Publicado por Corazones
“Cuando se cumplía el tiempo de que se lo llevaran al cielo, emprendió decidido el viaje hacia Jerusalén, y envió por delante unos mensajeros. Ellos fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle alojamiento. Pero éstos no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén. Al ver esto, Juan y Santiago, sus discípulos, dijeron: —Señor, ¿quieres que mandemos que caiga un rayo del cielo y acabe con ellos? Él se volvió y los reprendió. Y se fueron a otra aldea”. (Lc.9, 51-56)
Ni siquiera los apóstoles, que todavía no habían comprendido el mensaje de Jesús, estaban libres de la tentación de la venganza y la exclusión del los enemigos. Es una de las tentaciones que suelen estar arraigadas en las personas, aún en personas consideradas buenas, religiosas y piadosas.
He aquí algunos pensamientos de personas famosas, sobre la venganza:
“Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra superior a él”. (Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino).
“El verdadero modo de vengarse de un enemigo es no parecérsele”. (Sacha Guitry(1885-1957) Director, actor y guionista francés.)
“Una persona que quiere venganza guarda sus heridas abiertas”. (Walter Scott (1771-1832) Escritor británico).
“La venganza más cruel es el desprecio de toda venganza posible”. (Sándor Márai (1900-1989) Escritor húngaro.
En el evangelio citado arriba, vemos cómo Santiago y Juan están a favor de vengarse de aquellas gentes que no quisieron recibirlos. ¿Qué hace y dice Jesús? Sencillamente “se volvió y los reprendió. Y se fueron a otra aldea”. Según S. Marcos, Jesús les llamó “boanerges”; en arameo: “Hijos del trueno”.
La venganza no tiene sitio en el seguimiento de Jesús, y sin embargo, vemos que está a la orden del día. ¡Qué poco hemos entendido el mensaje de Jesús y lo que nos lleva a vivir su Reinado.
Nadie puede estar fuera de la influencia de nuestro amor. Si excluimos a alguien, estamos haciendo un flojo servicio a ese Reino.
Jesús dijo:”El reino de Dios está dentro de vosotros”. Si tenemos instalada en el corazón la venganza o la exclusión, el Reino no puede estar allí. Cuando recemos el Padrenuestro, digamos con fuerza interior; “Venga a nosotros tu Reino”, y aléjanos de ser vengativos, o de no amar a nuestros enemigos.
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