¿cuál es el centro de tu evangelio, cuál el resumen de tú buena noticia?

Mateo 22, 34-40
XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO A
Publicado por Sac. Dioc.de Shoenstatt

A. El año litúrgico se acerca a su fin. Durante este año del ciclo A de lecturas nos acompañó el evangelista san Mateo. Con el evangelio de hoy estamos invitados a preguntarnos como resumir todo el mensaje con una sola palabra para guardar esta síntesis en la memoria. Es lo que intenta el maestro de la ley en el evangelio de hoy. Para los contemporáneos de Jesús la doctrina de la fe era preferentemente enseñanza de leyes y mandamientos. Por eso el doctor de la ley de Moisés pregunta a Jesús: ¿cuál es el mandamiento principal?

B. Para Jesús no están los mandamientos en el primer plano, sino la buena nueva del reino (= evangelio). El mensaje de Jesús es la buena noticia. Por eso lo podemos preguntar ¿cuál es el centro de tu evangelio, cuál el resumen
de tú buena noticia? La síntesis más corta del mensaje de Jesús encontramos en una palabra del evangelista san Juan y el Papa Benedicto escribió su primera encíclica sobre esta palabra: Dios es amor.

1. El mensaje de Jesús es evangelio y el centro de esta buena noticia es: Dios es amor. Dios cuyo reino ha comenzado es el amor y su reino es un reino del amor.
El P. Kentenich habla del amor como ley fundamental del mundo. Dios creó el mundo y todo lo que hay en él – especialmente al hombre – por amor; para comunicarle su amor; la creación del primer hombre y la de todos los hombres especialmente del alma humana es un acto de amor (no un acto de casualidad); también creó Dios el mundo y a los hombres para el amor; para una eterna alianza de amor con el Dios Trino y Uno; ¡cuántas veces encontramos en el evangelio de san Mateo la comparación del reino de Dios con un banquete de bodas! Pero también es una alianza de amor de los hombres entre sí. Esta eterna unión de amor de los hombres con su Dios y con sus hermanos es la nueva acentuación del mensaje de Jesús en comparación con la enseñanza de mandamientos en Israel.

2. Pero con esto Jesús no abolió los mandamientos, menos el mandamiento principal del amos; pero sí, le da una base más profunda, muestra su sentido verdadero y abre una fuente de fuerzas para su realización.
Jesús sabía que el amor no se lo puede mandar; no se despierta el amor por una orden y no se puede obligar el amar. Todos tenemos experiencias con el amor humano, el amor nupcial, filial, paternal, maternal y fraternal. Un niño en los brazos de su madre contesta la sonrisa de esta madre con su amor sin una orden o un mandamiento.
Por eso fue tan importante para Jesús la revelación del amor de su Padre, a regalar este amor a los hombres e invitarlos a amar a Dios y también a los hermanos, porque todos nosotros somos objeto del amor de Dios. Dios no obliga a nadie al amor, pero invita, solicita, nos pide una respuesta de amor. Y esta respuesta de amor es necesaria para no excluirse del amor de Dios y de la comunión con él.
El mandamiento principal del amor se puede entender y cumplir solamente teniendo presente el mensaje principal del evangelio: Dios es amor. Quien descubre y sabe que Dios es amor, que los ama a todos y que me ama a mí, ha descubierto la fuente de fuerza para el correcto amor a sí mismo y al prójimo. Sí, yo tengo que amarme, porque Dios me ama y de la misma forma como él me ama; y tengo que amar a los demás, porque Dios los ama. Yo amo en mí y en el otro la imagen de Dios, la creatura de Dios, el hijo de Dios.

C. Muchos llevan una medalla, especialmente las señoras y niñas. Cada medalla tiene dos caras: el mensaje principal y el mandamiento principal son las dos caras de la misma medalla. El lado que queremos mostrar y mirar principalmente se llama: Dios es amor. Amén. HG. JF.