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jueves, 12 de febrero de 2009

J. Oscar Beozzo: Don Helder, pastor de la liberación en tierras de mucha pobreza

IHU - Unisinos *
Publicado por Adital

A 100 años del nacimiento de Don Helder Camara, el sábado, 7 de febrero, la Iglesia de Brasil tiene mucho que agradecer y a inspirarse en la vida y obra del querido "Don", como es conocido.

En esa entrevista especial concedida por e-mail a IHU On-Line, padre José Oscar Beozzo, uno de los más grandes historiadores de la Iglesia de América Latina, comenta algunos trazos de la vida del gran arzobispo de Olinda y Recife, uno de los fundadores de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB).

Para Beozzo, los laicos/as fueron los "maestros de vida" de Don Helder "para la actuación en el mundo y para una espiritualidad lejos de los esquemas clericales. La ciudad de Recife y el Nordeste, según el coordinador general del Centro Ecuménico de Servicios a la Evangelización y Educación Popular (Cesep), fueron la trinchera desde donde habla al Brasil, América Latina y al mundo". Él analiza también la actuación internacional de Don Helder, especialmente durante el Concilio Vaticano II, en el cual, a pesar de nunca haber hablado en el Aula Conciliar, "se tornó un de los más escuchados y respetados padres conciliares".

José Oscar Beozzo es sacerdote y teólogo, con maestría en Sociología de la Religión por la Université Catholique de Louvain (Bélgica) y doctorado en Historia Social por la Universidade de São Paulo (USP). Es miembro del Centro de Estudios de Historia de la Iglesia de América Latina (CEHILA-Brasil), miembro a la Comisión de Estudios de Historia de la Iglesia en América Latina y Caribe (CEHILA). Es socio fundador de la Agencia de Información Frei Tito para América Latina (ADITAL). Es autor de varios libros, entre los cuales, "A Igreja de Brasil" (Ed. Vozes, 1993).

Confiera la entrevista:

IHU On-Line - Hace 100 años nacía Helder Pessoa Camara, el futuro arzobispo de Olinda, reconocido mundialmente por su trabajo dedicado a una iglesia más humilde, en contacto con los pobres y por la no-violencia. ¿Cuáles fueron los grandes pasos que llevaron aquél pequeño niño a ser un obispo católico reconocido mundialmente, habiendo recibido docenas de premios internacionales, con cuatro indicaciones al Premio Nobel de la Paz?

José Oscar Beozzo - Los pasos de Don Helder no pueden ser desconectados de algunas coyunturas nacionales, latinoamericanas e internacionales que lo vincularon a personas y eventos excepcionales.

Desde los tiempos del seminario, se interesó por la prensa, volviéndose propagandista de ‘O Nordeste’, periódico de la Diócesis, para lo cual buscaba suscripciones, lo que le valió memorable encuentro con el Padre Cícero, en Juazeiro (1). Empezó a publicar artículos en la prensa de la ciudad de Fortaleza, capital del Estado de Ceará, bajo seudónimo, hasta ser prohibido por el rector del seminario. Posteriormente, en la prensa escrita, radio y la TV fueron siempre instrumentos que manejaba con maestría para pasar adelante sus ideales, valores y mensaje.
El diácono Helder es ordenado sacerdote en 1929, en medio de la gran turbulencia y desmoronamiento del mundo económico liberal en la gran crisis de aquel año. El año siguiente, con las elecciones presidenciales y la revolución de 1930 (2), el Brasil de las oligarquías se desmorona. En el panorama político entran en escena nuevos actores sociales: los Estados de la Federación, de manera particular del Nordeste y del Norte, además del Rio Grande do Sul, hasta entonces excluidos de la partición del poder, concentrado en São Paulo y Minas Gerais, por la ‘alianza café-con-leche" (3); las clases medias urbanas; la clase obrera; los tenientes del Ejército, pero también de la Iglesia Católica alejada de los juegos del poder por el laicismo republicano. Getúlio Vargas (4) liquidó con la República Vieja y su modelo agrario exportador, dando lugar a un proyecto de desarrollo nacionalista, apoyado en la industrialización del país y en un pacto populista que iba a unir el empresariado nacional a los obreros, bajo la protección, y el control directo, del Estado.
En el Estado de Ceará, la Liga Electoral Católica (LEC) funcionó casi como un partido político, siendo coordinada por el joven P. Helder cámara, que se aproximó a los integralistas de Plínio Salgado, abrazando su ideario político (5). En 1935 fue invitado por el nuevo gobernador para asumir una secretaria de gobierno, como director general de instrucción pública, en lo que sería hoy la Secretaría de Educación, en una clara señal de ese retorno de las huestes católicas al juego político. En el final de ese año, atritos con el gobernador, en la conducción de la política educacional, lo levan a renunciar y partir del Ceará para Rio de Janeiro.

Funcionario público y discípulo de Don Leme (6)

En Rio de Janeiro fue acogido por su coterráneo Lourenço Filho (7) en el Ministerio de la Educación, dirigido por Gustavo Capanema (8). En 1939, pasó en concurso público para funciones técnicas en el Ministerio. En la Iglesia de Rio fue recibido por el Cardenal Don Sebastião Leme. El Cardenal representó, internamente para la Iglesia un contrapunto al proyecto político de Vargas.
Leme imtentó superar la atomización de la Iglesia y el aislamiento de las diócesis entre sí, buscando establecer una estrategia clara de acción y una articulación del Episcopado para implementarla. Reunió los obispos en torno de sí en mayo y octubre de 1931 y después para el Concilio Plenario Brasilero, en 1939 con el esfuerzo de trazar líneas de acción comunes. Sacó a la Iglesia de la defensiva en la que fuera acorralada por la República Vieja, atrayéndola para una agenda propositiva, una jornada en la que fue auxiliado por la combatividad de Jackson de Figueiredo (9), de la revista ‘Ordem’, del Centro Don Vital, y por la densidad cultural, capacidad de escuchar y articulación de Alceu Amoroso Lima (10) a frente de las instituciones fundadas por Jackson de Figueiredo, de la Liga Electoral Católica y después de la Acción Católica Brasilera (ACB)

Don Leme creó, en 1935, la ACB, con alcance nacional, movilizando el laicado para una actuación más aguerrida en las estructuras sociales, políticas y culturales del país. En la capital de la República, Helder trabajó aun como técnico del Ministerio de Educación, entrando en contacto con todo el debate sobre los rumbos de la educación en Brasil y la creciente actuación gubernamental en ese campo. Ese trabajo le rindió preciosos conocimientos y contactos en toda la estructura gubernamental. Esas relaciones serían fundamentales en el campo de las relaciones entre la Iglesia y el Estado, en su posterior trayectoria como obispo auxiliar en Rio de Janeiro y como secretario general de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB)

Los laicos y las responsabilidades nacionales e internacionales

A través de la Acción Católica de Pio XI, laicas y laicos fueron sus maestros de vida, para la actuación en el mundo y para el surgimiento de una espiritualidad diferente de los estilos clericales. En Rio el entonces Padre Helder Camara prosiguió con su línea de compromiso con los laicos iniciado en Ceará con la juventud obrera Católica, la Legión Cearense del Trabajo y la Liga de los Profesores Católicos. En 1950, asumió como asistente nacional de la Acción Católica Especializada, ampliando al ámbito nacional su radio de acción hasta entonces limitado a Río de Janeiro. En ese mismo año 1950, sus funciones de asistente nacional de la A.C., lo llevaron por primera vez a Roma, para participar en el Congrego Internacional de la Acción Católica. Ese viaje le propició el primer contacto con Mons. Giovanni Baptista Montini, principal auxiliar del Papa Pio XII, a quien propusiera la creación de la Conferencia de los Obispos de Brasil.
La creación de la CNBB, en 1952, replicó a nivel episcopal la plataforma de actuación nacional que había comenzado a operar a nivel del laicado. El papel de articulación que había cumplido Don Leme, personalmente, como Cardenal-Arzobispo de Rio Janeiro, hasta su prematura muerte en 1942, pasó a ser cumplido institucionalmente, de cierta manera por la Acción Católica, pero principalmente por la CNBB, cuyo motor era el Propio Don Helder, recién nombrado Obispo Auxiliar de Rio de Janeiro y que asumió la Conferencia como su primer Secretario General, permaneciendo en esa posición estratégica durante doce años, hasta 1964.
Su amistad con el Nuncio Armando Lombardi, con quien se reunía cada sábado, permitió que una legión de padres comprometidos en la Acción Católica, con trabajos valiosos en la pastoral y en la formación, fuese promovida al Episcopado, conformando un nuevo rostro de la Iglesia Brasilera, más cercana al pueblo, más comprometida en sus luchas por la superación de la pobreza, por la justicia y la dignidad.
El 29 Congreso Eucarístico Internacional de Rio de Janeiro, en 1955, proyectó a Don Helder como el gran organizador de ese evento internacional y de la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano realizada luego a continuación del Congreso. De la Conferencia, resultó la creación del Consejo Episcopal Latinoamericano, el CELAM.
En 1959, Don Helder fue electo como uno de sus vice-presidentes.
El Congreso Eucarístico le dio oportunidad de transformar la gran movilización humana y de recursos, encauzándola, para organizarla en iniciativas sociales de grandes dimensiones, como la Cruzada San Sebastián, que pretendió erradicar las favelas de Rio de Janeiro. Don Helder constataría tiempo después, con cierto desaliento, que las favelas renacían luego, en frente, más numerosas e escuálidas.
La infraestructura humana del Congreso le permitió ensayar y poner a prueba la Feria y el Banco de la Providencia, retaguardia para innumerables iniciativas en el campo social.
El Celam le ofreció una plataforma continental para su actuación y para la difusión de sus ideas y proyectos, en perfecta sintonía con su entrañable amigo Don Manuel Larraín, Obispo de Talca en Chile. El Concilio Vaticano II abrió para los dos, pero de manera especial para Don Helder, con su retórica inflamada, y su imaginación y audacia sin límites, la escena internacional.

IHU On line - ¿Qué caracterizó el trabajo de Don Helder como Obispo y Arzobispo de Olinda? ¿Quién fue el pastor Don Helder, tanto para la Iglesia local, como para la Iglesia de Brasil?

José Oscar Beozzo - Olinda y Recife hicieron por primera vez de Don Helder, el pastor con entera responsabilidad de una porción concreta del pueblo de Dios, en el corazón del Nordeste, en tierras de mucha pobreza, pero también de tradición, luchas y esperanza.
En Rio de Janeiro, como obispo auxiliar y después como arzobispo, pero siempre auxiliar, tuvo su actuación cada vez más cercenada por el Cardenal Don Jaime de Barros Câmara, cuyas visiones de Iglesia y sociedad fueron cada vez más distantes.
Don Helder llega a Recife el 11 de abril, estigmatizado como opositor del nuevo régimen militar, recién instalado con el golpe militar de 31 de marzo de 1964. En octubre, es despojado del liderazgo institucional de Secretario General de la CNBB.
Recife y el Nordeste se vuelven entonces su trinchera, desde donde habla al Brasil y también a América Latina y al mundo. Mantiene un contacto diario con su pueblo, por la Radio Olinda, con meditaciones diarias, anima la creación de grupos de reflexión-lectura bíblica, oración, solidaridad, acción social, llamados ‘Encuentro de Hermanos’.
Lanza la Operación Esperanza, llevando la Reforma Agraria a las tierras de la Arquidiócesis y toma otras iniciativas en el campo pastoral: Noches de encuentro con intelectuales y artistas, pero también con sindicalistas, estudiantes secundarios y universitarios.
Recorre los barrios, mocambos (11) y favelas de Recife y del interior en contacto directo con la población más pobre.
De Recife, apoyado por un buen número de obispos del Nordeste, superiores religiosos provinciales y articulado por Don Helder, partió el primer grito mas consiste de crítica social y política al régimen militar, como el Manifiesto de 1973:
"He oído los clamores de mi pueblo". El documento considerado subversivo por el régimen militar solo se puedo explayar clandestinamente en ediciones mimeografiadas y prontamente recogidas por los militares y por la policía cuando esta las localizaba.
Don Helder fue callado por el régimen militar y colocado en el ostracismo mas riguroso, mayormente después del Acto Institucional Número 5 (AI-5), de 1968 (12). Fue prohibido por la censura que radios, periódicos y TVs de todo el país retransmitiesen su mensaje y hasta que escribiesen o pronunciasen su nombre. Solo en el exterior podía el hablar libremente a multitudes cada vez más numerosas y entusiastas en innumerables países principalmente en Europa, Estados Unidos y Canadá. Su fuerte presencia internacional incomodó a algunos episcopados, regímenes políticos y finalmente a Roma, que también cercenó y limito sus viajes y pronunciamientos.

En ese sentido valió como una rehabilitación, el abrazo del Papa Juan Paulo II a Don Helder, en ocasión de su visita a Brasil en 1980. Al bajar del avión en el aeropuerto de Guararapes (Recife), al mismo tiempo que abrazaba al perseguido y censurado arzobispo, exclamó delante todos los medios de comunicación del país: "Don Helder hermano de los pobres, mi hermano"

IHU.On-line - ¿Cuál fue el papel de Don Helder en el Concilio Vaticano II? ¿Cómo contribuyó para que las discusiones y cambios ocurridos en Roma, llegasen hasta Brasil?

José Oscar Beozzo - En el Concilio Vaticano II Don Helder cumplió un doble papel de animador e incentivador de propuestas e iniciativas valientes y proféticas, y de articulador incansable de la mayoría conciliar.
Valiéndose de la posición estratégica que ocupaba en el tercer mayor episcopado mundial, como secretario general del CNBB y de su función de Vicepresidente del Celam, que estrechaba lazos y de algún modo representaba a los 600 obispos latinoamericanos y caribeños (casi un cuarto del episcopado mundial), Don Helder movilizó a ambos episcopados para una iniciativa audaz. Semanalmente en "Domus Mariae". Casa de residencia durante el Concilio de los Obispos de Brasil, Don Helder, junto con Don Manuel Larraín, del Celam, y Etchegaray, secretario de la Conferencia Episcopal Francesa, con el apoyo del Cardenal Suenens (uno de los moderadores del Concilio) pasó a reunir representantes de las Conferencias Episcopales de Europa, Asia, África, Oceanía y Américas.
Dichas reuniones influenciaron la agenda, votaciones y contenidos del Concilio por su capacidad de reflexionar, evaluar, proponer y articular una acción concertada de los principales episcopados, vertebrando de cierto modo la asamblea conciliar.
Don Helder participó igualmente de alguno de los grupos informales más actuantes en el Concilio, el grupo de "la iglesia de los pobres", que reunía obispos de varios continentes preocupados por el compromiso de la Iglesia con los pobres y con sus luchas para superar los males de la pobreza y de la miseria, por medio de mayor justicia y un desarrollo integral que llegase a todos, de modo particular, a, los mas empobrecidos como países y como clases sociales.
Articuló también el nacimiento del "Opus Angeli" grupo que logró reunir organizadamente teólogos y especialistas en diferentes ciencias humanas y sociales, para ofrecer asesoría cualificada al Episcopado brasileño. Esa colaboración fue ampliada después a otros episcopados y, sobretodo, a las conferencias episcopales articuladas entre sí, en el grupo de la Domus Marie.
En relación al episcopado brasileño, tomó iniciativas de incalculable alcance. El ciclo de Conferencias que fue organizado en la Domus Mariae desde la primera sesión conciliar se amplió y diversificó en las tres sesiones subsiguientes.
Ahí, para cada uno de los temas discutidos en el Aula Conciliar, fueron invitados los mejores teólogos y especialistas de varios países, para hablar a los obispos del Brasil, calificando al episcopado brasileño para una participación cada vez más consciente y fundamentada en los debates, propuestas y votaciones conciliares. Hizo así de la CNBB, un verdadero Foro de debates de todos los temas y asuntos conciliares, por más difíciles y delicados que fueran.
Esa prolongada y enriquecedora convivencia romana a lo largo de las cuatro sesiones conciliares, hizo de la CNBB el episcopado que mejor se preparó para la recepción conciliar, el único que al salir de Roma, tenia un plan mínimo de aplicación del Concilio, pensado, debatido y votado en su conjunto y detalles, Y que fue bautizado como PPP: Plan de Pastoral de Conjunto.
Don Helder, que nunca habló en el Aula Conciliar, se convirtió en uno de lo más escuchados y respetados padres conciliares. Su voz que no se hizo oír en la basílica de San Paulo estaba casi diariamente presente en los medios de comunicación social, con innumerables entrevistas y conferencias. Que eran retransmitidas por radios y televisiones de todo el mundo.
Su gran tribuna conciliar fueron los medios de comunicación social, habiéndose vuelto amigo de centenas de periodistas que cubrían regularmente el concilio entre 1962 y 1965. Eso ayuda a explicar la enorme audiencia internacional alcanzada por Don Helder también en los años que siguieron al Concilio Vaticano II.

IHU. On line - Se comenta mucho sobre el "Pacto de las Catacumbas", documento firmado por cerca de 40 padres conciliares, en la catacumba de Domitila, en Roma, durante el Concilio. Se dice que tuvo gran influencia en la Teología de la Liberación. ¿Podría contarnos más detalles sobre ese pacto?

José Oscar Beozzo - El ‘Pacto de las Catacumbas’ fue firmado por los obispos pertenecientes al grupo "Iglesia de los pobres". Casi 500 obispos más adhirieron al documento, cuyo titulo era "El pacto de la Iglesia pobre y servidora", explicando así su impacto en prácticamente toda la Iglesia, desde Europa, pasando por Asia, África y llegando a América Latina, donde se encontraba el grupo más numeroso de obispos comprometidos con esa línea de pensamiento y acción.
El pacto se expresa en 13 compromisos asumidos conjuntamente por sus firmantes en el sentido de vivir pobremente, en vivienda, forma de vestir, alimentación y medios de movilizarse.
Eso explica porque Don Helder, lo más pronto posible dejó el Palacio Episcopal de Manguinhos y fue vivir pobremente en la sacristía de la Iglesia de las Tres Fronteiras, en Recife, que nunca haya tenido un automóvil o un chofer, que usara una gastada sotana blanca y que usase como insignia episcopal una cruz de madera.
La entrega de las tierras de la Arquidiócesis a campesinos pobres, que en ellas trabajaban, empeñándose en darles asistencia técnica, jurídica y social para que conquistasen autonomía y ciudadanía se encuadraba también en los compromisos del ‘Pacto de las Catacumbas’.
Aun más, "Pensando la colegialidad de los obispos, su realización más evangélica se concreta en asumir el encargo común de las masas humanas en estado de miseria física, cultural y moral, dos tercios de la humanidad. Nos comprometemos a:
- participar conforme a nuestros medios en las inversiones urgentes de los episcopados de las naciones más pobres;
- a requerir juntos un plan de los organismos internacionales, dando testimoniando el Evangelio, como lo hizo el Papa Paulo VI en la ONU;
- pidiendo la adopción de esturas económicas y culturales que no fabriquen naciones proletarias en un mundo cada vez más rico
- estructuras que permitan a las masas pobres, salir de su miseria"
O pacto proponía también cambios radicales de las relaciones entre los obispos y los laicos y laicas, sacerdotes, religiosos y religiosas.
"Nos comprometemos a compartir en la caridad pastoral, nuestra vida con nuestros hermanos en Cristo, sacerdotes, religiosas y laicos, para nuestro ministerio constituya un verdadero servicio.
Así: Nos esforzáremos en revisar nuestra vida con ellos"; suscitaremos colaboradores que sean mas animadores según el Espíritu, que jefes según el mundo; procuraremos ser mas humanamente presentes, acogedores, mostrarnos abiertos a todos, sea cual fuera su religión".

IHU On line - A partir de la firma del ‘Pacto’, ¿cuál es la relación de Don Helder con la Teología de la Liberación?

José Oscar Beozzo - En relación a la Teología de la Liberación, Don Helder instauró en su vida, en su acción pastoral local e internacional, prácticas profundamente liberadoras. Tanto en el Concilio, como de modo particular en Medellín y Puebla, fue uno de los inspiradores y realizadores de la opción preferencial por los pobres.
Su práctica libertadora sirvió de inspiración y estímulo a la reflexión teológica y su Instituto Teológico de Recife, el ITER, fue uno de los principales laboratorios y centros de producción de una teología de liberación unida a la práctica de comunidades eclesiales de base y a los movimientos populares.
Don Helder fue un obispo y un pastor de la liberación, no se consideraba a sí mismo como teólogo; mas bien un inspirador y animador de la reflexión teológica liberadora.


Notas de la edición:

(1) Padre Cícero, ciudad de Juazeiro: (1844-1944). Fue un sacerdote católico brasilero. En la devoción popular es conocido como Padre Cícero o Padim Ciço.
(2) Revolución de 1930 o Golpe de 1930 fue el movimiento armado liderado por los Estados de Minas Gerais (Centro-Sur) y Rio Grande do Sul que culminó con el golpe de Estado que derrumbó el presidente paulista Washington Luís en 24 de octubre.
(3) "Alianza café-con-leche": La política café-con-leche fue una alternancia del poder nacional ejecutado en la República Vieja por los Estados brasileros de São Paulo (más poderoso económicamente, principalmente debido a la producción de café) y el Estado de Minas Gerais, mayor polo electoral del país de la época y productor de leche.
(4) Getúlio Dorneles Vargas (1882-1954). Fue un político brasilero, jefe de la Revolución de 1930, que puso fin a la República Vieja. Por dos veces fue presidente de la república (de 1930 a 1945 y del 1951 a 1954)
(5) Plínio Salgado (1895-1975) Fue un periodista, intelectual y filósofo brasilero que ayudó a fundar la Acción Integralista Brasileira, el más grande movimiento nacionalista de la historia do Brasil. Fue opositor del comunismo, del nazismo y del liberalismo.
(6) Don Sebastião Leme da Silveira Cintra, el Cardenal Leme (1882-1942) Fue el segundo cardenal brasilero. Arzobispo de Olinda e Recife (Nordeste de Brasil) y Arzobispo de Rio de Janeiro. Ejerció relevante papel en los días finales de la Revolución de 1930, cuando convenció el presidente Washington Luís Pereira de Sousa a entregar el poder a los revoltosos.
(7) Lourenço Filho e: Manuel Bergström Lourenço Filho (1897-1970) fue un educador brasilero conocido por su participación en el movimiento de los pioneros de la Escuela Nueva. Fue duramente criticado por haber colaborado con el Estado Nuevo de Getúlio Vargas. Su obra nos revela diversas facetas del intelectual educador, extremamente activo y preocupado con la escuela en su contexto social y en las actividades clase.
(8) Gustavo Capanema: Ministro de Educación de 1937 a 1945, fue responsable por una serie de proyectos de reorganización de la enseñanza en Brasil y por la organización del Ministerio de Educación en los moldes similares al actual.
(9) Jackson de Figueiredo Martins (1891-1928) fue un abogado que actuó como profesor, periodista, crítico, filósofo y político. En 1918 adhirió al catolicismo, fundó el ‘Centro Dom Vital’ para formar laicos y religiosos católicos; fundó la revista "A Ordem" para divulgar la doctrina católica. Combatió el liberalismo y el comunismo.
(10) Alceu Amoroso Lima: (1893-1983), fue un crítico literario, profesor, pensador, escritor y líder católico brasilero. Adoptó el seudónimo de Tristão de Ataíde.
(11) Mocambos: Mucambo o mocambo, palhoça o tejupar son denominaciones dadas a habitaciones construidas artesanalmente, muchas veces de frágil constitución en zonas habitadas por negros o indígenas.
(12) AI-5: E Acto Institucional Número 5 (1968) fue el quinto de una serie de decretos inhumanos emitidos por el régimen militar en los años siguientes al Golpe Militar de 1964 en Brasil, fortaleciendo la línea dura. Fue un instrumento de poder que dio al régimen poderes absolutos y cuya primera consecuencia fue el cierre del Congreso Nacional por casi un año.

(Reportaje de Moisés Sbardelotto
Traducción al español: Ricardo Zúniga García)

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