Por Angel Moreno
4 DE ABRIL, MIÉRCOLES SANTO
(Is 50, 4-9; Sal 68; Mt 26, 14-25)
A medida que nos acercamos al Triduo Pascual, resalta aún más el protagonismo de los sentidos corporales. Es una forma de describir hasta qué extremo ha llegado la entrega de Jesús, y hasta qué grado deberíamos implicarnos en los acontecimientos pascuales.
OÍDO
“Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados.
El Señor me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás.”
BOCA
“Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento.”
GUSTO
-«¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?»
Él contestó: -«Id a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos."»
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.
Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo: -«Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»
“En mi comida me echaron hiel, para mi sed me dieron vinagre.”
TACTO
“Ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos.”
OLFATO
“Salve, Rey nuestro, obediente al Padre; fuiste llevado a la crucifixión, como manso cordero a la matanza.” (El que soporta las mofas que lo proclaman rey es el Cristo, el ungido, el Mesías, el que será perfumado como novio en el momento de la sepultura).
Ya no hay tiempo que perder. ¿Qué imágenes ofreces a tus ojos? ¿Con qué conversación mantienes tus relaciones? ¿Te propones echar una mano en las tareas del Evangelio? ¿Te identificarán estos días como discípulo de Jesús? A tu paso, por donde discurras estos días, ¿dejarás el buen olor del bien hacer, de tu actitud contemplativa, amorosa?
¡Santos días!
(Is 50, 4-9; Sal 68; Mt 26, 14-25)
A medida que nos acercamos al Triduo Pascual, resalta aún más el protagonismo de los sentidos corporales. Es una forma de describir hasta qué extremo ha llegado la entrega de Jesús, y hasta qué grado deberíamos implicarnos en los acontecimientos pascuales.
OÍDO
“Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados.
El Señor me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás.”
BOCA
“Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento.”
GUSTO
-«¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?»
Él contestó: -«Id a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos."»
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.
Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo: -«Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»
“En mi comida me echaron hiel, para mi sed me dieron vinagre.”
TACTO
“Ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos.”
OLFATO
“Salve, Rey nuestro, obediente al Padre; fuiste llevado a la crucifixión, como manso cordero a la matanza.” (El que soporta las mofas que lo proclaman rey es el Cristo, el ungido, el Mesías, el que será perfumado como novio en el momento de la sepultura).
Ya no hay tiempo que perder. ¿Qué imágenes ofreces a tus ojos? ¿Con qué conversación mantienes tus relaciones? ¿Te propones echar una mano en las tareas del Evangelio? ¿Te identificarán estos días como discípulo de Jesús? A tu paso, por donde discurras estos días, ¿dejarás el buen olor del bien hacer, de tu actitud contemplativa, amorosa?
¡Santos días!
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