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miércoles, 20 de abril de 2011

No uno, tres días de Pasión: Miércoles-Jueves-Viernes


Publicado por El Blog de X. Pikaza

Conforme a la visión tradicional (fundada en Mc 14-15), la Pasión de Jesús duró sólo un día exacto, que se dividía, según los judíos, en tres vigilias/velas nocturnas (de cuatro horas actuales cada una) y en cuatro horas diurnas (de tres horas cada una):
– A la puesta del sol (empezado el viernes judío) se reunieron para la Cena.
– Primera vigilia de la noche (de seis a diez), cena pascual (o no pascual, como dice el Papa Benedicto XVI)
– Segunda vigilia (de diez a dos de la madrugada), Oración del huerto, con traición de Judas
– Tercera vigilia (de dos a seis), juicio informal en casa de Caifás, con negación de Pedro
– Hora prima (de seis a nueve)), juicio rápido ante el Sanedrín y condena de Pilato
– Hora tercia (en torno a las nueve), crucifixión
– Hora sexta (en torno a las doce), oscuridad de muerte
– Hora nona (en torno a las tres de la tarde) gran grito de Jesús y muerte
– Opsías (Mc 15,42)… Entre la hora nona y la puesta de sol (de tres a seis de la tarde): bajaron a Jesús de la cruz, le envolvieron en el lienzo y le enterraron, según ley, de forma que cuando el sol se metía volvieron los sepultureros con José de A. a su labores pascuales, las mujeres amigas de Jesús a su llanto.
Ésta es la interpretación tradicional, siguiendo el calendario litúrgico de Mc 15-16; pero han sido muchos los lectores e investigadores que han pensado que se trata de un horario simbólico, muy apretado. Que no pueden meterse en ese horario tantas cosas como pasaron, especialmente si se piensa que es histórico el juicio de Herodes (según Lucas): de de Pilato a Herodes, de Herodes a Pilato… Por eso han buscado otras posibilidades, como veremos con la ayuda de Ariel Álvarez (¡gracias de nuevo, Ariel), después de una referencia erudita de última hora.
Tema actual, un profesor de física de Cambridge cuenta la horas.
Ha salido ayer en la presa de varios países, como amablemente nos indicaba Burbu, y como me ha comunicado A. Ropero (¡Gracias, Alfonso):
«Tu post sobre la Última Cena no ha podido ser más oportuno, ese mismo lunes The Times reseñaba un libro sobre el mismo tema y con las mismas conclusiones. El enfoque es distinto al de Ariel Álvarez y de menos enjundia teológica e histórica, pero parece interesante. En cualquier caso, te envío la noticia de su publicación y celebro tu aguda visión para los temas actuales del cristianismo».
La nota, publicada en la edición impresa de El Mundo (19, IV, 11), era más extensa, según creo recordar, pues apenas tuve tiempo de leerla con cuidado. La edición virtual la recoge así:
La Última Cena fue un miércoles y no un jueves, según un experto británico
La Última Cena que compartió Jesucristo con sus 12 apóstoles en la noche del Jueves Santo tuvo lugar en realidad un miércoles, según afirma un experto británico en un libro publicado por la Universidad de Cambridge.
"He descubierto que la 'Última Cena" tuvo lugar el miércoles 1 de abril del año 33", declaró al diario The Times de este lunes el profesor Colin Humphreys, de la Universidad de Cambridge.
En un libro titulado "The Mystery of the Last Supper" ("El misterio de la última cena"), el universitario trata de aportar su granito de arena a un tema que divide a teólogos e historiadores.
"Ese es el problema: los expertos en la Biblia y los cristianos creen que la Última Cena comenzó tras la puesta de sol del jueves y la crucifixión se llevó a cabo al día siguiente hacia las 09h00. Los juicios de Jesús se produjeron en varias zonas de Jerusalén. Los expertos recorrieron la ciudad con un cronómetro para ver cómo se podían producir todos los acontecimientos entre el jueves por la noche y el viernes por la mañana: la mayoría concluyó que era imposible", subrayó el profesor, según extractos de su libro.
Los discípulos Mateo, Marcos y Lucas dicen que la Última Cena fue una comida pascual, mientras que Juan afirma que tuvo lugar antes de la Pascua judía. "La solución que he encontrado es que tienen todos razón pero que se refieren a dos calendarios diferentes", explica el universitario. Reconciliando los dos calendarios, el profesor concluye que la Última Cena se celebró en realidad la víspera del "Jueves Santo".
El libro está publicado en la Cambridge Univ. Press (Marzo 2011), una de las más prestigiosas del mundo científico. El autor es profesor de Física Experimental, uno de los más importantes del mundo, pero no es exegeta, y quizá sus datos (igual que le pasaba a los datos bíblicos de su genial colega Newton) deben ser revisados (y confirmados, si fuere preciso) desde la exégesis, y es lo haré ofreciendo a mis lectores la segunda parte del trabajo de Ariel Álvarez, que ayer publiqué.
Sólo quiero recordar una vez más que el “martes tarde/noche” es ya
bíblicamente miércoles… que, sea como fuere, en la opinión tradicional, la Última Cena tuvo ya lugar el Viernes Santo (y no el Jueves), como solemos decir hoy.
Lo que sigue es tuyo, Ariel. Gracias por todo.
Imposible que entrara todo
Si suponemos, pues, que Jesús celebró la última cena el martes por la noche, y que esa misma noche fue apresado por las autoridades, se solucionan también otras dificultades, admitidas por los estudiosos. Una de ellas es la cantidad de episodios vividos por Jesús en tan pocas horas. Porque si, como tradicionalmente pensamos, la última cena fue el jueves y la crucifixión el viernes, tenemos apenas 15 horas para colocar todos los acontecimientos de la pasión de Jesús, que son muchos.
En efecto, después de su arresto en el huerto de Getsemaní, Jesús fue llevado a casa de Anás, el ex sumo Sacerdote, donde tuvo lugar el primer interrogatorio (Jn 18,12).
Luego lo condujeron a la casa de Caifás, sumo sacerdote de turno (Jn 18,14). Allí esperaron a que reuniera el Sanedrín, tribunal supremo de justicia de los judíos, integrado por los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas (Mc 14,53).
Durante la sesión intentaron conseguir testigos falsos para acusar a Jesús, lo cual les resultó trabajoso porque los que encontraban no se ponían de acuerdo (Mc 14,55-59).
A continuación lo humillaron con golpes, escupitajos y burlas (Mc 14,65). Al amanecer se reunió por segunda vez el Sanedrín con sus 71 miembros (Mc 15,1) y decidieron condenarlo a muerte.
El largo proceso romano
Pero las cosas no terminaron ahí. Después del proceso religioso llevaron a Jesús ante Pilato, el gobernador civil (Lc 23,1). La sesión debió de durar bastante. Hubo primero una reunión de los judíos con el Prefecto romano, donde le presentaron las acusaciones. Siguió un interrogatorio privado a Jesús, con la posterior declaración de inocencia de Pilato, y nuevas y repetidas acusaciones por parte de los judíos.
Pilato, para desentenderse del acusado, al que juzgaba inocente, decidió remitirlo a Herodes Antipas, gobernante de la Galilea, ya que Jesús por ser galileo pertenecía a su jurisdicción (Lc 23,7). También este encuentro debió de llevar tiempo, pues el Evangelio afirma que Herodes le hizo muchas preguntas (Lc 23,9). Finalmente lo devolvió otra vez a Pilato (Lc 23,11).
El gobernador, entonces, volvió a reunir a los sumos sacerdotes, magistrados y todo el pueblo. Luego de conversar otra vez con Jesús, decide someter a la opinión popular la liberación de Barrabás o de Jesús. Ante la insistencia de la gente, Pilato acepta soltar a Barrabás (Mt 27,11-25). Siguió el rito de la flagelación, la coronación de espinas, los últimos intentos de Pilato de liberar a Jesús, y finalmente la sentencia y la lenta caminata hasta el calvario (Mt 27,27-31).
Y todo ello, entre la noche del jueves y el mediodía del viernes.
La nueva distribución
Resulta imposible colocar en tan breve tiempo todos estos sucesos. En cambio con la nueva fecha de la última cena todo se distribuye mucho mejor, de la siguiente manera:
Martes: por la noche Jesús celebra la Pascua. Luego va al monte de los Olivos a orar, donde es apresado y llevado ante el sumo sacerdote.
Miércoles: por la mañana, tiene lugar la primera sesión del Sanedrín, que escucha a los testigos. Por la noche, Jesús la pasa en la cárcel de los judíos.
Jueves: por la mañana, delibera por segunda vez el Sanedrín y condena a muerte a Jesús. Inmediatamente es llevado ante Pilato, quien lo interroga y lo envía a Herodes. Esa noche, Jesús la pasa en la cárcel de los romanos.
Viernes: por la mañana Pilato recibe por segunda vez a Jesús. Lo hace flagelar, lo corona de espinas, pronuncia la sentencia, y lo manda a crucificar. A las 3 de la tarde, muere en la cruz.
Un juicio según la Ley
Hay una tercera ventaja que favorece la nueva hipótesis de la última cena de Jesús en martes. Basándonos en la Mishná, (el libro sagrado de los judíos, que recoge la legislación complementaria del Antiguo Testamento), se habría violado una serie de leyes durante el juicio a Jesús, si es que nos atenemos a la fecha tradicional de la cena.
Efectivamente, la legislación judía ordenaba que todo juicio debía llevarse a cabo durante el día. Si la cena de Jesús fue el jueves, debemos suponer que el Sanedrín sesionó inmediatamente después, y por lo tanto durante la noche, lo cual habría sido ilegal. Por otra parte, resulta improbable que los sanedritas y los testigos estuvieran reunidos a esa hora para deliberar, sin tener la certeza de que Jesús sería apresado. En cambio si la cena fue el martes por la noche, podemos suponer que las sesiones tuvieron lugar en la mañana del miércoles y jueves.
Sabemos además por la Mishná que estaba prohibido condenar a muerte a un reo en víspera del sábado o de fiesta. Si seguimos el cómputo tradicional, Jesús habría sido condenado a muerte por el Sanedrín el viernes por la mañana, víspera de sábado y de fiesta de Pascua. En cambio con la nueva teoría, Jesús sería condenado a muerte el jueves por la mañana, cuando aún faltaba un día y medio para la Pascua y el sábado.
También ordenaba la Ley judía que no se condenara a muerte a nadie dentro de las 24 horas de su arresto, para evitar que en la decisión pesaran aún los ánimos caldeados. Según la cronología breve, Jesús fue condenado a muerte a las pocas horas de ser apresado. En cambio con la cronología larga, sería arrestado el martes por la noche y condenado el jueves por la mañana, en el plazo estipulado por la ley.
Dado el respeto reverencial que los judíos tenían por sus normas, es improbable que, en el juicio a Jesús, se transgrediera de un modo tan grosero las leyes, que por otra parte ellos mismos procuraban defender.
El silencio de los días
Otros detalles menores también quedan más claros si sostenemos que la última cena tuvo lugar el martes, y que Jesús murió el viernes.
Por ejemplo, los Evangelios narran paso a paso los últimos días de Jesús hasta el martes por la noche. Pero del miércoles y jueves no dicen una palabra. Este misterioso silencio llevó a pensar que Jesús habría pasado esos días en privado con sus discípulos. Ahora sabemos que estuvo en la cárcel, como parte de su larga pasión.
Lo apoya la tradición
Finalmente, una buena confirmación de esta hipótesis de la última cena la encontramos en el testimonio de la Iglesia primitiva. Así, una obra antigua del siglo III, llamado Didascalia de los Apóstoles, nos informa: “Después de haber comido la Pascua el martes por la tarde, nosotros (los apóstoles) fuimos al monte de los Olivos, y por la noche apresaron al Señor. Al día siguiente, que es el miércoles, permaneció El custodiado en la casa del sumo sacerdote” (5,14).
También Victorino de Pettau, Obispo de Estiria, fallecido hacia el 304, dejó un escrito donde dice: “Cristo fue apresado el cuarto día (martes por la tarde, miércoles para los judíos). Por su cautividad ayunamos el miércoles. Por su Pasión ayunamos el viernes”
Otro Obispo, Epifanio de Salamina, en Chipre, que murió en el 403, escribió: “Cuando comenzaba el miércoles (martes por la noche) el Señor fue apresado, y el viernes crucificado”.
Ya la Didajé, un libro del siglo I, conocía esta tradición, y recomendaba: “Vosotros ayunad el miércoles y el viernes” (VIII 1).
Hay, pues una antiquísima costumbre, desde el siglo I, que parece apoyar la hipótesis de la Cena pascual el martes por la tarde.
Fiel hasta el final
La Iglesia, siguiendo al Evangelio de san Juan, siempre recordó como día de la última cena el Jueves Santo. Con la nueva hipótesis del martes, ¿habrá que cambiar la liturgia de la Semana Santa? Claro que no. La liturgia, en la Iglesia, tiene una finalidad pedagógica, no histórica. Y así como celebramos el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre, aún cuando sabemos que esa fecha no es históricamente cierta, podemos seguir celebrando la última cena el jueves, pues de lo que se trata es de obtener un provecho espiritual.
Pero lo que si conviene tener en cuenta, es que la pasión de Cristo fue mucho más larga de lo que comúnmente pensamos. No duró unas pocas horas sino varios días, lo cual confirma que su muerte no fue el desenlace abrupto de una turba exaltada e irracional que en un breve lapso decidió su fin, sino la resolución premeditada y consentida de las autoridades judías, romanas y el pueblo todo.
Aparece, así, la pasión de Cristo con contornos mucho más dramáticos y pavorosos de lo que estábamos habituados a meditar. Pero aparece también con mayor claridad su inexorable voluntad de seguir hasta el fin, no obstante los penosos cuatro días de tormento en los que buscaron quebrantar su resistencia. Jesús no fue fiel por unas pocas horas, sino todo el tiempo que duró su pasión. Nosotros, sus discípulos, no debemos contentarnos con ser fieles un corto tiempo. Debemos serlo todo el tiempo que dure la lucha que la vida nos impone.

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