Ayer presenté nueve libros importantes sobre Jesús. Hoy quiero recordar cuatro controversias mediáticas, no todas pero algunas de las más significativas. La vida de Jesús se ha vuelto tema de discusión y escándalo, entre la novela de ficción y el folletín periodístico. Todo se puede decir, con tal de vender, casi todo se dice. Tenemos que acostumbrarnos a ello. La respuesta a esas controversias puede ser, en un plano, la fe serena, que transforma la vida de los creyentes. Pero en otro plano puede y debe ser la buena historia, el estudio científico serio del acontecimiento Jesús. Cuatro controversias presento, muy distintas entre sí. Quisiera que las comentarais y que presentarais otras, este día famoso de San Fermín de Pamplona.
A los ojos de una mayoría de personas (incluso cristianas), la temática de Jesús ha estado vinculada en estos años a diversos escándalos y montajes publicitarios, propios de la sociedad de consumo, más que al estudio académico. Aunque su importancia científica ha sido (y sigue siendo) mínima, queremos citar aquí algunos de esos montajes, por la repercusión que han tenido y por su influjo en la opinión de millones de personas, que no han tenido otra forma de acceder al fenómeno Jesús.
1. Código da Vinci. Matrimonio de Jesús y María Magdalena, con descendencia sagrada. La novela de ese nombre (El Código Da Vinci), publicada en inglés por Dan Brown (Random House, New York 2003) y traducida a más de cincuenta idiomas, ha sido uno de los fenómenos mediáticos “religiosos” más importantes de principios del siglo XXI. En sí misma, la obra tiene poca originalidad. Menos original es aún la película del mismo nombre, estrenada el año 2006, también con gran propaganda mediática. El tema es conocido: Jesús habría estado casado en secreto con María Magdalena, de la que habría tenido un hijo, portador de la “sangre real” (santo grial), que sería el signo de la presencia de Dios en el mundo. La Iglesia triunfadora, convertida en maquinaria de poder, habría ocultado ese matrimonio, divinizando a Jesús (como hombre separado, sin mujer e hijos) e inventando (imponiendo), en el siglo IV unos evangelios canónicos, para ocultar la verdad, escondida en diversos textos apocrifitos. Sólo ahora, a principios del siglo XXI, se habría vuelto a descubrir esa verdad, que en el fondo se identifica con la polaridad sexual, la divinización de lo femenino y con un tipo de mística de la generación. Esta novela, inverosímil en sentido histórico (y mentirosa en sus pretendidos datos científicos: invención interesada de los evangelios y de la divinidad de Jesús en el siglo IV d. D.), ha logrado cautivar a millones de lectores, mostrando el poco conocimiento “popular” de la historia de Jesús. No se trata de discutir si Jesús es o no es “divino” (el Mesías de Dios), que de eso puede discutirse y dialogarse en plano histórico y cultural. Lo que no se puede es “engañar” a los lectores y espectadores de la civilización del consumo con un pretendido Jesús “científico” como éste.
2. Evangelio de Judas. Todos los estudiosos de los orígenes del cristianismo conocíamos la existencia de un Evangelio de Judas, por sus extractos, citados por los Santos Padres, y conocíamos su contenido general. Pues bien, la fortuna ha querido que uno de los manuscritos de ese evangelio, que parecía perdido, haya sido encontrado, guardado, vendido y revendido y, por fin, publicado con un inmenso aparato propagandístico, como si por fin pudiéramos conocer la verdad de Jesús o, mejor dicho, la mentira de Jesús “canónico”, a través de la verdad de Judas (que sería el verdadero conocedor de Jesús). El texto crítico ha sido publicado por R. Kasser, M. Meyer y G. Wurst (eds.), con la colaboración de F. Gaudard, The Gospel of Judas, together with the Letter of Peter to Philip, James, and a Book of Allogenes from Codex Tchacos, National Geographic, Washington DC, 2007. Pero antes se habían publicado diversas traducciones y ediciones del libro, como la del F. García Bazán, Evangelio de Judas. Edición y Comentario, Trotta, Madrid 2007 (edición argentina: Judas. Evangelio y Biografía, Sigamos Enamoradas, Buenos Aires 2007). Este “evangelio” es un texto gnóstico, tardío, que no afecta a la visión de los evangelios canónicos. Hay que insertarlo dentro de la “secta” de los cainitas de la segunda mitad del siglo II de. C., que ya conocíamos, por autores como Ireneo, Hipólito, el Pseudo Tertuliano o Epifanio de Salamina. No puede utilizarse para iluminar o corregir la historia de Jesús (ni la historia del Judas histórico, conocido por otras fuentes, sobre todo por los evangelios sinópticos y por Hechos), sino para conocer la historia de un grupo especial y posterior de cristianos. No todos los investigadores están de acuerdo en su tipo de “gnosis” (algunos dicen incluso que no es gnóstico, sino arcóntico); pero eso son cuestiones técnicas que no afectan ya a la historia de Jesús.
3. El osario de Talpiot y la presunta familia de Jesús (matrimonio con María Magdalena, e hijo de ambos). En 1980 se descubrieron en el barrio de Talpiot, Jerusalén, unos osarios que, según los arqueólogos, datan del siglo I d.C. aproximadamente. Contienen inscripciones en arameo y hebreo con ciertos nombres. Durante años, los arqueólogos estudiaron técnicamente los restos y textos de las urnas y no vieron nada relacionado con el fenómeno cristiano (con Jesús y Magdalena). Pero entre el 2006 y el 2007, el cineasta James Cameron y su compañero S. Jacobovici publicaron un documental “científico” en el que “demostraban” que los restos de esos osarios (con sus inscripciones) pertenecerían María, la madre de Jesús, a Jesús, con su esposa, María de Magdala, y a un hijo de ambos, llamado Judá. También se habrían encontrado los restos de otro hermano de Jesús y los de Mateo, uno de sus discípulos. Este descubrimiento mostraría (a) que Jesús tenía hermanos; (b) que Jesús estaba casado con Magdalena y (c) que no resucitó, pues sus restos están ahí, de manera que obtener su ADN y conocer su relación con las otras personas de los osarios. Ningún investigador serio se ha dejado convencer por esos “argumentos” , ni en plano arqueológico (nombres y osarios deben interpretarse de otras maneras), ni en plano histórico-literario. Todo ha sido un montaje mediático. Información on line en. X. Pikaza, http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2007/02/27/ y A. Piñero, http://blogs.periodistadigital.com/antoniopinero.php/2007/02/28/ ).
4. La Pasión de Mel Gibson. Otro de los fenómenos de masas, vinculado en apariencia a la historia de Jesús, ha sido la película sobre La Pasión, producida por Mel Gibson y acompañada de una gran propaganda mediática. Son muchos los que han querido ver en ella no sólo una reproducción histórica de los sufrimientos de Jesús (en clave dolorista), sino una tipo de prueba del carácter sobrenatural o divino de su misión. El Jesús histórico que está en el fondo de la película es un Jesús muy distinto de aquel cuya vida está descubriendo la investigación histórico-social de los evangelios: un Jesús “sobrenatural”, separado de la historia concreta y de los conflictos socio/religiosos que están en el primer plano de los evangelios.
A los ojos de una mayoría de personas (incluso cristianas), la temática de Jesús ha estado vinculada en estos años a diversos escándalos y montajes publicitarios, propios de la sociedad de consumo, más que al estudio académico. Aunque su importancia científica ha sido (y sigue siendo) mínima, queremos citar aquí algunos de esos montajes, por la repercusión que han tenido y por su influjo en la opinión de millones de personas, que no han tenido otra forma de acceder al fenómeno Jesús.
1. Código da Vinci. Matrimonio de Jesús y María Magdalena, con descendencia sagrada. La novela de ese nombre (El Código Da Vinci), publicada en inglés por Dan Brown (Random House, New York 2003) y traducida a más de cincuenta idiomas, ha sido uno de los fenómenos mediáticos “religiosos” más importantes de principios del siglo XXI. En sí misma, la obra tiene poca originalidad. Menos original es aún la película del mismo nombre, estrenada el año 2006, también con gran propaganda mediática. El tema es conocido: Jesús habría estado casado en secreto con María Magdalena, de la que habría tenido un hijo, portador de la “sangre real” (santo grial), que sería el signo de la presencia de Dios en el mundo. La Iglesia triunfadora, convertida en maquinaria de poder, habría ocultado ese matrimonio, divinizando a Jesús (como hombre separado, sin mujer e hijos) e inventando (imponiendo), en el siglo IV unos evangelios canónicos, para ocultar la verdad, escondida en diversos textos apocrifitos. Sólo ahora, a principios del siglo XXI, se habría vuelto a descubrir esa verdad, que en el fondo se identifica con la polaridad sexual, la divinización de lo femenino y con un tipo de mística de la generación. Esta novela, inverosímil en sentido histórico (y mentirosa en sus pretendidos datos científicos: invención interesada de los evangelios y de la divinidad de Jesús en el siglo IV d. D.), ha logrado cautivar a millones de lectores, mostrando el poco conocimiento “popular” de la historia de Jesús. No se trata de discutir si Jesús es o no es “divino” (el Mesías de Dios), que de eso puede discutirse y dialogarse en plano histórico y cultural. Lo que no se puede es “engañar” a los lectores y espectadores de la civilización del consumo con un pretendido Jesús “científico” como éste.
2. Evangelio de Judas. Todos los estudiosos de los orígenes del cristianismo conocíamos la existencia de un Evangelio de Judas, por sus extractos, citados por los Santos Padres, y conocíamos su contenido general. Pues bien, la fortuna ha querido que uno de los manuscritos de ese evangelio, que parecía perdido, haya sido encontrado, guardado, vendido y revendido y, por fin, publicado con un inmenso aparato propagandístico, como si por fin pudiéramos conocer la verdad de Jesús o, mejor dicho, la mentira de Jesús “canónico”, a través de la verdad de Judas (que sería el verdadero conocedor de Jesús). El texto crítico ha sido publicado por R. Kasser, M. Meyer y G. Wurst (eds.), con la colaboración de F. Gaudard, The Gospel of Judas, together with the Letter of Peter to Philip, James, and a Book of Allogenes from Codex Tchacos, National Geographic, Washington DC, 2007. Pero antes se habían publicado diversas traducciones y ediciones del libro, como la del F. García Bazán, Evangelio de Judas. Edición y Comentario, Trotta, Madrid 2007 (edición argentina: Judas. Evangelio y Biografía, Sigamos Enamoradas, Buenos Aires 2007). Este “evangelio” es un texto gnóstico, tardío, que no afecta a la visión de los evangelios canónicos. Hay que insertarlo dentro de la “secta” de los cainitas de la segunda mitad del siglo II de. C., que ya conocíamos, por autores como Ireneo, Hipólito, el Pseudo Tertuliano o Epifanio de Salamina. No puede utilizarse para iluminar o corregir la historia de Jesús (ni la historia del Judas histórico, conocido por otras fuentes, sobre todo por los evangelios sinópticos y por Hechos), sino para conocer la historia de un grupo especial y posterior de cristianos. No todos los investigadores están de acuerdo en su tipo de “gnosis” (algunos dicen incluso que no es gnóstico, sino arcóntico); pero eso son cuestiones técnicas que no afectan ya a la historia de Jesús.
3. El osario de Talpiot y la presunta familia de Jesús (matrimonio con María Magdalena, e hijo de ambos). En 1980 se descubrieron en el barrio de Talpiot, Jerusalén, unos osarios que, según los arqueólogos, datan del siglo I d.C. aproximadamente. Contienen inscripciones en arameo y hebreo con ciertos nombres. Durante años, los arqueólogos estudiaron técnicamente los restos y textos de las urnas y no vieron nada relacionado con el fenómeno cristiano (con Jesús y Magdalena). Pero entre el 2006 y el 2007, el cineasta James Cameron y su compañero S. Jacobovici publicaron un documental “científico” en el que “demostraban” que los restos de esos osarios (con sus inscripciones) pertenecerían María, la madre de Jesús, a Jesús, con su esposa, María de Magdala, y a un hijo de ambos, llamado Judá. También se habrían encontrado los restos de otro hermano de Jesús y los de Mateo, uno de sus discípulos. Este descubrimiento mostraría (a) que Jesús tenía hermanos; (b) que Jesús estaba casado con Magdalena y (c) que no resucitó, pues sus restos están ahí, de manera que obtener su ADN y conocer su relación con las otras personas de los osarios. Ningún investigador serio se ha dejado convencer por esos “argumentos” , ni en plano arqueológico (nombres y osarios deben interpretarse de otras maneras), ni en plano histórico-literario. Todo ha sido un montaje mediático. Información on line en. X. Pikaza, http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2007/02/27/ y A. Piñero, http://blogs.periodistadigital.com/antoniopinero.php/2007/02/28/ ).
4. La Pasión de Mel Gibson. Otro de los fenómenos de masas, vinculado en apariencia a la historia de Jesús, ha sido la película sobre La Pasión, producida por Mel Gibson y acompañada de una gran propaganda mediática. Son muchos los que han querido ver en ella no sólo una reproducción histórica de los sufrimientos de Jesús (en clave dolorista), sino una tipo de prueba del carácter sobrenatural o divino de su misión. El Jesús histórico que está en el fondo de la película es un Jesús muy distinto de aquel cuya vida está descubriendo la investigación histórico-social de los evangelios: un Jesús “sobrenatural”, separado de la historia concreta y de los conflictos socio/religiosos que están en el primer plano de los evangelios.
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