¿Señalamos demonios, o los expulsamos de nuestro alrededor? - Claves para interpretar el Evangelio de hoy: IV Domingo del TO - Ciclo B

Publicado por Somos Iglesia

1ª lectura: Dt 18, 15-20; Salmo: 94 2ª lectura: 1Cor 7, 32-35 Evangelio: Marc 1, 21-28
En el evangelio de Marcos juega un papel muy importante la expulsión de los demonios. Para entender bien lo que se nos quiere decir, tenemos que tener presentes estas dos claves:

1ª clave) En la antigüedad, los individuos que padecían trastornos mentales eran considerados unos enajenados en el sentido más obvio de la palabra; pensaban que alguien ajeno se había metido dentro de ellos: algún genio, un dios, un demonio, incluso varios demonios. El mundo para ellos estaba poblado de espíritus, buenos y malos, benéficos o dañi-nos. Las fuerzas de la naturaleza, la suerte, la desgracia, la salud y la enfermedad pensaban que eran la actividad de estos genios o espíritus. El pueblo de Israel no era una excepción en estas creencias, que se tenían por evidentes en una época no científica.

Los magos y exorcistas se preocupaban de buscar las fórmulas adecuadas para arrebatarles su poder y dominarlos. También hemos de afirmar que en Israel no faltaron en él magos y exorcistas. Su fe en el Dios único no era incompatible, pues estas prácticas se realizaban en su nombre, no en el de ningún otro dios.

No era extraño que en lo que atañe a enfermedades resultase algunas veces eficaz la actuación del mago o el exorcista, pagano o israelita, pues el poder de la mente de un hombre sobre otro es algo que nadie pone en duda; es también indiscutible que el poder de la propia voluntad para la propia salud o enfermedad es mucho mayor de lo que podría pensarse. Por tanto, si alguien ayuda a otro a activar sus propias fuerzas mentales, pue-de lograr sorprendentes curaciones, para las que la medicina tradicional aún no tiene explicaciones satisfactorias.

Jesús, hijo de su cultura, se acerca con el poder de su personalidad llena de misericordia, desea liberar de su desgracia a los desgraciados que le rodean, y lo hace. Esta primera clave es importante, pero será necesario tener en cuenta la segunda, si queremos entender el evangelio.

2ª clave) Las viñetas evangélicas son acciones maravillosas que ex-presan que la buena noticia de que la gracia y misericordia de Dios han llegado con Jesucristo. Estas acciones maravillosas tienen este argumento común, pero cada una con su matiz. Este argumento y su matiz son lo único que se nos quiere transmitir como historia auténtica, lo que el evangelista nos comunica de Jesús. En otras palabras: es aquello de lo que podemos estar seguros que realmente sucedió y sigue sucediendo y que creemos como personas que hemos hecho una opción por el Reino de Dios que Jesús proclamó.

Las acciones maravillosas que soportan este argumento y matiz del que hemos hablado, en sí mismas, son una especie de parábola. Si en al-gunos o en todos los casos se ha basado el evangelista en hechos reales de la vida de Jesús es algo que carece de importancia para la fe y para el conocimiento profundo de Jesús. Los escritos evangélicos me dan suficiente conocimiento de cómo es Jesús, de quién es y a qué me convoca. Con eso basta.

¿Cómo concretamos todo esto en esta viñeta evangélica?

a) La acción maravillosa, es decir el soporte del mensaje (la acción parabólica, diríamos) no es la entrada en razón de un enajenado, puesto que esta lectura no tiene nada que ver con las creencias del tiempo de Jesús. El evangelio nos habla de la liberación de un endemoniado (poseído por una inspiración inmunda), y así lo hemos de leer, aunque choque a nuestra cultura.

b) Nos tenemos que preguntar por el argumento fundamental que se encierra en esta viñeta. Si tenemos en cuenta que la intención de este modo de narrar es la misma en todas las viñetas, tendremos que ver aquí a Jesús liberador: la misericordia del Padre se ha acercado al hombre para devolverle la paz y la alegría de vivir.

c) Pero qué matiz especial reviste esta viñeta. Ahora tenemos que ver el símbolo que encierra el soporte. La escena comienza y acaba con un reconocimiento de la autoridad de Jesús como maestro: la gente estaba fuera de sí por su enseñanza, porque les enseñaba como el que tiene autoridad, y no como los letrados. La figura del poseso es un claro símbolo del hombre habitado por otro ser, es decir, alienado. Y, ¡qué casualidad!, este alienado está en la sinagoga. Jesús ha entrado allí a enseñar, toda su enseñanza ha consistido en desalinear a aquel hombre y con ello provoca esta reacción: ¿Qué es esto? ¡Una enseñanza nueva con autoridad y da órdenes a los espíritus inmundos y le obedecen! Por tanto, la escena evangélica nos está diciendo que la prédica que se impartía en la sinagoga era alienante, no tenía autoridad, es decir, no se sostenía en pie. Jesús ha venido a liberarnos de los ritualismos, fanatismos (religio-so-políticois) y frases hechas de las religiones. La verdad sobre Dios no agobia y aliena, sino libera y da la felicidad.

Del Evangelio de Marcos Y se dirigieron a Cafarnaún; y en seguida entró el sábado en la sinagoga a enseñar. Y quedaban fuera de sí por su enseñanza, pues les estaba enseñando como el que tiene autoridad, y no como los letrados. Y en seguida se hallaba en la sinagoga de ellos un hombre con inspiración inmunda y gritaba diciendo:
¡Apártate! ¿Qué tienes tú que ver con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Es que has venido a destruirnos? ¡Sé quién eres tú: el consagrado de Dios! Y le exigió Jesús severamente:
¡Cállate y sal de él! Y sacudiéndole la inspiración inmunda y gritando con un grito enorme, salió de él. Y quedaron todos estupefactos hasta el punto que se preguntaban unos a otros diciendo:
¿Qué es esto? Es una enseñanza nueva, con autoridad; y da órdenes a los espíritus inmundos y le obedecen. Y en seguida salió su fama por todas partes a la comarca entera de Galilea.

Para nosotros hoy No debemos hablar de los grandes temas evangélicos como si estuviésemos haciendo arqueología. No son restos de ruinas que nos entusiasman, sino palabra viva y actual que nos alcanza. Jesús no se dedicó a indicar quiénes estaban endemoniados, sino a expulsar sus demonios, a liberar. ¿Qué hacemos? ¿Señalamos demonios, o los expulsamos de nuestro alrededor?