NO DEJES DE VISITAR
GIF animations generator gifup.com www.misionerosencamino.blogspot.com
El Blog donde encontrarás abundante material de formación, dinámicas, catequesis, charlas, videos, música y variados recursos litúrgicos y pastorales para la actividad de los grupos misioneros.
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

martes, 5 de agosto de 2008

XIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO A: "Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios"

Publicado por Aciprensa

Mt 14,22-33)

El episodio de la vida de Jesús que nos refiere el Evangelio de este domingo es claramente una "teofanía", es decir, una manifestación de Dios. Después de haber despedido a la multitud que había nutrido en el desierto con los cinco panes y dos peces, mientras los discípulos combatían contra el viento y las olas, en medio de la noche, Jesús viene hacia ellos caminando sobre el agua.

"Los discípulos, viendolo caminar sobre el mar, se turbaron, diciendo: 'Es una aparición', y se pusieron a gritar de temor". El "temor" es la primera actitud del hombre ante cualquier manifestación de Dios. Es un sentido agudo de su condición de creatura ante el Creador, es decir, de su limitación ante la infinitud de Dios, de su pequeñez ante la grandeza de Dios, de su pecado ante la santidad de Dios. La fe israelita tenía una viva conciencia de la trascendencia de Dios. Entre ellos es una verdad clara que "el hombre no puede ver a Dios y quedar vivo". En efecto, cuando Moisés pidió al Señor: "Dejame ver tu gloria", recibió de El esta respuesta: "Mi rostro no podrás verlo; porque no puede verme el hombre y seguir viviendo" (Ex 33,18.20). Recordamos el temor del padre de Sansón: "Seguro que vamos a morir porque hemos visto a Dios" (Jue 13,22). Pero, en realidad, según afirma el evangelista San Juan: "A Dios nadie lo ha visto jamás" (Jn 1,18). Lo que el hombre ha visto es una manifestación de Dios, una "teofanía" y en este caso, la reacción del hombre es el "temor".

La respuesta de Jesús confirma lo dicho: "¡Animo! YO SOY. ¡No temáis!" La frase "No temáis" es el signo más claro de que estamos ante una manifestación de Dios. Se trata de tranquilizar al hombre. Si se puede decir así, esta frase es una especie de "recurso literario", para indicar una "teofanía".

Seguramente ya hemos distinguido en la expresión "YO SOY" el nombre con el cual Dios se reveló a Moisés. Cuando vio una zarza ardiendo que no se consumía y desde ella Dios lo llamó, "Moisés se cubrió el rostro porque temía ver a Dios". Es el mismo temor que sintieron los discípulos al ver a Jesús caminar sobre el mar. Y a la pregunta: ¿Cuál es tu nombre?, Dios responde: "Yo soy el que soy" y añadió: "Así dirás a los israelitas: YO SOY me ha enviado a vosotros" (Ex 3,14).

Por tanto la expresión "Yo soy" en labios de Jesús tiene un doble significado. El significado primero y más evidente es: "Yo soy Jesús". Pero no se puede excluir el significado YO SOY como referencia al nombre divino (la traducción "soy yo" opta por el primer significado y oscurece el segundo; mientras en el texto original griego dice claramente: egó eimí). Cualquier alusión al Yo personal de Jesús, debería ponernos atentos. En nuestra experiencia cotidiana, cuando golpeamos a la puerta y de adentro se nos pregunta: "¿Quién es?", respondemos: "Yo". Esa palabra quiere expresar nuestra identidad, nuestra persona; cada uno sabe bien lo que está diciendo cuando dice "Yo", aunque sea más difícil dar de ello una definición clara. Cuando Jesús dice: "Yo soy", también él alude a su persona, pero en este caso se trata de una Persona divina, del Hijo, es decir, de la segunda Persona de la Santísima Trinidad. Es lo que afirma la conclusión del episodio: "Los que estaban en la barca se postraron ante él diciendo: Verdaderamente eres el Hijo de Dios". Este es un acto de adoración que se reserva sólo a Dios. El pueblo de Israel había mantenido estrictamente su fe monoteísta como signo de su identidad. El primer mandamiento del decálogo dice: "Yo, Yahveh, soy tu Dios... No te postrarás ante otros dioses ni les darás culto, porque yo, Yahveh, tu Dios, soy un Dios celoso" (Ex 20,2.5).

La reacción de Pedro indica su total confianza en Jesús: "Señor, si eres tú, mandame ir donde ti sobre el agua". Y, ante la palabra de Jesús: "Ven", Pedro se pone a caminar sobre el agua hacia Jesús. Tal vez no hay otro episodio en que se nos represente de manera más clara lo que es la fe. Mientras Pedro se abandona a esa palabra de Je-sús, el agua se solidifica bajo sus pies y él está firme. Pero cuando la violencia del viento lo hace dudar, el agua ya no lo sustenta y comienza a hundirse. Así es el acto de fe. Cuando después de recitar el Credo, decimos: "Amen", esa palabra significa: "Pongo todas estas verdades como apoyo para mi vida y me abandono a ellas seguro de quedar firmemente fundado". Cuando el abandono es total, entonces el apoyo que esas verdades ofrecen nos sustenta firmemente; pero cuando queremos asegurarnos por otros medios humanos, entonces comenzamos a hundirnos. Porque nuestra fe es débil.

Sabemos que hay una cosa que a Jesús nunca lo dejaba indiferente: la fe de los hombres. En efecto, lo vemos admirarse ante la fe de la mujer cananea y decirle: "Mujer, grande es tu fe" (Mt 15,28) o exclamar ante la fe del centurión: "En todo Israel no he visto una fe tan grande" (Mt 8,10). En este caso, en cambio, lo vemos desilusionado por la poca fe de Pedro: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?". El Evangelio de este domingo nos demuestra algo que Jesús había enseñado: "Todo es posible para el que cree". Cuando la gente se acercaba a Jesús para pedirle la salud de algún enfermo, él solía responder: "Que te suceda como has creído". Y esto es lo que ocurre cada vez que pedimos algo a Dios: nos sucede como hemos creído. A menudo hemos creído poco, pues somos "hombres de poca fe", y por eso obtenemos poco. La promesa de Cristo no puede fallar: "Todo lo que pidáis con fe en la oración lo recibiréis" (Mt 21,22).

+ Felipe Bacarreza Rodríguez
Obispo Auxiliar de Concepción

No hay comentarios: