Liturgia y Contemplacion: Domingo de la Ascensión del Señor

Publicado por Cipecar

“En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios. Una vez que comían juntos, les recomendó: «No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo.» Ellos lo rodearon preguntándole: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?» Jesús contestó: «No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.» Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse” (Hch 1,1-11).

v. 1-2: - El primer libro es el evangelio según San Lucas.
- Lo que Jesús hizo-dijo. En esas 13 letras está resumido Lc
- desde el principio o bautismo de Jesús en el Jordán hasta el día en que… fue llevado al cielo o la Ascensión.

v. 3-5: – A los apóstoles:
- que había elegido,
- después de la Pasión, se les presentó
- dándoles muchas pruebas de que vivía,
- apareciéndoseles durante cuarenta días,
- hablándoles del Reino de Dios.
- les mandó no se ausentasen de Jerusalén,
- sino que aguardasen la Promesa del Padre, que Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días.

Yendo frase por frase vemos que el teólogo Lucas fue capaz de sintetiza maravillosamente el paso teológico de la Muerte-Resurrección-Camino de la Ascensión en ese momento tan importante en que se está gestando la Ascensión de Jesús y Pentecostés.

La liturgia nos brinda una hermosa secuencia después de los domingos de Pascua, con esta fiesta linda de la Ascensión y Pentecostés.

Después de una síntesis con un clímax ascendente tan hermoso llega un suspenso en teología de parte de los que están viviendo el momento de la Ascensión. La pregunta no tiene desperdicio.

v. 6: Señor, ¿es en este momento cuando vas a restablecer el Reino a Israel?

Están pensando en el reinado de David y Salomón. Es un reinado político de fuerza, que el Resucitado que aparece y desaparece puede regir tan bien, sin que nadie le haga daño. No tiene nada que ver con el Reino de los Cielos predicado por Jesús. Como nota habría que darles un buen suspenso como a muchos cristianos de hoy en día.

Jesús, me lo imagino con una gran sonrisa de profe fracasado pero que tiene Uno que lo pueda remediar, les dice que a ellos no les corresponde saber eso del tiempo y los momentos del Padre.

v. 8: … vosotros recibiréis la fuerza del Espíritu Santo (con el valor del genitivo epexegético, podemos decir, El Espíritu Santo como fuerza), que vendrá sobre vosotros para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría hasta los confines de la tierra.

Era, y es, necesaria mucha fuerza y vigor para llevar el testimonio hasta los confines de la tierra y a los hombres con mentalidades tan difíciles.
v.9: Fue levantado,
una nube lo ocultó a sus ojos.

Términos muy bíblicos. El poder del Padre lo levantó a la esfera divina. Cuando pensamos en el cielo, la sede de Dios, miramos hacia arriba, cuando bien podemos imaginarnos la residencia de Dios en lo íntimo, en una dimensión más espiritual aún que la cuántica, sabiendo que todo concepto o idea nuestra es sumamente limitada para representar la dimensión divina.

v. 10: Mientras están extasiados mirando hacia arriba, dos emisarios divinos, vestidos de blanco, les avisan que comienza el período de la Iglesia, que no hay que quedarse fijos mirando al cielo.

Tienen que ir a proclamar lo visto y experimentado hasta que ese mismo Jesús que habéis visto subir al cielo… venga a cerrar la Historia de la Humanidad.

Señor Jesús, nos alegramos tanto de que en ese periodo, después de la Resurrección, tuviste con tus apóstoles esas experiencias en las que pudiste manifestarles que estabas vivo y podías relacionarte con ellos. Te damos gracias porque nos has abierto el camino hacia el Padre. Allá queremos vivir contigo que estás preparándonos alojamiento. Llénanos de tu Espíritu Santo como fuerza que necesitamos para hacer tu Camino. Amén.