NO DEJES DE VISITAR
GIF animations generator gifup.com www.misionerosencamino.blogspot.com
El Blog donde encontrarás abundante material de formación, dinámicas, catequesis, charlas, videos, música y variados recursos litúrgicos y pastorales para la actividad de los grupos misioneros.
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

sábado, 18 de junio de 2011

Solemnidad de la Santísima Trinidad (Jn 3,16-18) - Ciclo A: “SI TE IMAGINO, ME EQUIVOCO”



Dice Teresa de Ávila: ”Nada de turbe. Quien a Dios tiene. Nada le falta”.

Nuestra fe no roza esas alturas, ni alcanza la firmeza de esta gran mística. Nos movemos más a ras de tierra. Si se acercara un periodista y nos fuera preguntando a todos nosotros si creemos en Dios, dado el estilo de los que nos reunimos, responderíamos que sí: afirmativamente. Otra cosa sería si nos interrogara ¿en qué Dios creemos?. Esta segunda pregunta es más importante que la primera y nos costaría un gran esfuerzo explicar cómo es el Dios en el cual creemos. A veces sucede que en vez de creer en Dios creemos en un ídolo –sustituto de Dios - o en una caricatura de Dios. Como la que representa la siguiente copla: “Vinieron los sarracenos/ y nos molieron a palos;/ que Dios ayuda a los malos/, cuando son más que los buenos”.

Hoy celebramos el domingo de la Santísima Trinidad, es decir, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Con lo cual queremos manifestar, entre otras cosas, que Dios no es un individuo aislado, sino una familia. Una fiesta para amar, admirar y agradecer. Hay veces que se describe a nuestra sociedad como una colectividad alejada de Dios. Se utilizan expresiones como “eclipse de Dios”, “ausencia de Dios”, “muerte de Dios”, “crisis de Dios”; términos aplicados fundamentalmente a Europa, a Occidente. No obstante, pienso que Dios, de alguna forma, siempre está de moda. Bastó que una asociación atea londinense colgara en los autobuses urbanos propaganda atea, para que otras ciudades lo imitaran y otras lo replicaran inmediatamente.

El poeta León Felipe ha escrito que “nadie fue ayer, ni va hoy, ni irá mañana hacia Dios por este mismo camino que yo voy”. No existe un método universal. Depende de las circunstancias, de la historia personal de cada uno. Grandes conversos recuerdan cómo han encontrado a Dios o Dios les ha encontrado siguiendo senderos muy distintos.

En qué Dios creemos?. ¿En qué Dios no creemos?. Nos resulta más fácil concretar en qué Dios no creemos. Confío en que nuestro Dios sea el Dios que nos presenta Jesús de Nazaret: “quien me ve a mí ve a mi Padre”. Así respondió Jesús a uno de sus discípulos que le pidió que le enseñara al Padre. Jesús nos entrega una fotografía excepcional del Padre a través de él mismo, de su persona y a través de las parábolas del buen samaritano y del hijo pródigo. Donde aparece nítidamente la estampa de Dios como Padre. El evangelista Juan en un momento de clarividencia dijo que Dios es amor.

¿En qué Dios no creo?. El periodista Juan Arias escribió hace algunos años una especie de letanía, que nos puede ayudar. ”No creo, dice él, en un Dios que ame el dolor; en un Dios que se hace temer; en un Dios que no necesita del hombre; en un Dios que no sabe esperar; en un Dios mudo e insensible en la historia ante los problemas de los hombres.

En torno a Dios nos surgen muchas dudas y muchas preguntas: ¿de dónde vengo?, ¿por qué estoy en esta vida?, ¿en qué terminará todo esto?., ¿dónde buscar y encontrar a Dios?; ¿esta vida tiene sentido?, ¿si Dios es bueno y poderoso, cómo existe el mal y ocurren catástrofes?.

Nada menos que San Agustín reconocía: “¿Crees saber qué es Dios? ¿Crees saber cómo es Dios?. No es nada de lo que te imaginas, nada de lo que abraza tu pensamiento”. Dios nos desborda: “Si te imagino, me equivoco. Si te comprendo, me engaño. Si estoy seguro de conocerte, estoy loco”. Por tanto, no es extraño que nuestra fe esté salpicada de dudas. Todo creyente pasa por crisis. Hasta los grandes místicos como San Juan de la Cruz han vivido la Noche obscura.

Termino con dos testimonios oxigenantes. El primero es de San Francisco de Sales:

“Señor, Dios mío, /

tú eres más grande que nuestras palabras, /

más silencioso que nuestro silencio, /

más profundo que nuestros pensamientos,/

más elevado que nuestros deseos./

Danos, oh Dios soberano,/

tan grande y tan cercano, /

un corazón lleno de vida,/

y unos ojos nuevos/

para descubrirte /

y para acogerte/

cuando vienes a nosotros”.



San Pablo se despedía de sus cristianos de Corinto con estas amables palabras:

“Alegraos, trabajad por vuestra perfección, animaos; tened un mismo sentir y vivir en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros.”.

No hay comentarios: