Hay casos en la Biblia que nos enseñan el hecho de que es más importante servir que estar a la mesa, obedecer que ordenar, ser alumno que ser maestro; sencillamente porque en realidad nunca dejaremos de ser menor que el que nos creó, y aun sí el que era mayor se hizo menor para salvar a la humanidad.Muestras de esta servidumbre del maestro fue en aquel momento donde Jesús lava los pies al maestro. La sencillez, la servidumbre el amor y la obediencia se pusieron de manifiesto, pero los discípulos no entendieron ese mensaje que el señor le estaba dando, el mayor servirá al menor.
Juan 13:5-17 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.
Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza. Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.
Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.
Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciéreis.
En esa escala de medir que tenemos los seres humanos, no sabemos ubicar la verdadera medida de la humildad. Es por eso que nos confundimos cuando siendo importantes, pensamos que todo el mundo tiene que estar a nuestro servicio. Y cuando esto pasa a una esfera más humana (coches oficiales, protocolos exigentes, medidas especiales etc...) hasta donde puede llegar el hombre es a perder la parte más noble de sí mismo.
El Rey David pasó de ser pastor de ovejas a ser Rey de Israel, pero Dios le enseño a vivir como una simple oveja como así nos muestra el salmo 23
(Sal 23:1-6): El Señor es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa del Señor moraré por largos días.
Esta es la síntesis de este pensamiento:
EL POLVO POR MUY ALTO QUE SE ELEVE NO DEJARÁ DE SER POLVO.
Dios les bendiga.
Adelante
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