Por Angel Moreno
¡VEN, ESPÍRITU SANTO CREADOR, Y RENUEVA LA FAZ DE LA TIERRA!
¡Ven a visitar el corazón de tus fieles y llena con tu gracia viva y eficaz nuestras almas, que tú creaste por amor!
Espíritu Santo Creador, que al principio te cernías sobre la faz del abismo, y todo comenzó a existir. ¡Ven, renueva nuestro mundo!
Espíritu de Dios, que con tu soplo diste la vida a la materia y el hombre fue un ser viviente, gloria divina. ¡Ven sobre nuestra carne herida y resplandece en nuestros rostros!
Espíritu de profecía, que concediste a tus elegidos el don de prever la salvación y pregustar la presencia transformadora de tu amor, derrama tus dones y serán recreadas todas las cosas. ¡Ven Espíritu Santo y suscita el don de profecía en esta hora recia!
Espíritu de inteligencia, dador de dones que consagran a tus fieles y unges con tu gracia a hombres de este pueblo y los constituyes en mediación sagrada, para santificarnos. ¡Ven y no dejes de suscitar en la voluntad de muchos el deseo de seguir a Jesucristo!
Espíritu de fortaleza, que concedes valor a los que arriesgan la vida por el Evangelio. ¡Ven y asiste a los que son especialmente probados o perseguidos por causa de tu nombre!
Espíritu recreador, dador de todos los carismas, que al cabo de la historia has acompañado a tu Iglesia con dones preciosos de santidad. ¡Ven, sigue enriqueciéndonos con los dones que sean más necesarios, para ser signos de tu presencia!
Espíritu autor de toda belleza, que introduces en la mente y en el corazón los destellos más espléndidos de la vida divina. ¡Ven, derrama tus dones de sensibilidad artística sobre la humanidad, para que no perezca por desesperanza!
Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo, danos el don de Sabiduría.
Espíritu Santo, relación continua de amor, danos el don de Entendimiento.
Espíritu Santo, beso de Dios, danos el don Consejo.
Espíritu Santo, nexo de unión y vínculo de comunión, danos tu don de Fortaleza.
Espíritu Santo, caridad y fuego de amor, danos tu don de Ciencia.
Espíritu Santo, unción espiritual, danos tu don de Piedad.
Espíritu Santo, luz beatísima, danos tu don de Temor de Dios.
“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo” (Act 2, 1-4). «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos». (Jn 20, 21-22)
¡Ven a visitar el corazón de tus fieles y llena con tu gracia viva y eficaz nuestras almas, que tú creaste por amor!
Espíritu Santo Creador, que al principio te cernías sobre la faz del abismo, y todo comenzó a existir. ¡Ven, renueva nuestro mundo!
Espíritu de Dios, que con tu soplo diste la vida a la materia y el hombre fue un ser viviente, gloria divina. ¡Ven sobre nuestra carne herida y resplandece en nuestros rostros!
Espíritu de profecía, que concediste a tus elegidos el don de prever la salvación y pregustar la presencia transformadora de tu amor, derrama tus dones y serán recreadas todas las cosas. ¡Ven Espíritu Santo y suscita el don de profecía en esta hora recia!
Espíritu de inteligencia, dador de dones que consagran a tus fieles y unges con tu gracia a hombres de este pueblo y los constituyes en mediación sagrada, para santificarnos. ¡Ven y no dejes de suscitar en la voluntad de muchos el deseo de seguir a Jesucristo!
Espíritu de fortaleza, que concedes valor a los que arriesgan la vida por el Evangelio. ¡Ven y asiste a los que son especialmente probados o perseguidos por causa de tu nombre!
Espíritu recreador, dador de todos los carismas, que al cabo de la historia has acompañado a tu Iglesia con dones preciosos de santidad. ¡Ven, sigue enriqueciéndonos con los dones que sean más necesarios, para ser signos de tu presencia!
Espíritu autor de toda belleza, que introduces en la mente y en el corazón los destellos más espléndidos de la vida divina. ¡Ven, derrama tus dones de sensibilidad artística sobre la humanidad, para que no perezca por desesperanza!
Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo, danos el don de Sabiduría.
Espíritu Santo, relación continua de amor, danos el don de Entendimiento.
Espíritu Santo, beso de Dios, danos el don Consejo.
Espíritu Santo, nexo de unión y vínculo de comunión, danos tu don de Fortaleza.
Espíritu Santo, caridad y fuego de amor, danos tu don de Ciencia.
Espíritu Santo, unción espiritual, danos tu don de Piedad.
Espíritu Santo, luz beatísima, danos tu don de Temor de Dios.
“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo” (Act 2, 1-4). «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos». (Jn 20, 21-22)
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