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martes, 30 de diciembre de 2008

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS: Reflexiones y liturgia

Publicado por Dabar

AÑO PARA CUIDAR Y BENDECIR

Sin duda vivimos un momento de crisis, un momento idóneo para preguntarse qué tipo de sociedad y de mundo queremos construir. Momento, en definitiva, en el cual se nos exige la lucidez necesaria para saber percibir las posibilidades emergentes que podemos encontrar en la realidad presente. Las crisis son un toque de atención para cambiar de rumbo y edificar un mundo sobre otras bases.

Para ello tenemos que hacer visible la verdadera crisis. De la actual, una parte nos la muestran a todas horas los medios de comunicación pero la parte más importante se silencia. Es verdad que Wall Street se desploma, que el IBEX baja y que algunos bancos tienen menos beneficios pero los grandes problemas son la sangría de muertos en las pateras del Estrecho, el genocidio inminente en la república Democrática del Congo, la hambruna endémica del continente africano, los doscientos mil niños de la calle en Brasil, los diez millones de refugiados a causa de los conflictos armados… No es exagerado afirmar que el mundo que hemos construido es un mundo desigual, violento y no sostenible.

Afrontar estos grandes problemas que tenemos planteados como humanidad hace necesaria la colaboración de todos y todas sin excepciones. Si somos parte del problema, también somos parte de la solución; esto debemos tenerlo claro. Por eso, en este día mundial por la paz, en medio de las “fiestas navideñas” y en el inicio del nuevo año, es necesario pararnos a reflexionar cómo cada una y cada uno podemos contribuir a mejorar nuestro mundo, sobre todo, a tomar postura clara y decidida por los millones de víctimas que están condenadas a vivir siempre en crisis. Construir la paz con justicia tiene que convertirse en una estrategia mundial por parte de todo el mundo, porque el destino de unos es el destino de todos. Nuestro granito de arena podría ir en dos direcciones convergentes: practicar la ética del cuidado y construir la cultura de la paz.

El cuidado sostiene la humanidad. La ética del cuidado es un compromiso con las personas concretas que han de ser colocadas en las mejores circunstancias para que no se truequen ante nuestros ojos. La radical indigencia en la que vive la mayor parte de la humanidad es producto de nuestro “des-cuido”. Dime cuánto cuidas y te diré cuánto amas. La dura visión de la humanidad rota será la que reclame –de forma personal y comunitaria- el cuidado como deber exigible frente a quienes lo reducen a un ámbito privado meramente opcional. Para cuidar hay que mantener a la otra o al otro en la memoria. Cuando olvido demoro el cuidado. Cuidar es responder afirmativamente con la propia vida a la pregunta ¿soy el guardián de mi hermano, de mi hermana?

Para construir la cultura de la paz es preciso ir al corazón del ser humano para pacificarlo. Cambiar la fuerza de la violencia por la energía de la bendición. Bendecir significa reconocer el bien infinito que forma parte de la trama misma del universo y expresarlo, decir-bien. Bendecir significa desear y querer incondicionalmente y sin reserva alguna el bien ilimitado para los demás y para los acontecimientos de la vida. Bendecir significa invocar la protección divina sobre alguien o sobre algo, pensar en él o ella con profundo reconocimiento, evocarle con gratitud. Es imposible bendecir y ejercer la violencia al mismo tiempo.

Creemos que otro mundo mejor es posible pero no será posible si no colaboramos. En este año nuevo podemos ejercer con más esmero nuestro ser cuidadores y cuidadoras de la vida, especialmente, de la vida más amenazada y, a la vez, podemos colocar un filtro sensible a nuestra forma de hablar para mantener en nosotras ese deseo de bendecir como una incesante resonancia interior y como una perpetua plegaria. Moisés ya coloca las palabras de Dios en nuestros labios: El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor; el Señor se fije en ti y te conceda la paz.

Seguro que no nos han invitado a la cumbre de líderes del G- 20 para decidir los fundamentos del nuevo orden económico mundial, pero los millones de empobrecidos del planeta nos exigen cuidarlos y bendecirlos. Son dos propuestas para edificar el mundo sobre bases más sólidas y cristianas... y están a nuestro alcance.

MARICARMEN MARTÍN
carmen@dabar.net


DIOS HABLA

NUMEROS 6, 22 27
El Señor habló a Moisés: «Di a Aarón y a sus hijos: Ésta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas: “El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz”. Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré».

GALATAS 4, 4 7
Hermanos: Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción. Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama: «¡Abbá! (Padre)». Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

LUCAS 2, 16 21
En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho. Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.


EXEGESIS

PRIMERA LECTURA

Los comentaristas ponen de relieve que la llamada “bendición sacerdotal” parece fuera de lugar en el capítulo 6 del libro de los Números. Precedida de instrucciones sobre el voto del nazireato y seguida del relato sobre la consagración del santuario por parte de Moisés (7,1), el contexto apenas nos ayuda a interpretar el sentido de esta bendición.

Es cierto que en Israel bendijeron al pueblo en alguna ocasión los levitas y el rey, pero el oficio de bendecir fue eminentemente sacerdotal. Es probable que los orígenes de esta bendición se encuentren en la bendición del pater familias al primogénito y a los demás hijos. Después, los sacerdotes recogerían la fórmula de bendición y le darían un tono litúrgico. Eso es lo que nos encontramos en la fórmula que hoy se proclama ante la asamblea, cuyo tenor nos recuerda asimismo el de algunos salmos de bendición. En definitiva, quien bendice es el Señor, como deja claro el v. 27.

La fórmula de bendición pronunciada en el ámbito cultual tiene visos de “sacramento” y es eficaz. Así lo creían, al menos, los israelitas, quienes sabían que a ella estaban ligadas la protección, la guía, la misericordia y la paz.

El pueblo cree firmemente que la fuente de estos dones es el Señor. A lo largo de su historia, irá descubriendo que nos fruto de actos mágicos, ni consecuencia de la buena o mala pronunciación de una fórmula, sino que brotan de la ternura de la divinidad, conmovida por la confianza que a veces saben mostrar sus fieles o por la esperanza de cuantos se reconocen débiles y necesitados.

JEREMÍAS LERA BARRIENTOS
jeremias@dabar.net


SEGUNDA LECTURA
El texto es uno de los importantes en el pensamiento paulino pues trata nada menos que de la condición de hijos de Dios que tenemos los seres humanos y de cómo se ha llegado a ella. Evidentemente ha sido por medio de lo que más tarde se llamará acertadamente la Encarnación del Hijo de Dios. Ese hecho encuentra aquí una de sus formulaciones más sintéticas y claras.
Con términos de una clara cristología descendiente Pablo habla aquí de un envío del Hijo por parte de Dios Padre. Destaca la integración absoluta del Hijo en la situación humana con dos rasgos. Uno es de tipo más humano y general, con la mediterránea alusión a la “madre” del protagonista. El Hijo, como cualquier “hijo de vecino”, tiene una madre. Precisamente la mención de la mujer en este contexto iría más bien en contra de ver en ella una alusión a la condición de virgen madre, pues el interés de Pablo va más bien en subrayar la solidaridad del Hijo con la forma de ser humana, la cual ciertamente no incluye una maternidad virginal. Es más bien lo esencial: la participación absoluta en la humanidad, para la cual la mujer es elemento indispensable.
El otro rasgo es más socio-religioso: la condición judía del Hijo hecho hombre, con el consiguiente sometimiento a la Ley. También aquí Pablo destaca lo concreto y total de la asunción de lo humano por parte del Hijo.
Evidentemente esa Encarnación tiene una finalidad: hacer de los seres humanos con los que el Hijo se ha solidarizado, lo que el Hijo es desde siempre: hijos de Dios al que pueden llamar Abbá.

FEDERICO PASTOR
federico@dabar.net

EVANGELIO
Texto. El versículo inicial recoge la verificación llevada a cabo por los pastores de la señal dada con anterioridad por el mensajero celeste. La señal hablaba de un recién nacido acostado en un pesebre (Lc 2,12). El versículo 17 remite a la interpretación que el propio mensajero celeste había hecho de la señal. Esta interpretación hablaba del recién nacido como de un salvador, que es el Mesías, el Señor (Lc. 2,11). Esta es la interpretación que los pastores hacen pública en el v.17.
Los vs.18-19 sintetizan dos reacciones ante esta interpretación. Una reacción es la sorpresa, mezcla de desconcierto y extrañeza, ante lo inesperado e imprevisto. El verbo empleado en el texto original para expresar esta reacción podría indicar también admiración y entusiasmo, pero el uso que de este verbo hace Lucas sistemáticamente a lo largo de su evangelio aconseja más bien el sentido sorpresivo y de extrañeza.
Otra reacción es la reflexión sosegada sobre la interpretación escuchada.
El texto se cierra con la acción de gracias de los pastores a Dios por la buena noticia escuchada y la confirmación de la misma y con la referencia a la ceremonia de la circuncisión e imposición del nombre a los ocho días del nacimiento.
Tal y como Lucas formula el último versículo, el acento recae sobre la imposición del nombre más bien que sobre el hecho de la circuncisión. Habida cuenta que, por la circuncisión, todo varón judío quedaba sujeto a la observancia de la Ley, en la formulación de Lucas el interés por la persona de Jesús prima sobre el interés por la Ley. Jesús, es cierto, forma parte del Pueblo de la Ley (circuncisión), pero no a costa de perpetuar los exclusivismos de este Pueblo. El hecho de que Lucas haya elegido a pastores, es decir, a personas postergadas de la sociedad judía, como a los primeros destinatarios públicos de la buena noticia, es suficientemente indicador de la superación de exclusivismos que opera la salvación traída por Jesús. Insistiendo, por otra parte, en la disposición receptiva de los pastores y en su acción de gracias a Dios por la buena noticia, Lucas nos propone un ejemplo concreto de la gran revolución de actitudes que escuchábamos el domingo pasado de labios de Simeón: Este niño va a ser causa en Israel de que muchos caigan y otros muchos se levanten. Es un signo de contradicción puesto para descubrir los más íntimos pensamientos de mucha gente (Lc. 2,34-35).
Está, por último, el hecho, también significativo, de que sea una mujer, María, la persona elegida por Lucas para tipificar la actitud creyente. En el Pueblo de la Ley una mujer jamás habría sido elegida prototipo de observancia.

Comentario. El recurrente comienzo de año con sus buenos deseos de paz y felicidad corre el riesgo de ser una rutina más en los hábitos humanos, vacía de todo compromiso efectivo en favor de la paz y la felicidad de los demás. Porque la paz y la felicidad o lo son en común y para todos o no son sino disfraces de egoísmo.
Por boca de unos pastores el texto de hoy nos informa de la buena noticia del nacimiento de un salvador. Ya el hecho de ser unos postergados quienes dan la noticia hace de la salvación de Jesús un acontecimiento universal.
El vehículo empleado puede llenarnos de estupor y ello puede llevarnos a su rechazo. La salvación habrá estado una vez más a nuestro alcance, pero una vez más la habremos desaprovechado. Seguiremos sin paz ni felicidad.
María, otra postergada, nos muestra el camino para la paz y la felicidad: acoger la noticia, darle cabida dentro de nosotros y dejarnos impregnar por ella. Habremos empezado a hacer nuestra la salvación de Jesús, cuya expresión serán la paz y la felicidad.

ALBERTO BENITO
alberto@dabar.net

NOTAS PARA LA HOMILIA

UN BRINDIS PREOCUPADO
Es el comienzo de un año nuevo y es el día en cuyo inicio, con las doce campanadas, millones de personas han hecho un brindis por la paz y felicidad.
También nosotros lo hacemos en la Misa, justo antes de pedir el pan y la paz para todos. Lo hacemos con las mismas palabras que utilizó Jesús para enseñarnos una oración brotada de las necesidades, con los pies en la tierra, llena de problemas de hambre y violencia y con la convicción de la cercanía y preocupación de Dios, que está interesado en la realidad de nuestra historia cotidiana, aportando una dimensión de esperanza que empuja este presente hacia un futuro más humano.
De las grandes cuestiones solicitadas en el padrenuestro hay dos que tienen especial relación con este día primero del año 2009. La justicia social y la paz
La gran crisis económica en que estamos atrapados, provoca situaciones de inestabilidad e inseguridad laboral y de vivienda a muchos, sobretodo jóvenes, educados en la abundancia y que, de repente, se ven sin trabajo y sin recursos para hacer frente a las hipotecas de sus viviendas.
El llamado tercer mundo ve encarecidos sus productos básicos, aumentadas las distancias con los ricos y disminuidas las aportaciones solidarias de quienes todavía se preocupan por ellos.
El nerviosismo y la inquietud preparan actitudes más abiertas al descontento, la insatisfacción y la protesta. Todavía más si asistimos al fenómeno de la corrupción política y los aumentos exagerados de sueldos oficiales, dietas y beneficios privilegiados.
A la desmoralización económica y al sentimiento de impotencia hay que añadir la crisis de identidad que la cultura de masas extiende por el mundo al seducir con modas uniformes de música, comida, vestido y consumo y anular las formas de expresión propias de muchos pueblos y culturas distintas.

NO HAY PAZ SIN JUSTICIA SOCIAL
Situación económica y paz están muy relacionados. La paz es imposible sin preocupación social por los desfavorecidos, sin sensibilidad hacia los necesitados, sin mirada a los más afectados por la crisis.
La paz no puede confundirse con la tranquilidad insolidaria y la insensibilidad fría ante los problemas del mundo
La paz procede de la inquietud, la preocupación y la colaboración de todos en la búsqueda de una sociedad más justa y un mundo más humanizado.
La paz de la Biblia es siempre el resultado del compromiso con los pobres, a cuyas necesidades se busca respuesta, y cuyo efecto es la convivencia feliz de todos en una sociedad que comparte y distribuye atendiendo a la satisfacción de las necesidades básicas.
Como expresión de esta preocupación preferente de Dios con los necesitados, el evangelio de hoy coloca a los marginados, representados en los pastores, a quienes se les rechazaba por su oficio, como los primeros a quienes Dios dirige su mensaje de esperaza y su llamada a ponerse en marcha, a iniciar el camino del reencuentro y la senda de su reconocimiento.
Santa María, la mujer marginada en su tierra, pero elegida por Dios como madre, acepta convertirse en colaboradora de Dios y sujeto activo de la historia para contribuir a cambiar el mundo. Así nos invita a todos a superar nuestro sentimiento de impotencia y a trabajar todos por el bien de todos.
Que el nuevo año sea un tiempo de decisión para implicarnos en la situación de tantos hermanos nuestros, seres humanos de toda condición, que necesitan nuestra ayuda y nuestra inquietud.
Como la primera lectura, también esta homilía concluye con el deseo de la bendición y el favor de Dios para todos. Que Dios os bendiga y os conceda la paz. Feliz Año 2009


JOSE ALEGRE ARAGÜES
pepe@dabar.net



PARA LA ORACION

Danos Señor, un corazón nuevo para estrenar este año que comienza con una sensibilidad parecida a la tuya, cercana a los que sufren, fuerte para el esfuerzo, constante en nuestros compromisos y alegre en nuestras relaciones.
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Que aceptes con el pan y el vino nuestro deseo de acompañarte en alimentar la esperanza de quienes parecen perderla. Que alimentemos el amor de quienes se siente abandonados y nos transformes en ofrenda de compromiso.
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En el comienzo de una nueva etapa cronológica queremos darte gracias a Ti, Dios bueno, cercano y Señor de la vida y del tiempo.
Tú has dado comienzo a todo, nos has dotado de energía y autonomía para llevar nuestra mirada hacia un futuro que puede ser mejor si aceptamos tu invitación a preocuparnos los unos por los otros usando la libertad que nos has hecho posible y alimentados con la esperanza que solo Tú puedes sostener. Te damos gracias por las vivencias de alegría con que celebramos estos días familiares y enternecedores donde la celebración de tu nacimiento se une a nuestras experiencias de amistad, afecto y cariño. Te agradecemos que seas un Dios próximo a nuestro dolor y cercano a nuestras alegrías. Que hayas querido compartir la vida con nosotros y el nacimiento de una madre llamada María que es nuestra referencia de cómo ser creyentes comprometidos en hacer algo contigo.
Te damos las gracias porque nos inspiras sentimientos de paz, reconciliación y ayuda y no apruebas el odio ni la venganza ni la indiferencia.
Porque eres un Dios genial y estamos encantados de ir conociéndote un poco más a partir de las palabras de Jesús. Gracias.
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Que esta primera eucaristía del nuevo año nos sirva de estímulo para reunirnos a darte gracias, a alimentarnos de tu esperanza y a comprometernos por hacer un mundo que sea más acorde a lo que tu quieres y nosotros necesitamos.


LA MISA DE HOY

MONICIÓN DE ENTRADA
Sed bienvenidos a la celebración de la vida en este primer día del año 2009, todavía afectados por la larga noche. Felices de iniciar el recorrido de una nueva meta anual, nerviosos por lo que pueda afectarnos a lo largo de este periodo, inquietos ante los efectos de una crisis que no sabemos cómo va a evolucionar. Sed bienvenidos a la fiesta de la gratitud. Dios siempre nos acompaña y no dejará que nuestra esperanza declive.
Acto penitencial

ACTO PENITENCIAL
Ante Ti, Dios comprensivo, Señor del tiempo y de la historia, nos descubrimos en nuestra condición de humanos, limitados, pecadores.
- Tú que has hecho realidad todo lo que llamamos creación, cosmos y universo, que nos has dado la vida y no nos dejas solos. Señor, ten piedad
- Tú que naces entre nosotros como compañero de nuestro vivir y quieres mostrarte como portador de la paz y la alegría para los necesitados. Cristo, ten piedad
- Tú que llenas el mundo con un aire nuevo que contagia amor, solidaridad y sensibilidad por la vida. Señor, ten piedad
Danos tu perdón, Señor, y haz que sintamos la gran liberación que significa ser aceptados tal y como somos.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
La bendición no es solo el deseo futuro. Es, sobretodo, el reconocimiento de lo mucho que Dios hace por nosotros y, por eso, la esperanza de que seguirá haciéndolo en el futuro. Es una fórmula bonita y profundamente religiosa que sirve como iniciación de un brindis y como expresión de deseo para quien entiende la vida con Dios

SALMO RESPONSORIAL (Sal. 66)
El Señor tenga piedad y nos bendiga.
El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación.
El Señor tenga piedad y nos bendiga.
Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra.
El Señor tenga piedad y nos bendiga.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe.
El Señor tenga piedad y nos bendiga.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
Hay tiempos que los marca el reloj, hay tiempos que los marca el estado anímico, hay tiempos que los marca el cansancio, o la alegría o la crisis. Hay un tiempo que los abarca a todos, es el tiempo de Dios, el tiempo teológico, es decir, la experiencia de la vida y de la historia relacionada con Dios. Eso convierte la experiencia de la vida en algo familiar y hogareño. Es como si estuviéramos siempre en casa, como si fuéramos hijos. Es el tiempo de Jesús.

MONICIÓN A LA LECTURA EVANGÉLICA
Ya desde el comienzo de su evangelio Lucas marca una constante: la especial predilección de Dios por los marginados y apartados de la historia. En otros momentos serán las mujeres o los leprosos o los extranjeros o los pecadores. Ahora son los pastores, que por su oficio en contacto con animales y su sangre y suciedad eran considerados inferiores y aislados del resto. A ellos les llega la primera noticia, el deseo de paz y alegría.

ORACIÓN DE LOS FIELES
En un día de buenos deseos te presentamos una lista de necesidades y aspiraciones para que se hagan realidad en nuestro mundo.
- Por los creyentes que te confesamos Señor, para que aceptemos tu invitación a la solidaridad y al esfuerzo por hacer un mundo más sensible y humanos. Roguemos al Señor.
- Por los que han iniciado el año marcados por el pesimismo, la tristeza y la desconfianza, para que sientan contigo que la historia cambia y la vida puede ser distinta. Roguemos al Señor
- Por quienes sufren más las consecuencias de la crisis, para que experimenten la solidaridad de los demás. Roguemos al Señor
- Por todos los que sienten miedo, por quienes recelan de su futuro, por quienes sienten el tiempo como una amenaza cercana. Roguemos al Señor.
- Por quienes se han ido de entre nosotros en el año que ha terminado, para que su nuevo tiempo sea un tiempo con Dios. Roguemos al Señor.
Escucha estas oraciones, reflejo de lo que nos preocupa y expresión de problemas y necesidades. Ayúdanos a trabajar contigo para que los deseos se hagan realidad. Por Jesucristo Nuestro Señor

DESPEDIDA
Con la bendición de Dios, con los mejores deseos que todos nos expresamos, con la invitación a trabajar por una cohesión mayor en el mundo. Con la ilusión de un año nuevo y bueno. Vayamos en paz.


CANTOS PARA LA CELEBRACION

Entrada: Adeste fideles; Queremos construir una ciudad en paz (1 CLN 732); Madre del Salvador (1 CLN 313)
Salmo: A Dios den gracias los pueblos.
Aleluya: Aleluya navideño del disco citado en estos días.
Ofertorio: Salve madre; Madre de todos los hombres; Estrella y flor del disco "Dios es amor".
Santo: de Palazón.
Paz: Conviene cantar un canto a la paz, por ejemplo: La paz esté con vosotros o el canto Cristo es nuestra paz del disco "Viviremos con El" o Guarda mi alma en la paz de Deiss.
Comunión: Hazme un instrumento de tu paz (de Temple); Oh Señor, delante de ti; Altísimo Señor (popular); Noche de Dios.
Final: Salve Regina u otro canto a la Virgen.


Director: José Ángel Fuertes Sancho •Paricio Frontiñán, s/n• Tlf 976458529 Fax 976439635 • 50004 ZARAGOZA
Tlf. del Evangelio: 976.44.45.46 - Página web: www.dabar.net - Correo-e: dabar@dabar.net

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