Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 6, 1-5
Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían.
Algunos fariseos les dijeron: «¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en sábado?»
Jesús les respondió: «¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?»
Después les dijo: «El Hijo del hombre es dueño del sábado».
A partir de Lc 5,30 comienzan las tensiones entre Jesús y sus adversarios: “¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?”; y también: “Los discípulos de Juan ayunan…, pero los tuyos comen y beben” (5,33). En el pasaje de hoy vemos cómo el clima de tensión empeora: “¿Por qué hacéis lo que no es lícito en sábado?” (6,2). La novedad de Jesús y la vida nueva de los discípulos sigue causando fuertes reacciones.
Los fariseos consideran la recolección de pocas espigas –a lo mejor de trigo- que los discípulos hacen un día sábado (ver 6,1) como un trabajar el campo, como un cosechar; y les recuerdan que esto está en la lista de las actividades prohibidas. Por lo tanto, se ocupan de recordarles que están infringiendo la ley del reposo festivo: “no es lícito” (no es según la Ley).
Llama la atención que aquí, como también en 5,30, los fariseos no se dirigen directamente a Jesús sino a los discípulos; con todo, se entiende que los discípulos se comportan así porque han sido estimulados por el Maestro. Es así como notamos que el discipulado genera una relación tan estrecha con el Maestro que ésta se vuelve comunión de vida: comunión de actitudes y comportamientos. El discípulo comienza a parecerse a su Maestro.
El reproche que algunos de los fariseos les hacen va en la dirección del declararlos “pecadores”, por cuanto se comportan de manera opuesta a lo mandado por Dios. Ahora bien, la respuesta de Jesús (ver 6,3-5) muestra que no es así. En principio se remite al comportamiento de David, el cual es autoritativo; luego da un salto al anuncio de su propia autoridad.
Veamos tres elementos importantes de la respuesta de Jesús:
(1) El criterio de discernimiento está en la Sagrada Escritura: “¿No habéis leído…?” (6,3ª). Lo que la Escritura busca es la sintonía del actuar del hombre con el querer de Dios. Jesús basa su comportamiento en la Escritura, y precisamente cuando lo acusan de incumplirla.
(2) La Ley no está por encima de las necesidades humanas: “…Cuando (David) sintió hambre” (6,3b). La referencia infiere que la Ley está al servicio de las necesidades humanas. Así lo entendió David cuando hizo una excepción a la regla, como lo narra el episodio de 1ª Samuel 21,2-7. En este pasaje, como subraya Jesús, se ve que David “comió él y dio a los que le acompañaban” (6,4), es decir, que David estaba al servicio de los demás.
(3) Jesús es el “Señor”: “El Hijo del hombre es señor del sábado” (6,5). En última instancia, el punto de referencia que importa no es David sino el mismo Jesús: él tiene autoridad propia, es “Señor del sábado”. Por lo tanto, la identidad y el comportamiento de Jesús es la base del estilo de vida de sus discípulos. Para ello hay que reconocerlo como “Señor” (ver lo que dijo Simón Pedro en 5,8).
Jesús, entonces, en cuanto “Señor”, tiene poder para establecer lo que está permitido y lo que no en el día sábado: el día que hace la memoria de la acción creadora de Dios en el mundo y, de manera especial, su gesta liberadora en el éxodo, la cual llevó a su pueblo al reposo de la tierra. En pocas palabras: cómo Dios se ocupa del hombre.
Por otra parte, en su respuesta, Jesús combate una interpretación formalista del precepto del sábado que está en la mentalidad farisaica. Es así como entra aquí el tema de la libertad frente a la Ley.
Los discípulos aprenden que el tema de la libertad está profundamente relacionado con el plan de Dios que Jesús vino a llevar a cabo. Tres puntos de referencia son importantes: primero, la prioridad de la vida; segundo, la prioridad del proyecto creador de Dios revelado en la Escritura; y tercero, la prioridad del señorío de Jesús, modelo e inspiración de toda actitud y comportamiento del discípulo.
Correlacionando con el texto programático de Lc 4,16-22, en este pasaje queda claro que el tiempo de gracia de Dios, es la buena nueva de un actuar de Dios actual y profundo que cambia la situación de desgracia de los desfavorecidos: “liberación a los cautivos… vista a los ciegos… libertad a los oprimidos”. La libertad de los discípulos para dispensarse de una Ley sabática muestra exactamente lo contrario de lo que los fariseos piensan: los seguidores de Jesús han comprendido que están viviendo los nuevos tiempos que el Dios de la vida y del amor ha inaugurado en su enviado.
Esta es la buena nueva de la salvación: ¡Dios está preocupado por tus necesidades! Caminar junto con Jesús es vivir profundamente el sentido del sábado todos los días.
Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
1. ¿De los tres elementos importantes de la respuesta de Jesús a los fariseos cuál me llama más la atención? ¿Por qué?
2. La novedad de Jesús y la vida nueva de los discípulos causa fuertes reacciones. ¿Qué aspectos de mi vida vividos según Jesús causan reacciones en los demás? ¿Si no encuentro ninguno será que me falta tomar más en serio la enseñanza de Jesús?
3. ¿La vida de compromiso cristiano de mi grupo, de mi familia o comunidad, les dice algo a los demás? ¿Qué podemos hacer para que nuestra vida en Jesús ayude a generar cambios en el contexto en el cual nos encontramos?
Algunos fariseos les dijeron: «¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en sábado?»
Jesús les respondió: «¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?»
Después les dijo: «El Hijo del hombre es dueño del sábado».
Compartiendo la Palabra
Por CELAM - CEBIPAL
Un nuevo sábado: tiempo de gracia
“El Hijo del hombre es señor del sábado”
Por CELAM - CEBIPAL
Un nuevo sábado: tiempo de gracia
“El Hijo del hombre es señor del sábado”
A partir de Lc 5,30 comienzan las tensiones entre Jesús y sus adversarios: “¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?”; y también: “Los discípulos de Juan ayunan…, pero los tuyos comen y beben” (5,33). En el pasaje de hoy vemos cómo el clima de tensión empeora: “¿Por qué hacéis lo que no es lícito en sábado?” (6,2). La novedad de Jesús y la vida nueva de los discípulos sigue causando fuertes reacciones.
Los fariseos consideran la recolección de pocas espigas –a lo mejor de trigo- que los discípulos hacen un día sábado (ver 6,1) como un trabajar el campo, como un cosechar; y les recuerdan que esto está en la lista de las actividades prohibidas. Por lo tanto, se ocupan de recordarles que están infringiendo la ley del reposo festivo: “no es lícito” (no es según la Ley).
Llama la atención que aquí, como también en 5,30, los fariseos no se dirigen directamente a Jesús sino a los discípulos; con todo, se entiende que los discípulos se comportan así porque han sido estimulados por el Maestro. Es así como notamos que el discipulado genera una relación tan estrecha con el Maestro que ésta se vuelve comunión de vida: comunión de actitudes y comportamientos. El discípulo comienza a parecerse a su Maestro.
El reproche que algunos de los fariseos les hacen va en la dirección del declararlos “pecadores”, por cuanto se comportan de manera opuesta a lo mandado por Dios. Ahora bien, la respuesta de Jesús (ver 6,3-5) muestra que no es así. En principio se remite al comportamiento de David, el cual es autoritativo; luego da un salto al anuncio de su propia autoridad.
Veamos tres elementos importantes de la respuesta de Jesús:
(1) El criterio de discernimiento está en la Sagrada Escritura: “¿No habéis leído…?” (6,3ª). Lo que la Escritura busca es la sintonía del actuar del hombre con el querer de Dios. Jesús basa su comportamiento en la Escritura, y precisamente cuando lo acusan de incumplirla.
(2) La Ley no está por encima de las necesidades humanas: “…Cuando (David) sintió hambre” (6,3b). La referencia infiere que la Ley está al servicio de las necesidades humanas. Así lo entendió David cuando hizo una excepción a la regla, como lo narra el episodio de 1ª Samuel 21,2-7. En este pasaje, como subraya Jesús, se ve que David “comió él y dio a los que le acompañaban” (6,4), es decir, que David estaba al servicio de los demás.
(3) Jesús es el “Señor”: “El Hijo del hombre es señor del sábado” (6,5). En última instancia, el punto de referencia que importa no es David sino el mismo Jesús: él tiene autoridad propia, es “Señor del sábado”. Por lo tanto, la identidad y el comportamiento de Jesús es la base del estilo de vida de sus discípulos. Para ello hay que reconocerlo como “Señor” (ver lo que dijo Simón Pedro en 5,8).
Jesús, entonces, en cuanto “Señor”, tiene poder para establecer lo que está permitido y lo que no en el día sábado: el día que hace la memoria de la acción creadora de Dios en el mundo y, de manera especial, su gesta liberadora en el éxodo, la cual llevó a su pueblo al reposo de la tierra. En pocas palabras: cómo Dios se ocupa del hombre.
Por otra parte, en su respuesta, Jesús combate una interpretación formalista del precepto del sábado que está en la mentalidad farisaica. Es así como entra aquí el tema de la libertad frente a la Ley.
Los discípulos aprenden que el tema de la libertad está profundamente relacionado con el plan de Dios que Jesús vino a llevar a cabo. Tres puntos de referencia son importantes: primero, la prioridad de la vida; segundo, la prioridad del proyecto creador de Dios revelado en la Escritura; y tercero, la prioridad del señorío de Jesús, modelo e inspiración de toda actitud y comportamiento del discípulo.
Correlacionando con el texto programático de Lc 4,16-22, en este pasaje queda claro que el tiempo de gracia de Dios, es la buena nueva de un actuar de Dios actual y profundo que cambia la situación de desgracia de los desfavorecidos: “liberación a los cautivos… vista a los ciegos… libertad a los oprimidos”. La libertad de los discípulos para dispensarse de una Ley sabática muestra exactamente lo contrario de lo que los fariseos piensan: los seguidores de Jesús han comprendido que están viviendo los nuevos tiempos que el Dios de la vida y del amor ha inaugurado en su enviado.
Esta es la buena nueva de la salvación: ¡Dios está preocupado por tus necesidades! Caminar junto con Jesús es vivir profundamente el sentido del sábado todos los días.
Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
1. ¿De los tres elementos importantes de la respuesta de Jesús a los fariseos cuál me llama más la atención? ¿Por qué?
2. La novedad de Jesús y la vida nueva de los discípulos causa fuertes reacciones. ¿Qué aspectos de mi vida vividos según Jesús causan reacciones en los demás? ¿Si no encuentro ninguno será que me falta tomar más en serio la enseñanza de Jesús?
3. ¿La vida de compromiso cristiano de mi grupo, de mi familia o comunidad, les dice algo a los demás? ¿Qué podemos hacer para que nuestra vida en Jesús ayude a generar cambios en el contexto en el cual nos encontramos?
P Fidel Oñoro C cjm
Centro Bíblico del CELAM
Centro Bíblico del CELAM
No hay comentarios:
Publicar un comentario