Publicado por Pastoral sj
En Semana Santa me enfrento, una vez más, a la verdad más honda y en parte más difícil. Vivir el evangelio no es fácil. Lleva a dar la vida. Es este el tiempo en que los poderosos parecen vencer, los cínicos dicen su palabra despiadada, y el justo calla… y muere. Es difícil, Señor, entenderlo. Tal vez lo importante ahora sea callar. Contemplar en silencio, y tratar de acompañarte. Intentar comprender lo que nos desvela el triduo. El amor, la entrega, la espera, la soledad, la coherencia, la bienaventuranza, la justicia de los inocentes… Todo eso está en juego.
Y llamando a sus discípulos les dijo: «El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga» (Mc 8,34)
Me quiero vestir de seguridades. Me quiero poner un manto que me proteja de miradas hostiles. Y quiero llevar un traje de gala que sea como una armadura, para no enfrentar los miedos. Me cubriré con la máscara que convenga… Pero tú, Señor, despojado, herido, firme frente a todo y frente a todos, cuando hasta tus ropas se las van a jugar a las cartas, me recuerdas que a veces hay que saber quedar a la intemperie. Sin armas ni riquezas, sin otra herramienta que la verdad y el evangelio. Esta es la hora.
--->¿Cómo definirías tu verdad desnuda? Tus luces, sombras, fortalezas, flaquezas…
Pues el mensaje de la cruz es locura para los que se pierden; pero para los que nos salvaremos es fuerza de Dios (1Cor 1,18)
Lo sorprendente es intuir la victoria en esa cruz. Saber que la muerte no acabará con todo. Comprender que tu entrega es más fértil que muchas prudencias. Lo admirable es darse uno cuenta de que, muriendo en aquella cruz, hace dos mil años, en un rincón perdido del mundo, le diste la vuelta a la historia. Tanto, que hoy estoy yo aquí, leyendo estas palabras, pensando en ti, recordando tu vida y pensando en mi propia historia. Una historia que también puede ser fecunda si vivo a tu manera. Que también puede ser poderosa si aprendo a acoger lo frágil. Que también puede tener sentido, aunque a veces las decisiones concretas duelan.
---->¿Qué cruz hay en mi vida? ¿Es fecunda? ¿Es fértil?
La Cruz Desnuda - Desnudez
Y llamando a sus discípulos les dijo: «El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga» (Mc 8,34)
Me quiero vestir de seguridades. Me quiero poner un manto que me proteja de miradas hostiles. Y quiero llevar un traje de gala que sea como una armadura, para no enfrentar los miedos. Me cubriré con la máscara que convenga… Pero tú, Señor, despojado, herido, firme frente a todo y frente a todos, cuando hasta tus ropas se las van a jugar a las cartas, me recuerdas que a veces hay que saber quedar a la intemperie. Sin armas ni riquezas, sin otra herramienta que la verdad y el evangelio. Esta es la hora.
--->¿Cómo definirías tu verdad desnuda? Tus luces, sombras, fortalezas, flaquezas…
No tengas nada en las manos...
No tengas nada en las manos
ni una memoria en el alma,
que cuando un día en tus manos
pongan el óbolo último,
cuando las manos te abran
nada se te caiga de ellas.
¿Qué trono te quieren dar
que Atropos no te lo quite?
¿Qué laurel que no se mustie
en lo arbitrios de Minos?
¿Qué horas que no te conviertan
en la estatura de sombra
que serás cuando de noche,
estés al fin del camino?
Coge las flores, mas déjalas
caer, apenas miradas.
Al sol siéntate. Y abdica
para ser rey de ti mismo.
No tengas nada en las manos
ni una memoria en el alma,
que cuando un día en tus manos
pongan el óbolo último,
cuando las manos te abran
nada se te caiga de ellas.
¿Qué trono te quieren dar
que Atropos no te lo quite?
¿Qué laurel que no se mustie
en lo arbitrios de Minos?
¿Qué horas que no te conviertan
en la estatura de sombra
que serás cuando de noche,
estés al fin del camino?
Coge las flores, mas déjalas
caer, apenas miradas.
Al sol siéntate. Y abdica
para ser rey de ti mismo.
(Ricardo Reis / Fernando Pessoa)
La Cruz Desnuda - Victoria
Pues el mensaje de la cruz es locura para los que se pierden; pero para los que nos salvaremos es fuerza de Dios (1Cor 1,18)
Lo sorprendente es intuir la victoria en esa cruz. Saber que la muerte no acabará con todo. Comprender que tu entrega es más fértil que muchas prudencias. Lo admirable es darse uno cuenta de que, muriendo en aquella cruz, hace dos mil años, en un rincón perdido del mundo, le diste la vuelta a la historia. Tanto, que hoy estoy yo aquí, leyendo estas palabras, pensando en ti, recordando tu vida y pensando en mi propia historia. Una historia que también puede ser fecunda si vivo a tu manera. Que también puede ser poderosa si aprendo a acoger lo frágil. Que también puede tener sentido, aunque a veces las decisiones concretas duelan.
---->¿Qué cruz hay en mi vida? ¿Es fecunda? ¿Es fértil?
Aire durando
¿Quién ha matado este hombre
que su voz no está enterrada?
Hay muertos que van subiendo
cuanto más su ataúd baja...
Este sudor... ¿por quién muere?
¿por qué cosa muere un pobre?
¿Quién ha matado estas manos?
¡No cabe en la muerte un hombre!
Hay muertos que van subiendo
cuanto más su ataúd baja...
¿Quién acostó su estatura
que su voz está parada?
Hay muertos como raíces
que hundidas... dan fruto al ala.
¿Quién ha matado estas manos,
este sudor, esta cara?
Hay muertos que van subiendo
cuanto más su ataúd baja...
¿Quién ha matado este hombre
que su voz no está enterrada?
Hay muertos que van subiendo
cuanto más su ataúd baja...
Este sudor... ¿por quién muere?
¿por qué cosa muere un pobre?
¿Quién ha matado estas manos?
¡No cabe en la muerte un hombre!
Hay muertos que van subiendo
cuanto más su ataúd baja...
¿Quién acostó su estatura
que su voz está parada?
Hay muertos como raíces
que hundidas... dan fruto al ala.
¿Quién ha matado estas manos,
este sudor, esta cara?
Hay muertos que van subiendo
cuanto más su ataúd baja...
(Manuel del Cabral)
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