Por CAMINO MISIONERO
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 9, 43b-45
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 9, 43b-45
Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: «Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres».
Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les resultaba oscuro, de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.
Pedro, en nombre de la comunidad, ha confesado la fe. Esta confesión implica ahora un camino de purificación de sus expectativas humanas acerca de Jesús. Esto es frecuente: en la vida espiritual y en nuestros procesos de formación vamos viendo cada vez más claramente quién es Jesús, pero nuestra vida no siempre consigue transformarse a la par de la formación intelectual y de la intuición espiritual. ¡La maduración es un camino difícil, necesita de un camino de purificación!
El estado de inmadurez en la vida de un discípulo aparece escenificado en el evangelio de Lucas en un relato dramático según el cual, los mismos que habían sido investidos con el poder de Jesús, no consiguen expulsar un demonio (ver 9,37-43).
¿Y esto por qué? Porque cuando una persona no camina plenamente identificada con Jesús -no importa que se sepa el catecismo o la Biblia de memoria o tenga mucha formación en teología- se vuelve ineficaz, no transparenta la fuerza del Señor, tal como sucede en el relato mencionado. Las personas y las comunidades que no caminan en plena sintonía con Jesús pierden todo su vigor en el mundo.
El evangelio de Lucas reflexiona atentamente sobre este problema. El evangelista hace notar que los discípulos:
(1) No entendían: “Pero ellos no entendían lo que les decía”
(2) Y lo más grave: “Temían preguntarle acerca de este asunto”
¿Cuál era el asunto que no entendían? Pues la Cruz.
La Cruz es el indicador de la autenticidad de la vida cristiana. Fuera de la Cruz no hay discipulado. La Cruz es al mismo tiempo lugar “revelación” de la identidad de Jesús y acontecimiento de “salvación”. En la Cruz no solamente son perdonados nuestros pecados sino también cuestionados nuestros esquemas mentales acerca de Dios.
La reticencia de los discípulos frente al anuncio de la Cruz, muestran que ellos aún están aferrados a sus expectativas personales con relación al Maestro. Los discípulos no parecen interesados en escuchar el anuncio de la pasión porque comprenden que el destino de sufrimiento del Maestro también los afectará a ellos. Cuando Jesús anuncia su pasión también anuncia la pasión del discípulo. El problema está en cómo llegar a entender que es que puede haber salvación en el camino del dolor.
Jesús, por segunda vez, anuncia su pasión. Como puede verse, en este pasaje no habla de resurrección. Él introduce su anuncio con estas exhortación: “Poned en vuestros oídos estas palabras” (9,44ª). La terminología nos remite al capítulo 8, donde vimos la parábola del sembrador y sus consecuencias. La comprensión del misterio de la Cruz implica seguir el proceso de la semilla. No todo es incapacidad personal también hay que respetar los procesos, los tiempos de Dios, que darán los frutos esperados cuando llegue el momento.
Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
1. ¿La Cruz de Jesús suscita en mí alguna resistencia interna, algún sentimiento de repugnancia?
2. ¿Por qué los discípulos tenían miedo de hacer preguntas sobre la Cruz? ¿Temo llevarme alguna decepción con Jesús sino tomo su propuesta demasiado en serio?
3. ¿Qué voy a hacer para que mi vida esté en sintonía total con Jesús?
Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les resultaba oscuro, de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.
Compartiendo la Palabra
Por CELAM - CEBIPAL
Una pausa de reflexión sobre el misterio de la Cruz
Lucas 9, 43b-45
“No lo comprendían y temían preguntarle”
Por CELAM - CEBIPAL
Una pausa de reflexión sobre el misterio de la Cruz
Lucas 9, 43b-45
“No lo comprendían y temían preguntarle”
Pedro, en nombre de la comunidad, ha confesado la fe. Esta confesión implica ahora un camino de purificación de sus expectativas humanas acerca de Jesús. Esto es frecuente: en la vida espiritual y en nuestros procesos de formación vamos viendo cada vez más claramente quién es Jesús, pero nuestra vida no siempre consigue transformarse a la par de la formación intelectual y de la intuición espiritual. ¡La maduración es un camino difícil, necesita de un camino de purificación!
El estado de inmadurez en la vida de un discípulo aparece escenificado en el evangelio de Lucas en un relato dramático según el cual, los mismos que habían sido investidos con el poder de Jesús, no consiguen expulsar un demonio (ver 9,37-43).
¿Y esto por qué? Porque cuando una persona no camina plenamente identificada con Jesús -no importa que se sepa el catecismo o la Biblia de memoria o tenga mucha formación en teología- se vuelve ineficaz, no transparenta la fuerza del Señor, tal como sucede en el relato mencionado. Las personas y las comunidades que no caminan en plena sintonía con Jesús pierden todo su vigor en el mundo.
El evangelio de Lucas reflexiona atentamente sobre este problema. El evangelista hace notar que los discípulos:
(1) No entendían: “Pero ellos no entendían lo que les decía”
(2) Y lo más grave: “Temían preguntarle acerca de este asunto”
¿Cuál era el asunto que no entendían? Pues la Cruz.
La Cruz es el indicador de la autenticidad de la vida cristiana. Fuera de la Cruz no hay discipulado. La Cruz es al mismo tiempo lugar “revelación” de la identidad de Jesús y acontecimiento de “salvación”. En la Cruz no solamente son perdonados nuestros pecados sino también cuestionados nuestros esquemas mentales acerca de Dios.
La reticencia de los discípulos frente al anuncio de la Cruz, muestran que ellos aún están aferrados a sus expectativas personales con relación al Maestro. Los discípulos no parecen interesados en escuchar el anuncio de la pasión porque comprenden que el destino de sufrimiento del Maestro también los afectará a ellos. Cuando Jesús anuncia su pasión también anuncia la pasión del discípulo. El problema está en cómo llegar a entender que es que puede haber salvación en el camino del dolor.
Jesús, por segunda vez, anuncia su pasión. Como puede verse, en este pasaje no habla de resurrección. Él introduce su anuncio con estas exhortación: “Poned en vuestros oídos estas palabras” (9,44ª). La terminología nos remite al capítulo 8, donde vimos la parábola del sembrador y sus consecuencias. La comprensión del misterio de la Cruz implica seguir el proceso de la semilla. No todo es incapacidad personal también hay que respetar los procesos, los tiempos de Dios, que darán los frutos esperados cuando llegue el momento.
Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
1. ¿La Cruz de Jesús suscita en mí alguna resistencia interna, algún sentimiento de repugnancia?
2. ¿Por qué los discípulos tenían miedo de hacer preguntas sobre la Cruz? ¿Temo llevarme alguna decepción con Jesús sino tomo su propuesta demasiado en serio?
3. ¿Qué voy a hacer para que mi vida esté en sintonía total con Jesús?
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