Publicado por Atrio
Walt Withman (1819-1892) es como el padre de la poesía norteamericana. Ha tenido y tiene una proyección en la literatura universal como astro de primera magnitud. En la de toda América, en la europea, en la de habla castellana o portuguesa. Ha inspirado a Rubén Darío, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, García Lorca, Pessoa…
Cabalgando entre el trascendentalismo y el realismo filosófico, ha construído un universo religioso en el que se confunden rasgos panteístas, el viejo culto a Gaia, versos místicos a lo San Juan de la Cruz, pluralismo religioso, un abigarrado cruce de interpretaciones del fenómeno religioso que, si se puede no compartir, sí da qué pensar. Todo un mundo en que a las afirmaciones, dogmas o creencias sustituyen preguntas, hipótesis de trabajo, pistas a seguir, y un humanismo a prueba de bomba…En todo caso, es difícil entender la mentalidad y la religiosidad de los norteamericanos si no se conoce a Walt Withman.
Tal vez está un poco en el origen de esa identificación que sienten todos los norteamericanos con la religión como componente esencial de su espíritu nacional, como primer artículo de su Constitución; eso sí, una religión que admite todas las formulaciones, todos los credos, todas las iglesias y confesiones. Que ese es también otro elemento del pensamiento de Withman.
Su obra fundamental se titula Hojas de Hierba, un poemario de verso libre, del que quizá Whithman es el padre y promotor. Presentamos aquí una selección de textos de este poeta y de sus “Hojas de Hierba”, como un pequeño homenaje a Cristina W. y a todos los norteamericanos que quieran asomarse a Atrio.
UNA NUEVA RELIGIÓN.
Declaroque en verdad no existe la maldad. (O si existe, declaro que es tan importante para vosotros, para el país o para mí como cualquier otra cosa.)
Predico una nueva religión; la tierra toda y cada estrella del cielo existen por la religión… Digo que la verdadera y permanente grandeza de los Estados Unidos habrá de centrarse en su religión. Ni personalidad ni vida merece tal nombre sin una religión; ni país, ni hombre o mujer, sin religión…
MIL GRACIAS DERRAMANDO…
¿Qué es la hierba? Es el pañuelo del Señor, regalo perfumado y recuerdo deliberadamente desechado que lleva el nombre de su dueño en alguna de sus esquinas para que lo veamos y, notándolo, preguntemos: ¿De quién?
Oigo y contemplo a Dios en todos los objetos, aunque no lo entiendo en absoluto, ni entiendo cómo puede haber alguien más encantador que yo. ¿Por qué habría de desear ver a Dios mejor de lo que le veo ahora? Veo algo de Dios a cada hora de las 24: en los rostros de hombres y mujeres veo a Dios, en mi propia cara reflejada en el espejo. Encuentro cartas de Dios tiradas por las calles y cada una de ellas está firmada por la mano de Dios; y las dejo donde estaban, porque sé que, vaya donde vaya, otras me llegarán puntualmente siempre y siempre.
SUFRE CON LOS QUE SUFREN.
Quienquiera que degrade a alguien, a mí me degrada, y todo cuanto se haga o diga vuelve a mí finalmente… A través de mí, muchas voces mudas durante largo tiempo. Voces de interminables generaciones de prisioneros y esclavos. Voces de enfermos y de desesperados y de ladrones y enanos…
Ningún maniatado marcha maniatado a la cárcel sin que vaya yo con él, marchando a su lado. Ningún joven es cogido por robar sin que también vaya yo con él y juntos seamos juzgados y sentenciados. Ningún enfermo de cólera exhala su último suspiro sin que también yo yazga y exhale mi último suspiro… Los pordioseros se encarnan en mí y yo me encarno en ellos. Tiendo ni sombrero y me siento, como rostro avergonzado, a pedir limosna… ¡Ojalá pudiese contemplar con visión ajena mi propia crucifixión y mi corona de espinas!
¿PLURALISMO RELIGIOSO? ¿DEÍSMO? ¿PANTEISMO?
He adoptado las dimensiones exactas de Jehová, litografiado a Cronos, a Zeus, su hijo, y a Hércules, su nieto; comprado estampas de Osiris, Isis, Baal, Brahma y Buda. En mi carpeta coloco a Manitú solo, a Alá en una horma y al Crucifijo grabado, junto con Odín y con Mexitli, el de horrenda faz, y con todos los ídolos e imágenes, tomando a cada uno por lo que vale, sin pagar ni un céntimo más.
No os desprecio, sacerdotes de todos los tiempos y de todo el mundo. Mi fe es la mayor de todas y la menor, pues engloba cultos antiguos y modernos y cuanto hay entre lo antiguo y lo moderno. Creo que volveré a la tierra pasados cinco mil años. Soy admirador de shastas y vedas, …cuido el Corán,… acepto los Evangelios; acepto a quien fue crucificado; sé positivamente que es divino; me arrodillo en la misa; me pongo de pie al oír las plegarias de los puritanos…
Creo que una hoja de hierba no es menos que la trayectoria de las estrellas, y que la hormiga es igualmente perfecta, y el grano de arena, y el huevo del reyezuelo, y que el sapo es un chef oeuvre de las mayores, y que la zarzamora podría adornar los salones celestiales, y que la más insignificante articulación de mi mano pone en ridículo a cualquier maquinaria, y que la vaca que pace con la cabeza baja supera a cualquier estatua, y que un ratón es suficientemente milagroso como para dar mareos a sextillones de incrédulos.
LA PERSONA DIVINIZADA.
Divino soy por dentro y por fuera, y sacralizo todo cuanto toco y me toca. El aroma de estas axilas es mejor que la plegaria. Esta cabeza, mejor que iglesias, biblias y todos los credos…. Estoy enamorado de mí mismo. Hay muchas cosas en mí y todas son deliciosas.
Yo he dicho que el alma no es superior al cuerpo; y he dicho que el cuerpo no es superior al alma; y que nada, ni Dios, es superior a uno mismo; y yo o tú, que no tenemos ni un céntimo, podríamos comprar lo mejor de la tierra…
LA MUERTE
En cuanto a ti, Muerte, y a ti, amargo brazo de la mortalidad, es inútil que intentéis alarmarme. A su trabajo, sin desalentarse, llega el accoucheur… En cuanto a ti, Cadáver, pienso que eres buen fertilizante; pero eso no me fastidia. Huelo las rosas blancas de dulce aroma que se alimentan de ti. Tiendo la mano hacia los labios como pétalos; tiendo la mano hacia los melones de pulidos pechos. En cuanto a ti, Vida, advierto que eres lo que queda de muchas muertes. (Sin duda yo mismo he muerto antes de diez mil veces. Asciendo desde la luna, asciendo desde la noche; advierto que el lúgubre responder es fruto de los rayos solares del medio día reflejados, y desemboco en lo constante y viniendo del manantial, grande o pequeño… algo hay en mí; no sé lo que es, pero sé que está en mí….. ¿Veis, hermanos y hermanas mías? No es el caos ni la muerte. Es forma, unión, proyecto. Es vida eterna. Es la Felicidad.
Cabalgando entre el trascendentalismo y el realismo filosófico, ha construído un universo religioso en el que se confunden rasgos panteístas, el viejo culto a Gaia, versos místicos a lo San Juan de la Cruz, pluralismo religioso, un abigarrado cruce de interpretaciones del fenómeno religioso que, si se puede no compartir, sí da qué pensar. Todo un mundo en que a las afirmaciones, dogmas o creencias sustituyen preguntas, hipótesis de trabajo, pistas a seguir, y un humanismo a prueba de bomba…En todo caso, es difícil entender la mentalidad y la religiosidad de los norteamericanos si no se conoce a Walt Withman.
Tal vez está un poco en el origen de esa identificación que sienten todos los norteamericanos con la religión como componente esencial de su espíritu nacional, como primer artículo de su Constitución; eso sí, una religión que admite todas las formulaciones, todos los credos, todas las iglesias y confesiones. Que ese es también otro elemento del pensamiento de Withman.
Su obra fundamental se titula Hojas de Hierba, un poemario de verso libre, del que quizá Whithman es el padre y promotor. Presentamos aquí una selección de textos de este poeta y de sus “Hojas de Hierba”, como un pequeño homenaje a Cristina W. y a todos los norteamericanos que quieran asomarse a Atrio.
UNA NUEVA RELIGIÓN.
Declaroque en verdad no existe la maldad. (O si existe, declaro que es tan importante para vosotros, para el país o para mí como cualquier otra cosa.)
Predico una nueva religión; la tierra toda y cada estrella del cielo existen por la religión… Digo que la verdadera y permanente grandeza de los Estados Unidos habrá de centrarse en su religión. Ni personalidad ni vida merece tal nombre sin una religión; ni país, ni hombre o mujer, sin religión…
MIL GRACIAS DERRAMANDO…
¿Qué es la hierba? Es el pañuelo del Señor, regalo perfumado y recuerdo deliberadamente desechado que lleva el nombre de su dueño en alguna de sus esquinas para que lo veamos y, notándolo, preguntemos: ¿De quién?
Oigo y contemplo a Dios en todos los objetos, aunque no lo entiendo en absoluto, ni entiendo cómo puede haber alguien más encantador que yo. ¿Por qué habría de desear ver a Dios mejor de lo que le veo ahora? Veo algo de Dios a cada hora de las 24: en los rostros de hombres y mujeres veo a Dios, en mi propia cara reflejada en el espejo. Encuentro cartas de Dios tiradas por las calles y cada una de ellas está firmada por la mano de Dios; y las dejo donde estaban, porque sé que, vaya donde vaya, otras me llegarán puntualmente siempre y siempre.
SUFRE CON LOS QUE SUFREN.
Quienquiera que degrade a alguien, a mí me degrada, y todo cuanto se haga o diga vuelve a mí finalmente… A través de mí, muchas voces mudas durante largo tiempo. Voces de interminables generaciones de prisioneros y esclavos. Voces de enfermos y de desesperados y de ladrones y enanos…
Ningún maniatado marcha maniatado a la cárcel sin que vaya yo con él, marchando a su lado. Ningún joven es cogido por robar sin que también vaya yo con él y juntos seamos juzgados y sentenciados. Ningún enfermo de cólera exhala su último suspiro sin que también yo yazga y exhale mi último suspiro… Los pordioseros se encarnan en mí y yo me encarno en ellos. Tiendo ni sombrero y me siento, como rostro avergonzado, a pedir limosna… ¡Ojalá pudiese contemplar con visión ajena mi propia crucifixión y mi corona de espinas!
¿PLURALISMO RELIGIOSO? ¿DEÍSMO? ¿PANTEISMO?
He adoptado las dimensiones exactas de Jehová, litografiado a Cronos, a Zeus, su hijo, y a Hércules, su nieto; comprado estampas de Osiris, Isis, Baal, Brahma y Buda. En mi carpeta coloco a Manitú solo, a Alá en una horma y al Crucifijo grabado, junto con Odín y con Mexitli, el de horrenda faz, y con todos los ídolos e imágenes, tomando a cada uno por lo que vale, sin pagar ni un céntimo más.
No os desprecio, sacerdotes de todos los tiempos y de todo el mundo. Mi fe es la mayor de todas y la menor, pues engloba cultos antiguos y modernos y cuanto hay entre lo antiguo y lo moderno. Creo que volveré a la tierra pasados cinco mil años. Soy admirador de shastas y vedas, …cuido el Corán,… acepto los Evangelios; acepto a quien fue crucificado; sé positivamente que es divino; me arrodillo en la misa; me pongo de pie al oír las plegarias de los puritanos…
Creo que una hoja de hierba no es menos que la trayectoria de las estrellas, y que la hormiga es igualmente perfecta, y el grano de arena, y el huevo del reyezuelo, y que el sapo es un chef oeuvre de las mayores, y que la zarzamora podría adornar los salones celestiales, y que la más insignificante articulación de mi mano pone en ridículo a cualquier maquinaria, y que la vaca que pace con la cabeza baja supera a cualquier estatua, y que un ratón es suficientemente milagroso como para dar mareos a sextillones de incrédulos.
LA PERSONA DIVINIZADA.
Divino soy por dentro y por fuera, y sacralizo todo cuanto toco y me toca. El aroma de estas axilas es mejor que la plegaria. Esta cabeza, mejor que iglesias, biblias y todos los credos…. Estoy enamorado de mí mismo. Hay muchas cosas en mí y todas son deliciosas.
Yo he dicho que el alma no es superior al cuerpo; y he dicho que el cuerpo no es superior al alma; y que nada, ni Dios, es superior a uno mismo; y yo o tú, que no tenemos ni un céntimo, podríamos comprar lo mejor de la tierra…
LA MUERTE
En cuanto a ti, Muerte, y a ti, amargo brazo de la mortalidad, es inútil que intentéis alarmarme. A su trabajo, sin desalentarse, llega el accoucheur… En cuanto a ti, Cadáver, pienso que eres buen fertilizante; pero eso no me fastidia. Huelo las rosas blancas de dulce aroma que se alimentan de ti. Tiendo la mano hacia los labios como pétalos; tiendo la mano hacia los melones de pulidos pechos. En cuanto a ti, Vida, advierto que eres lo que queda de muchas muertes. (Sin duda yo mismo he muerto antes de diez mil veces. Asciendo desde la luna, asciendo desde la noche; advierto que el lúgubre responder es fruto de los rayos solares del medio día reflejados, y desemboco en lo constante y viniendo del manantial, grande o pequeño… algo hay en mí; no sé lo que es, pero sé que está en mí….. ¿Veis, hermanos y hermanas mías? No es el caos ni la muerte. Es forma, unión, proyecto. Es vida eterna. Es la Felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario