www.misionerosencamino.blogspot.com
El Blog donde encontrarás abundante material de formación, dinámicas, catequesis, charlas, videos, música y variados recursos litúrgicos y pastorales para la actividad de los grupos misioneros.
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

viernes, 18 de marzo de 2011

II Domingo de Cuaresma (Mt 17,1-9) - Ciclo A: La solución no está en hacernos los fuertes.


1. Situación

Deseamos convertirnos, pero tenemos miedo. El camino no es de rosas. No lo fue para Jesús, ni para sus discípulos.
El miedo nos acobarda.
Lo peor de todo no es que tengamos miedo, sino que el miedo sea algo difuso, sin un perfil concreto. En efecto, no sabemos a qué tenemos miedo. Nos refugiamos en él, a modo de mecanismo de defensa.
La solución no está en hacernos los fuertes. Cuando el punto de referencia es el Crucificado, cuando el Mesías nos dice (leer Mt 16,21-28) que «hay que perder la vida para ganarla», más vale ser realistas y quedar desconcertados como Pedro y los discípulos.


2. Contemplación

La Transfiguración es la respuesta de Dios-Padre al miedo de los discípulos y de Jesús mismo. Hay que suponer que Jesús no sabía de antemano su destino trágico en el Calvario. Lo fue descubriendo a la luz del rechazo de su mensaje. Por eso, se retiró al monte con sus íntimos, porque tenía miedo y quiso encontrar en el Padre luz y fortaleza. Después de oración prolongada, los discípulos vieron cómo salía transfigurado, convertido en un hombre nuevo, decidido a subir a Jerusalén, asumiendo hasta el final las consecuencias de su vocación mesiánica, iluminado por la certeza interior de que estaba en buenas manos, en las de Dios, su Padre.
De este modo Jesús consumaba la historia de la fe, iniciada con Abrahán (primera lectura). Todos los grandes testigos de Dios aprendieron a creer abandonando sus seguridades y fiándose de las promesas de Dios, más allá de sus previsiones (leer Heb 11).
Igualmente, los discípulos de Jesús: Pablo y Timoteo (segunda lectura). Allí donde el Señor nos coloca, allí nos espera, fuertes y fieles, apoyados en la certeza que nos da el Evangelio del amor de Dios revelado en Cristo.


3. Reflexión

¿Cómo pasa el creyente del miedo, que se defiende, que no se fía, que no se entrega a la voluntad de Dios, a la fortaleza interior capaz de asumir con decisión el sufrimiento actual o el previsible?
El miedo defensivo aparece en la incapacidad para salir de nosotros mismos. Por eso, el secreto de la fortaleza no está en afirmarse, sino en poner la mirada en la Roca firme, el Señor.
No es bueno querer superar el miedo. Esa crispación impaciente delata angustia. Más vale sentirlo, permitirse ser pequeño, y, puesta la confianza en Dios, adherirse a su voluntad.
Este aprendizaje es esencial para la libertad interior. Hay que hacerlo en acto de oración. Entregarle a El nuestro miedo y dejar que El nos fortalezca por dentro. Normalmente no se logra a la primera. A veces es una lucha tensa.
Cuidemos bien este punto: A nosotros nos suele preocupar el lograr la paz, el sentirnos fuertes. Lo esencial es la confianza en obediencia.
Confiar sin estar dispuesto a hacer su voluntad sólo crea una paz inconsistente. Obediencia sin confianza viene a ser voluntarismo crispado. Cuando la libertad personal se adhiere afectivamente, porque confía, entonces brota la paz que fortalece por dentro, signo luminoso que transfigura nuestros miedos.
Importante: Esta paz no elimina siempre el miedo; se da a un nivel más hondo.


4. Praxis

Dedica un tiempo de silencio a hacerte consciente de tus miedos, y haz oración con ellos. Pero como Jesús, poniendo tu mirada en el Padre, confiando y entregándote a su voluntad.


NOTA: Hay creyentes que, al hacer estos ejercicios espirituales, experimentan un crecimiento de su angustia. Y no porque se resisten a hacer la voluntad de Dios. Al contrario, experimentan que su voluntad racional dice a Dios que sí, pero su afectividad no confía, no logra la paz de fondo. En estos casos, es probable que la imagen inconsciente de Dios sea negativa o ambivalente. La confianza en Dios está mediatizada por el miedo a Dios.

Hay que vivir un proceso previo de reestructuración sicológica y espiritual de la imagen de Dios, o aprovechar este momento de angustia para una experiencia nueva de confianza.

No hay comentarios: