El salmo 24 no tiene un tema fijo como muchos otros. Es como una serie de oraciones jaculatorias, y como dice el Padre Hilari Raguer, cada estrofa es como cuando uno va a un restaurante para “comer a la carta”. Depende de la situación anímica en que nos encontremos. Nos puede ayudar en momentos que no estemos inspirados en la oración:
“Señor enséñame tus caminos,
instruye en tus sendas,
haz que camine con lealtad;
enséñame porque tú eres mi Dios y salvador,
y todo el día te estoy esperando.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud
acuérdate de mí con misericordia,
Por tu bondad, Señor”.
Este fragmento del salmo puede ser una buena oración al inicio de nuestra jornada ya que sin la ayuda de lo alto nuestras sendas pueden torcerse fácilmente.
Nuestra situación de indigencia ante Dios es patente, pero apoyados en su misericordia infinita podemos caminar confiados. Él no se acuerda de nuestros pecados, apañados estaríamos. Y como dice el salmo 129 “si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quien podría resistir?”. Si en el Antiguo Testamento encontramos un Dios que se apiada del pecador, mucho más ahora que hemos estado redimidos por la sangre de Jesucristo.
Texto: Hna. María Nuria Gaza
Publicado por Mi Vocación
“Señor enséñame tus caminos,
instruye en tus sendas,
haz que camine con lealtad;
enséñame porque tú eres mi Dios y salvador,
y todo el día te estoy esperando.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud
acuérdate de mí con misericordia,
Por tu bondad, Señor”.
Este fragmento del salmo puede ser una buena oración al inicio de nuestra jornada ya que sin la ayuda de lo alto nuestras sendas pueden torcerse fácilmente.
Nuestra situación de indigencia ante Dios es patente, pero apoyados en su misericordia infinita podemos caminar confiados. Él no se acuerda de nuestros pecados, apañados estaríamos. Y como dice el salmo 129 “si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quien podría resistir?”. Si en el Antiguo Testamento encontramos un Dios que se apiada del pecador, mucho más ahora que hemos estado redimidos por la sangre de Jesucristo.
Texto: Hna. María Nuria Gaza
Publicado por Mi Vocación
No hay comentarios:
Publicar un comentario