Fue la noche del 12 de mayo de 1989, cuando su mirada penetrante, su rostro sereno, la espontaneidad y naturalidad de sus palabras, la paz y la espiritualidad que irradiaba, se colaron en la intimidad de los hogares. Cristina Kaufmann, la monja carmelita de Mataré, era entrevistada por la periodista Mercedes Milá, quien la invitó a rezar ante las cámaras de Televisión Española. Y en vivo y en directo, ella improvisó una plegaria que provocó un aluvión de llamadas solicitando la repetición de aquel momento. Se hizo famosa en toda España. El martes de Pascua, 18 de abril de 2006, Cristina fallecía serenamente, tras despedirse de la comunidad que la rodeaba: "Os quiero mucho, quisiera deciros muchas cosas, pero no tengo fuerzas. Sólo unas palabras: Dios es amor... Soy muy pobre. No tengo nada, pero tengo a Dios y os doy a Dios". En un breve poema dejó escrito: "Te queda Dios, te queda todo".
Ahora, que nos ha llegado el rumor de los monasterios, su silencio y su presencia, nos viene a la memoria la silueta de aquella mujer contemplativa, con su espléndida definición de fe: "Creer es estar contento de ser como soy. Y saber, de alguna manera, que mi vida no es inútil, que hay Alguien a quien le agrada que yo viva...".
Antonio Gil Moreno
Vida Nueva nº2.663
Ahora, que nos ha llegado el rumor de los monasterios, su silencio y su presencia, nos viene a la memoria la silueta de aquella mujer contemplativa, con su espléndida definición de fe: "Creer es estar contento de ser como soy. Y saber, de alguna manera, que mi vida no es inútil, que hay Alguien a quien le agrada que yo viva...".
Antonio Gil Moreno
Vida Nueva nº2.663
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